Nuevos desafíos de facilitadores interculturales en salud
Surgieron como un “puente” de conocimiento entre dos mundos culturales distintos. Hoy su rol apunta a disminuir la brecha idiomática de pacientes haitianos que han llegado al país.
Durante toda la historia de la humanidad la preservación de la salud se ha presentado como un sustento propio del hombre que junto a la enfermedad se manifiesta en cualquier tiempo, espacio, sociedad y cultura.
Los distintos grupos humanos desarrollaron métodos específicos para reconocerla, definirla y enfrentarla según sus creencias, cogniciones y percepciones, la cuales se van transformando y adaptando de acuerdo con los procesos históricos y técnicos que involucran a toda la sociedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó la creación de modelos de intervención comunitaria en salud e interculturalidad para América Latina y el Caribe, los cuales intentan fortalecer las capacidades y sensibilidades del personal sanitario respecto a la diversidad cultural, buscando respuestas desde el sector para mejorar la calidad y calidez de la atención.
Bajo ese paradigma nació la figura de los facilitadores interculturales que, en principio, tenían la misión de reducir barreras étnicas, culturales y lingüísticas para facilitar el trabajo asistencial; y gestionar soluciones a las necesidades de los pacientes de las comunidades indígenas americanas.
Este primer paso promovido por los distintos países ha permitido que estos agentes claves mantengan el vínculo y sustenten el conocimiento integral de su comunidad de origen. El contexto urbano en el que se constituyeron es muy distinto actualmente. Eso ha llevado a ayuden dentro de los centros de salud a enfrentar un nuevo desafío: las barreras idiomáticas derivadas de la migración.
Hace más de un año existe un aumento progresivo de migrantes en la Región de O’Higgins, y en la comuna de San Fernando se ha visto un alza de atenciones en el Hospital San Juan de Dios, establecimiento que está trabajando para que estos pacientes se vayan a sus hogares sabiendo interpretar su receta médica si es el caso y sin dudas sobre su atención en general, gracias a la incorporación de un facilitador intercultural haitiano.
Acompañando las rondas médicas en distintos Servicios, prestando ayuda en urgencias y resolviendo dudas de pacientes en el mesón de informaciones se ha podido observar a Jacob Júpiter durante las dos últimas semanas, profesional de origen haitiano que además de hablar kreyòl, domina el español, inglés y francés.
Su labor será contribuir para hacer más expedita la atención médica, porque la barrera idiomática ya no será impedimento. “Estoy contento de trabajar con un gran grupo de personas en todos los Servicios. He realizado varias intervenciones para apoyar a pacientes y funcionarios, a quienes acudo cuando me necesitan”, señaló.

Sr. Jacob Júpiter