Hospital de Coquimbo incorporó máquina de recuperación sanguínea
El nuevo equipamiento permite reutilizar el vital elemento que el paciente pierde en una cirugía, sin la necesidad de transfundir sangre de otra persona.
La sangre alogénica es aquella que procesa el banco de sangre a partir de la extracción voluntaria de muchos donantes, un bien necesario pero escaso que tiene detractores dentro de la ciudadanía, cada vez más sensible a los peligros de las transfusiones.
Estudios internacionales revelan que los pacientes, al momento de someterse a cirugía, preferirían alguna alternativa a la sangre donada y eso no se circunscribe sólo a los testigos de Jehová que, por convicción religiosa, rechazan de plano las transfusiones de sangre homóloga.
Los riesgos de enfermedades de transmisión sanguínea y de inmunomodulación constituyen una clara indicación de que es necesario encontrar alternativas para el tratamiento de todos los pacientes. Es por eso que el Hospital San Pablo de Coquimbo recibió una maquina de recuperación de sangre, la que permite recuperar la sangre derramada durante una intervención quirúrgica o un trauma, que luego de ser filtrada es reinfundida al paciente en un circuito cerrado, sin la necesidad de transfundir sangre de otra persona.
Para el neurocirujano Carlos Guzmán Kramm, médico jefe del Servicio de Neurocirugía y Neurología del establecimiento asistencial, esto representa un enorme desafío ya que “somos el primer hospital público que utiliza esta maquina y técnica en cirugías no cardiológicas y uno de los pocos hospitales públicos del país que cuenta con esta tecnología”.
Para el facultativo es una gran oportunidad “ya que no sólo sirve para pacientes Testigos de Jehová, sino que para todos aquellos que necesiten de este procedimiento, porque esta donación, que nació de esta comunidad, estará a disposición de toda la población”. De esta manera, pacientes que por distintos motivos como tipo de sangre o convicciones personales podrán hacer uso de este equipo médico pionero en su tipo.
El doctor Enrique Montalva Hernández, director (T.P.) de la institución, destacó que este avance “abre un abanico de posibilidades a nuevas terapias seguras que permitirán aumentar las prestaciones e influirá en forma directa en la mejora de la atención de cada uno de nuestros pacientes”, dijo.


