En Clínica Dávila
Gran interés despertó Jornada de Cuidados Paliativos
“Cuando la medicina se acaba” fue el nombre de la primera Jornada del Departamento de Hemato-Oncología y la Unidad de Cuidados Paliativos de Clínica Dávila, que se llevó a cabo el sábado 27 de mayo en el auditorio del establecimiento, hasta donde llegó un selecto grupo de profesionales.
El doctor Sergio Castillo, neurólogo y miembro del Comité de Ética de la clínica, fue el encargado de inaugurar la actividad, haciendo énfasis en cómo los pilares fundamentales del quehacer ético - beneficencia, autonomía y justicia- deben ser aplicados a todos los pacientes, pero fundamentalmente a quienes van a morir a causa de su enfermedad. “Es un momento en que el concepto de autonomía cobra especial relevancia y todos debemos respetarla”, dijo.
Por su parte, el doctor Antonio Vukusich, director médico del establecimiento, presentó una visión filosófica de la muerte, intentando responder a la pregunta “… doctor ¿fue necesario que mi hijo muriera?”.
A partir de ese cuestionamiento, el médico mostró la muerte como un fenómeno social que ha impulsado la reflexión en diferentes culturas a través del tiempo, encontrando o no sentido en ella. “Si podemos diferenciar los distintos planos del desear, pensar, creer o saber, entenderemos que no existe una sola respuesta y nuestro intento pasa por hablar al menos en un mismo lenguaje. La muerte es y ha sido siempre para el hombre un tema de profundas reflexiones y meditaciones, tanto desde la perspectiva filosófica como desde la religión”, señaló, agregando que el concepto y las actitudes hacia la muerte han venido sufriendo una suerte de evolución en los últimos siglos y, sobre todo, en las últimas décadas.
Myriam Zemelman, profesora de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, abordó el tema como uno de los sucesos importantes de la vida que genera la aparición de ritos, como los nacimientos y matrimonios. Sin embargo, explicó que en el caso de la muerte, muchas sensaciones son reprimidas, por una sociedad que niega muerte.
En la misma línea, un ejercicio muy interesante fue el que propuso la psicóloga Sandra Dodero, de la Universidad de Buenos Aires, quien invitó a los asistentes a imaginar su propia muerte. “Nos ponemos en el lugar de la persona enferma y vemos que el final de la vida plantea una situación única para cada individuo. Por eso es fundamental atender las preguntas existenciales del paciente, permitir que se conecte con lo que le está pasando, que pueda despedirse de sus seres queridos”. En cuanto a los especialistas, destacó la importancia del respeto tanto al interior del equipo, como hacia el paciente.
En tanto, el doctor Juan Antonio Merino, anestesista y jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos de Clínica Dávila, explicó la necesidad de desarrollar un sistema en torno a este tema, puesto que se trata de una disciplina que mejora la calidad de vida de los pacientes, por ejemplo de aquellos que quieren morir en sus casas junto a sus familiares.
