Según nuevo estudio
El sonambulismo tiene raíces genéticas
Descubrir por la mañana que uno realizó actividades mientras dormía, que no ha pasado toda la noche en el mismo lugar o, incluso, despertar en un sitio distinto, puede producir gran desconcierto. Este problema, el sonambulismo, afecta al diez por ciento de los niños de hasta diez años y sólo a entre el uno y el dos por ciento de los adultos.
Luego de tres años de trabajo en torno al tema, investigadores de la Universidad de Bern, en Suiza, han descubierto un gen que favorece la aparición del sonambulismo, entregando así la primera prueba científica que lo acredita como un problema hereditario.
Hasta ahora se sabía que un niño, cuyos padres son o fueron sonámbulos cuando pequeños, tenía diez veces más probabilidades de sufrir el problema, razón por la cual se planteaba un origen hereditario aun sin mayores evidencias científicas.
La investigación, publicada en la revista Molecular Psychiatry de febrero de 2003, contó con la participación de científicos suizos, alemanes y franceses, que compararon 60 pacientes adultos diagnosticados con sonambulismo con 60 personas sin el trastorno.
La clave del estudio fue la detección de un cambio genético en la región del sistema HLA, que contiene más de cien genes encargados en su mayoría de codificar las proteínas que se encuentran en la superficie de las células inmunitarias.
Allí los científicos encontraron un gen llamado HLA-DQB1*0501, que determina la inmunocompatibilidad condicionando, por ejemplo, la aceptación o rechazo de un transplante, y que también se relaciona con una mayor susceptibilidad a ser sonambulo.
Este variante estaba presente en el 50 por ciento de los pacientes estudiados, pero sólo fue detectado en un 24 por ciento de gente que no sufre el desorden. Asimismo, los científicos observaron que el 58 por ciento de los pacientes había sido sonámbulo desde su niñez y también que el 24por ciento tenía otros miembros en su familia que sufrían del trastorno.
Caminantes nocturnos
Aunque hasta el momento la comunidad científica no ha descubierto consecuencias graves del sonambulismo, si se lo asocia con conductas potencialmente peligrosas. Según el estudio, un 32 por ciento de los pacientes analizados tuvo actitudes violentas mientras caminaba dormido, en tanto otro 19 por ciento sufrió lesiones.
Expertos en trastornos del sueño consideran que los avances científicos en esta materia pueden colaborar con el diagnóstico. En este sentido, conocer la existencia del factor genético aporta un antecedente importante a los médicos para realizar una prueba objetiva y, posteriormente, un tratamiento.
Los científicos de la Universidad de Bern reconocen que este gen no es el único factor involucrado en el sonambulismo y que tampoco se manifiesta de manera sistemática, de modo que aún no está del todo claro, cuál es su relación con el trastorno. Si bien los sonámbulos tienen un incremento demostrado en la frecuencia de la variante HLA-DQB1*0501, eso no prueba que el gen sea absolutamente responsable del problema. Es altamente probable que otros genes, cuya identificación aún no se consigue, estén relacionados con la transmisión hereditaria del sonambulismo.
