Daño neurológico por COVID-19
Reciente estudio confirma que casos graves de la enfermedad llevan a deterioro y déficit cognitivo importante.
Las consecuencias para la salud de los pacientes que han contraído el SARS-CoV-2 aún están en estudio y como se trata de un virus nuevo, todavía no existe consenso sobre varios de sus efectos.
Un reciente estudio realizado por un equipo del Imperial College de Londres [1] confirmó que en determinados casos de infección grave, las personas afectadas por COVID-19 sufren daño neurológico y déficit cognitivo importante.
La investigación liderada por el doctor Adam Hampshire consideró a más de 84 mil pacientes que más allá de padecer los síntomas habituales de esta enfermedad presentaron inflamación cerebral, convulsiones, alucinaciones y pérdida de memoria, gusto y olfato.
Sin embargo, lo más trascendental fue que reveló que algunos individuos tras su proceso de recuperación exhibieron una disminución de 8,5 puntos promedio en su coeficiente intelectual, fenómeno similar a si el cerebro hubiese envejecido de pronto unos 10 años.
El neurólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso Germán Cueto Urbina sostiene que este trabajo ratifica lo que ya se sabía sobre los efectos de la COVID-19 en el cerebro, al tiempo que aporta otras interesantes novedades.
“Es un hecho que esta enfermedad ataca también a las neuronas e invade el cerebro, así que indudablemente existe un efecto a raíz de la infección. Por otro lado, también tenemos daño en pacientes que permanecen en coma y por largo tiempo intubadas. Esto también afecta al cerebro y puede medirse”.
Además, “quienes no estuvieron en coma o padecieron formas menos graves de la enfermedad, igual manifestaron deterioro cognitivo. Se estima que este tipo de paciente puede sufrir una disminución de su capacidad cognitiva hasta en un 4%, lo que revela que, efectivamente, el virus es neurotrófico y provoca daño”.
“Que una persona sufra algún deterioro cognitivo por esta causa, no implica necesariamente que vaya a ser permanente. Si se han perdido neuronas, estas se pueden recuperar y con ello superar el déficit a través de una nueva reconexión neuronal”, acotó.
“Sabemos que el virus ataca directamente al cerebro, pero no hasta qué punto. Todavía nos resta mucho por estudiar y falta tiempo para saber el grado de recuperación. Por lo pronto, debemos monitorear a los pacientes por un período más extenso, para observar si existe una curva ascendente o descendente”.
Referencia
[1] DOI.org/10.1101/2020.10.20.20215863
