Determinantes sociales y riesgo cardiovascular
La doctora María Virginia Araya advierte sobre la importancia de conocer las condiciones donde estos pacientes nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen.
La Organización Mundial de la Salud define los determinantes sociales de la salud (DSS) como “las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana”.
Estas condiciones pueden ser profundamente distintas para varios subgrupos de una población y dar lugar a diferencias en los resultados en materia de salud, ya sea por desigualdades o inequidades.
La doctora María Virginia Araya Álvarez, especialista en medicina interna y cardióloga del Departamento de Prevención de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar) dio a conocer a sus colegas y otros profesionales de la salud en un encuentro telemático cómo influyen estos determinantes en los factores de riesgo cardiovascular y la declaración científica de la American Heart Association (AMA) sobre el tema.
Desde la antigüedad se tenía conocimiento que “en cualquier sociedad la incidencia de la enfermedad está determinada mayormente por factores económicos. Así lo evidencia un papiro egipcio que destaca que una baja calidad de vida, falta de comida, ropa y combustible, malas condiciones de vivienda y otros síntomas de pobreza han sido siempre las mayores causas de enfermedad”.
Si bien el mecanismo fisiopatológico exacto de la enfermedad coronaria todavía no está bien definido, se tiene claridad en que la aparición de ella está asociada a múltiples factores, entre ellos los determinantes sociales.
“Aunque tradicionalmente hemos considerado la enfermedad cardiovascular (ECV) como la consecuencia de ciertos factores de riesgo fisiológicos, de estilo de vida y genéticos modificables y no modificables, ahora debemos ampliar el enfoque para incorporar a los DSS. No demostrar conciencia de esta tercera dinámica resultará en una carga creciente de ECV, especialmente en aquellos con menos medios para participar en el sistema de salud.
La AMA “ha trabajado en una declaración que proporciona una descripción general que documenta la influencia de los DSS en la incidencia, tratamiento y resultados de la ECV y las posibles vías conductuales, biológicas y psicológicas que los vinculan”.
Esta información, sin duda, “nos lleva a incorporar en las directrices futuras la realización de estudios observacionales que examinen estas interacciones para así crear políticas públicas que ayuden a disminuir las brechas en salud”.

Dra. María Virginia Araya Álvarez