Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir de los 65 años el riesgo de sufrir –al menos- una caída al año es del 35%; con el paso del tiempo y por sobre los 80 años, las probabilidades aumentan a 50% por diversos factores, entre ellos la pérdida de tonicidad muscular y la aparición de otras patologías. De igual manera, se estima que dos tercios volverá a sufrir una lesión, producto del miedo y la pérdida de fuerza.

Con el objetivo de facilitar el diagnóstico y tratamiento integral de este tipo de lesiones, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, en conjunto con la Facultad de Medicina, inauguró la nueva Clínica de caídas y fracturas para el adulto mayor, unidad vinculada al Servicio de Geriatría que busca mejorar la calidad de vida de los afectados por medio de una terapia integral y personalizada.

Entre las fracturas más recurrentes figuran las de antebrazo, cadera y húmero, las cuales inciden en la pérdida de funcionalidad e independencia y, en sus casos más extremos, pueden derivar en traumatismo encéfalo craneano, hemorragias cerebrales e incluso mortalidad.

“En el cuidado de los pacientes, desde la perspectiva de la medicina, uno muchas veces se confunde con enfermedades complejas, perdiendo lo que es central para ellos, como son sus problemas genuinos y cotidianos, que impactan en su calidad de vida. La clínica se hará cargo de una situación real y prevalente”, destacó el geriatra Felipe Salech Morales.

Con foco en la terapia individual y las evaluaciones multi sensoriales, establecerán los riesgos que tiene cada paciente de sufrir otro accidente a futuro. Al mismo tiempo, los esfuerzos se centrarán en mejorar el fortalecimiento muscular y equilibrio, además de abordar señales de alerta y patologías asociadas como osteoporosis, sarcopenia o déficit nutricional.

Para ello contarán con un equipo multidisciplinario de geriatras, fisiatras y otorrinolaringólogos, enfermeras, tecnólogos médicos, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales y psicólogos capaces de liderar y gestionar los exámenes y estudios necesarios para, posteriormente, elaborar informes y detectar las causas que llevan a este tipo de sucesos.

“Actualmente, estos pacientes son derivados a distintos especialistas, se le solicitan diversos exámenes y nadie se hace cargo del eje central del problema de las caídas, que es lo que complica a la persona. Este centro especializado nos permitirá guiarlos de manera correcta en el proceso de rehabilitación”.

Esta área espera posicionarse como un lugar de formación en pregrado e investigación académica científica y, desde ahí, aportar al sistema geriátrico nacional con nuevas guías clínicas y programas de atención acorde con la realidad del país.