Cuidado prenatal y coronavirus
La Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología ha indicado que durante la emergencia hospitales y clínicas han adaptado sus recintos para asegurar la atención de estas pacientes.
La nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19) es la tercera propagación documentada de un coronavirus animal en humanos que ha resultado en una pandemia sin precedentes. Las anteriores epidemias causadas por β-coronavirus zoonóticos, SARS-CoV y MERS-CoV, cuentan con aproximadamente 10 mil casos en las últimas dos décadas con tasas de letalidad de 10% y 35%, respectivamente.
Durante el embarazo, las mujeres son más vulnerables a las infecciones virales y, adicionalmente, los cambios cardiopulmonares propios de la gestación agregan mayor morbimortalidad a los cuadros infecciosos con compromiso respiratorio.
Tanto el SARS-CoV como el MERS-CoV fueron responsables de complicaciones severas durante esta etapa, incluyendo ingreso a UCI, necesidad de ventilación mecánica, falla renal y muerte. De hecho, la tasa de letalidad en embarazadas con estos virus alcanzó al 18% y 25%.
A pesar de estos antecedentes la evidencia a nivel global de 108 casos de SARS-CoV-2 en gestantes muestra que, hasta el momento, no hay prueba de que corran mayor peligro ante el coronavirus que la población en general.
“Las embarazadas constituyen una población de riesgo en relación con cuadros respiratorios, debido a las transformaciones que experimenta el cuerpo y sistema inmunológico, pero ello no significa que tengan más riesgo de contagiarse”, explicó el doctor Francisco Gálvez Pavez, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Juan de Dios de La Serena.
A nivel fetal, no existe evidencia de que pueda haber transmisión vertical de la madre al recién nacido. “Estudios sobre la experiencia con los coronavirus anteriores tampoco demostraron verticalidad en la transmisión. La Organización Mundial de la Salud ha comunicado que, por ahora, no se ha detectado el virus en muestras de líquido amniótico o leche materna”.
En esa línea, resulta fundamental que las embarazas sigan las mismas recomendaciones indicadas para toda la comunidad: lavado de manos continuamente con agua y jabón; mantener distanciamiento social de al menos de un metro; evitar tocarse la cara; y toser o estornudar en el antebrazo o en un pañuelo desechable, eliminándolo en un basurero con tapa y luego de ello, lavarse las manos.
Con el objetivo de resguardar la seguridad de las madres y sus hijos, evitando el contagio por COVID-19, el recinto asistencial ha habilitado un acceso especial para las embarazadas que acudan por una consulta de urgencia. Mientras que las que consulten por cuadros respiratorios, serán derivadas al área respiratoria de adultos y todas aquellas que lo hagan solo por atención obstétrica, serán derivadas a la Urgencia Gineco-Obstétrica.
El especialista fue claro en señalar que la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología ha indicado que durante esta emergencia los hospitales y clínicas siguen siendo los lugares más seguros para que las madres traigan a sus hijos al mundo y que del mismo modo, no existe evidencia científica de que el parto en domicilio reduzca el riesgo de contagio del virus.
Esta seguridad radica no sólo en el hecho de que los recintos asistenciales pueden brindar la atención especializada que requieren las madres y los recién nacidos con diversas patologías, sino que también está dada por la rigurosidad que existe en ellos de seguir los lineamientos sanitarios y del Ministerio de Salud.

Dr. Francisco Gálvez Pavez