Patrimonio de una enfermedad
Esta enfermedad hereditaria dominante, que se debe a una mutación en la zona L68Q, codificante para la cistatina C (proteína no glicosilada de 13 kDa de peso molecular), se da principalmente en adultos jóvenes con presión arterial normal. La condición se traduce en la muerte por repetidas hemorragias cerebrales y accidentes isquémicos transitorios, a la edad de 30 años. El origen de la mutación que causa HCCAA previamente se desconocía, pero ahora, utilizando análisis de ADN haplotipo los investigadores han arrojado algunos conocimientos sobre la historia de esta alteración autosómica dominante que tiene una alta penetrancia en la población islandesa. A nivel mundial, se han descrito otras formas familiares de angiopatía amiloide cerebral (holandesa, finlandesa, ártica, italiana y británica), asociadas a mutaciones en genes que codifican diversas proteínas como APP, transtirretina, gelsolina y BRI/ITM2B
Los científicos determinaron que hace 200 años atrás, los portadores de la mutación vivían una vida normal en comparación con la población control (sus cónyuges). Los portadores nacidos alrededor de 1820, sin embargo, empezaron a presentar una expectativa de vida más corta, resultando en un promedio de vida de sólo 30 años en personas nacidas cerca de 1900. Esta cantidad de años se ha mantenido constante desde entonces, tanto en hombres como en mujeres.
Al mismo tiempo, por un efecto matrilinear parecía que los que heredaban la mutación de la madre morían antes. Para los portadores nacidos después de 1900, la diferencia representaba una pérdida de 9.4 años para los que la mutación era heredada de sus madres en lugar de sus padres. Sobre la base de esta información, los autores proponen que la dieta tradicional del país (que en el pasado consistió en gran medida de suero de leche conservada, así como de carne, pescado seco y mantequilla) "protegió" la presencia de la mutación en los portadores durante casi 300 años, hasta que la dieta islandesa cambió a principios del siglo 19, por ejemplo, con aumentos drásticos en hidratos de carbono y sal.
Este hallazgo tiene importantes implicaciones para el estudio de alteraciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer como la angiopatía amiloide cerebral (afección neurológica en la cual la proteína amiloide se deposita en las paredes de las arterias cerebrales), encontrándose frecuentemente en pacientes con Alzheimer. A pesar de que la proteína se puede detectar fuera del cerebro, la manifestación clínica se limita al cerebro, y por lo general consiste en repetidas hemorragias que conducen a la parálisis. A veces las primeras señales de hemorragia son la demencia y cambios de personalidad. Los estudios están en marcha para tratar de dilucidar los factores de riesgo con la esperanza de proporcionar estrategias preventivas para los portadores de la cistatina L68Q. El desarrollo de un fármaco que imite la capacidad de la proteína cistatina C para prevenir la acumulación de la proteína beta-amiloidea en placas cerebrales podría frenar la progresión del Alzheimer.
Por último, la posible contribución de la cistatina C al diagnóstico de otras enfermedades del sistema nervioso central también se encuentra en estudio. Se han descrito aumentos de su concentración en el líquido cefalorraquídeo en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y en pacientes con dolor persistente. En cambio, se ha observado disminución de su concentración en metástasis leptomeníngea, meningitis bacterianas, síndrome de Guillain-Barré, polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica y esclerosis múltiple.
