Prevención del prolapso úterovaginal
Dentro de los factores de riesgo se encuentran los embarazos múltiples, macrosomía fetal, sobrepeso, realización constante de fuerza o padecer constipación crónica.
El prolapso genital o úterovaginal consiste en la caída del útero desde su posición en la cavidad pélvica al canal vaginal. Generalmente, esto va acompañado del deslizamiento de las paredes de la vagina, vejiga y otros órganos cercanos, como el recto.
“El piso pélvico se compone de músculos y ligamentos que sostienen todos los órganos de esa área y los ayudan a funcionar. Cuando este se daña comienza a provocar síntomas que pueden ser prolapso o incontinencia urinaria”, explica la doctora Katherina Villa, ginecóloga obstetra del Hospital Santiago Oriente Dr. Luis Tisné.
Los síntomas son variables e imprevisibles. Las pacientes pueden consultar por sensación de peso en la zona genital, aumento de volumen que asoma de la vagina, dolor lumbar o pélvico. En muchas ocasiones, también implica incontinencia urinaria o anal.
Esta enfermedad afecta, en la mayoría de los casos, a mujeres mayores de 40 años que ya han entrado en la menopausia y tuvieron uno o más partos vaginales, siendo este último el factor de riesgo más importante. “Más aún si fue instrumentalizado con fórceps o espátula”.
Dentro de las medidas de prevención es importante realizar ejercicios de Kegel regularmente para así fortalecer los músculos del suelo pélvico, especialmente después del parto, tomar abundante líquido y consumir alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento, controlar la tos crónica y evitar el aumento de peso.
Por otro lado, la especialista destaca la importancia de asistir a los chequeos anuales y dar a conocer a su médico cualquier molestia existente que pueda dar indicios de prolapso genital.
