Invitan a jóvenes a dedicarse al estudio de las ciencias
El neurobiólogo y experto en la enfermedad de Alzheimer, Nibaldo Inestrosa, estuvo en Concepción para motivar el desarrollo científico en torno a esta patología.
Su investigación relativa a los últimos avances en Alzheimer y la importancia que tiene la plasticidad neuronal en el aprendizaje fueron los temas que abordó el neurobiólogo Nibaldo Inestrosa, premio nacional de ciencias 2008, durante su reciente visita a la capital de la Región del Bío Bío.
El encuentro se realizó en el Colegio Concepción Pedro de Valdivia y estuvo dirigida a académicos, docentes y estudiantes, con el propósito fundamental de invitar a las futuras generaciones a dedicarse al estudio de la ciencia, además de motivar conceptos como la vida saludable, no sólo realizando ejercicio físico de forma periódica, sino que también manteniendo una alimentación apropiada durante todas las etapas del desarrollo humano.
“Actualmente está claro que la alimentación juega un rol clave y muy importante en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. En ese sentido, el disminuir las carnes rojas y los alimentos altos en grasas es esencial, ya que su consumo excesivo produce un estrés oxidativo negativo para nuestro organismo, debido a que estimula la actividad radicalaria”, comentó el doctor Inestrosa, profesor de neurobiología molecular de la Universidad Católica de Chile.
Según el experto, ganador en 1999 de la beca Guggenheim y en 2008 del premio nacional de ciencias naturales, “hay que aumentar el consumo de alimentos antioxidantes, también hay estudios que plantean los beneficios de los alimentos que componen la dieta mediterránea, como las almendras y el aceite de oliva”.
La enfermedad de Alzheimer es una de las causas de muerte más frecuentes según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Por lo general afecta a personas por sobre los 65 años de edad y causa daños irreparables al cerebro. “Estamos hablando de una patología bastante compleja que se divide, desde el punto de vista clínico, en tres fases que están unidas a las señales manifestadas por el paciente. Primero hay una toma de conciencia por parte de la familia de que la persona va a tener o tiene problemas cognitivos, al generarse pérdida de la memoria en el corto plazo; luego hay una etapa de confusión, en la cual el individuo no sabe bien qué es lo que tiene que hacer o cómo lo tiene que hacer, olvidando sus actividades diarias. También comienzan a haber fallas en la expresión oral, sin embargo, no hay cambio o alteraciones en las funciones motoras, la memoria episódica no se ve afectada. Un paciente no olvida cómo manejar, sino hacia dónde manejar. Finalmente, se llega a una tercera fase, en la que el paciente normalmente cae en cama, no se puede alimentar por sí mismo, no controla esfínter, se inmoviliza bastante, lo que a la larga produce escaras, producto de la inmovilidad, que posteriormente se infectan”, explicó.
El doctor Inestrosa, agregó que “hay un área en el cerebro denominada hipocampo, la que se relaciona con la corteza entorrinal y la neocorteza. Durante el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, las conexiones del hipocampo comienzan a desconectarse y los pacientes van perdiendo los recuerdos”
“Normalmente pasado los 65 años las personas comienzan a perder agua. El cerebro también pierde agua, factor que genera un 10% de pérdida de volumen cerebral. Por otra parte, los ventrículos cerebrales en casos de Alzheimer comienzan a abrirse y las circunvoluciones del cerebro se dilatan, por lo que los espacios entre ellas aumentan considerablemente; además, existe una pérdida neuronal en la neocorteza y otras zonas del cerebro, y esa pérdida, es probablemente gatillada por la desconexión neuronal producida durante la enfermedad. Se suma a estos hechos, que la neurogénesis o nacimiento de nuevas neuronas que se produce en el cerebro, se ve interrumpida, y ya no existen neuronas habilitadas para cierto tipo de aprendizajes”, finalizó.

Dr. Nibaldo Inestrosa Cantín

