Impacto del VIH en la salud ósea
Los Departamentos de Enfermedades Infecciosas y Endocrinología UC analizaron el daño que se produce entre el diagnóstico e inicio de la terapia antirretroviral.
Según la Organización Mundial de la Salud, las personas con VIH, en comparación a la población general, tienen menor densidad mineral ósea y, por ende, experimentan con mayor frecuencia fracturas por motivos de fragilidad.
En la actualidad aún se desconoce si el VIH por sí mismo contribuye a la pérdida mineral ósea: fenómeno denominado osteopenia en su grado más leve, y osteoporosis cuando es de mayor intensidad. Por otra parte, se ha observado que la densidad mineral ósea, generalmente, disminuye entre un 2 y un 6% durante los dos primeros años tras el inicio del tratamiento antirretroviral.
Bajo este contexto, los Departamentos de Enfermedades Infecciosas y Endocrinología de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica, se unieron para desarrollar una investigación liderada por los doctores Gilberto González y María Elena Ceballos, quienes evaluaron una cohorte de 70 personas que recientemente habían sido diagnosticadas con VIH.
“Tomamos un grupo de pacientes que no se encontraban en terapia antirretroviral y excluimos a quienes tuviesen posibles causas de enfermedades óseas, es decir, mayores de 50 años, usuarios de corticoides o personas con problemas de tiroides. Esto no se había hecho antes”, explicó la infectóloga.
Respecto a los resultados, el doctor González precisó que “encontramos que 1 de cada 4 pacientes, antes de iniciar su tratamiento específico y, aunque no tenga ninguna enfermedad conocida que afecta el hueso, ya sea por hallazgos de la densitometría ósea o de los exámenes en sangre, presenta una salud ósea con elevado riesgo de sufrir osteoporosis o de presentar fractura osteoporótica”.
Cabe destacar que, además, se midió la vitamina D en estos pacientes y, en promedio, se encontró una deficiencia mayor que en grupos etarios de esa edad no afectados por el virus (66% versus 48%). “No está tan claro el por qué, pero existen hipótesis que plantean que el mismo virus activo, cuando los pacientes están sin terapias, podría aumentar el catabolismo”, puntualizó la doctora Ceballos.
Finalmente, y en relación a la terapia antirretroviral, los facultativos enfatizaron que la efectividad de esta no asegura que se reparen daños óseos. “El tratamiento disminuye la cantidad del VIH en la sangre, pero mantiene el daño óseo. El mensaje de esta investigación entonces es, que los pacientes infectados, incluso antes de acceder al tratamiento, ya tienen una salud ósea complicada y con riesgo”, resaltó el doctor González.

Dr. Gilberto González Vicente