Generan radiografía de accidentes cerebrovasculares
Proyecto de vigilancia epidemiológica se ejecuta bajo el alero del Hospital Clínico de Chillán y es dirigido por el neurólogo de la Universidad de Chile Pablo Lavados.
“Vigilancia epidemiológica del ataque cerebrovascular” es el nombre del proyecto encabezado por el Hospital Clínico Herminda Martin de Chillán, cuyo objetivo es medir la relevancia, letalidad y discapacidad por patología cerebrovascular mediante un innovador sistema.
El estudio, también denominado “Ñandú”, fue presentado recientemente a la comunidad por el neurólogo de la Universidad de Chile, doctor Pablo Lavados; el director del Hospital de Chillán, doctor Rodrigo Avendaño, y el director del Servicio de Salud Ñuble, doctor Iván Paul.
“La importancia de esta iniciativa radica en que nos va a permitir saber qué está sucediendo con nuestros pacientes que sufren un ataque cerebral. Vamos a hacer un seguimiento estricto durante un año a través de una profesional que los va a contactar para obtener información y diseñar políticas que nos ayuden a mejorar su evolución”, explicó el doctor Avendaño.
El estudio, cuya ejecución comenzó en 2014 y se extenderá hasta 2017, es financiado por el Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud (Fonis) de Conicyt. “A través de esta estrategia podremos identificar todos los casos que se produzcan de accidente cerebrovascular en la provincia, seguirlos en el tiempo, conocer cuáles son sus características, factores de riesgo y ver de qué manera intervenciones simples pueden cambiar el pronóstico de muchos pacientes”, agregó el doctor Lavados, líder el proyecto, para quien “si lo hacemos mal como sociedad, un 25% de los pacientes que sufren un ataque cerebrovascular, muere, si lo hacemos bien, esa cifra se reduce a sólo el 6 por ciento”.
Por su parte, el doctor Iván Paul valoró los alcances de este trabajo, considerando la alta tasa de decesos y discapacidad que genera esta patología. “Este problema de salud genera una mortalidad elevada, 28 casos al día. Pero el tema no sólo es quienes fallecen, sino también aquellas personas que posterior a un ataque cerebrovascular quedan con secuelas que muchas veces les impiden desarrollar una vida normal”.
