Clínica Elqui realiza puesta al día en apnea del sueño
El encuentro estuvo a cargo del doctor Juan Carrillo Azócar, médico de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Nacional del Tórax.
El Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Apnea del Sueño de Clínica Elqui realizó en el Centro SAVAL de Cooperación Científica de La Serena su primera reunión clínica del año, la que fue organizada por los doctores Fernando Retuert de la Torre y Felipe Rozas Ossandón, miembros de la Unidad de estudio y tratamiento de estas patologías en el recinto asistencial.
El doctor Juan Carrillo Azócar, Magíster en Salud Pública, Máster en Medicina y Fisiología del Sueño y Médico de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Nacional del Tórax, fue el encargado de exponer sobre la apnea del sueño y su riesgo cardiovascular.
Para el doctor Retuert, en términos generales, el síndrome de apnea del sueño se define a los “trastornos de la calidad y cantidad del sueño reparador. En nuestro país, tienen una prevalencia promedio del tres por ciento: cuatro en hombres y dos en mujeres”, destacó.
El especialista señaló que quisieron comenzar con estas reuniones clínicas con el objetivo de “entregar información a toda la comunidad médica de la Región de Coquimbo sobre la importancia de la patología tratada y los alcances médico-quirúrgicos que se encuentran disponibles en la zona para su diagnóstico y tratamiento”.
“Nuestra idea es poder conformar un equipo multidisciplinario, que permita optimizar el diagnóstico precoz evitando las complicaciones metabólicas, cardiovasculares, respiratorias, escolares, accidentes viales y laborales y también la repercusión individuales, familiares, sociales y económicas que conlleva este trastorno subdiagnosticado”, dijo.
Sobre la conferencia, el especialista señaló que como bien expuso el doctor Carrillo la apnea del sueño se relaciona con el aumento en el riesgo de desarrollar otras enfermedades como la hipertensión, insuficiencia cardiaca, ictus y cardiopatía isquémica “a través de la disminución o falta de oxigenación suficiente. Esto determina mayor trabajo cardiaco, pulmonar y muscular a nivel faríngeo, torácico y abdominal”.
“El resultado de estas alteraciones repercute en endotelio vascular, causando turbulencia circulatoria, endurecimiento de las paredes arteriales y facilitación del tromboembolismo con su consecuente aumento del riesgo para sufrir accidentes cerebrovasculares y cardíacos; así como daños en los músculos respiratorios, bronquiolares y alveolares pulmonares”, agregó.
A juicio del facultativo, la única manera de revertir esta situación es “a través de las herramientas clínicas, nutricionales, quirúrgicas, ortésicas y mecánicas que ofrece un buen diagnóstico y su correspondiente tratamiento”.

Dres. Felipe Rozas, Juan Carrillo y Fernando Retuert