Cuidado del adulto mayor en tiempos de coronavirus
Ejercicio, nutrición, limitado acceso a información y aislamiento social serían clave para prevenir el contagio de SARS-CoV-2 en los pacientes de la tercera edad.
El envejecimiento de la población es un fenómeno universal y, por tanto, un tema que ocupa un lugar predominante en la agenda pública mundial, dadas sus evidentes consecuencias en el plano económico y social.
Se trata de un proceso que alcanza a todos los individuos sin excepción, intrínseco, genéticamente programado y progresivo. Comienza, prácticamente, desde el nacimiento y es deletéreo, ya que inevitablemente termina con la muerte.
La última encuesta Casen mandatada por el Ministerio de Desarrollo Social de Chile, mostró que los adultos mayores representan el 19,3% de la población, lo que equivale a casi 3,5 millones de personas. De ellos, el 19% se ubica entre los 70 y 74 años, el 12,9% entre los 75 y 79 y un 16,7% está sobre los 80, quienes se han transformado en el grupo vulnerable ante la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con los últimos datos entregados por el Ministerio de Salud, el 11% de población confirmada y notificada a nivel nacional por COVID-19 son mayores de 65 años y del total fallecidos a nivel país el 93% pertenece a este segmento.
“Estas lamentables cifras hacen que las personas mayores y sus familias se pregunten cuáles son las precauciones adicionales que deben tomar. En ese sentido, el distanciamiento social es fundamental para el control epidémico. Sin embargo, hay que estar atentos, porque la soledad podría generar un mayor riesgo para la salud”, destaca la doctora Paulina Zambra Rojas, jefa de la Unidad Geriátrica Agudos del Hospital San Pablo de Coquimbo.
“Es muy importante mantener la comunicación constante, reemplazar las visitas por llamadas telefónicas frecuentes, mensajes de texto, videollamadas u otra forma de comunicación. Hay que estar atentos ante cualquier necesidad”.
Si bien la enfermedad comúnmente se presenta con tos, fiebre, dolor de garganta y dificultad respiratoria, en el caso de ellos la sintomatología podría ser distinta. Por ejemplo, manifestarse sin fiebre, con decaimiento, desorientación, inapetencia, menor higiene personal, tristeza, agitación u otro cambio en estado mental habitual. Por lo que es muy importante apreciar cualquier alteración en la conducta.
A quienes viven con personas mayores se les recomienda ayudar a mantener, en la medida de lo posible, las rutinas y dinámicas establecidas desde antes a las cuales ellos ya estaban acostumbrados.
La geriatra sugiere mantener buenos hábitos, incluyendo suficiente tiempo para dormir; alimentación saludable; ejercicio que puede tener beneficios mentales y emocionales; limitar el acceso a la información, entregando solo la justa y necesaria, para no generar mayor temor y preocupación en el grupo familiar; y mantener el distanciamiento social.

Dra. Paulina Zambra Rojas