Van más de 8.000 afectados durante 2005
Ministerio de Salud refuerza campaña para prevenir intoxicaciones por vibrión parahemolítico
Reforzando la campaña informativa principalmente en las regiones V, VIII y X, el Ministerio de Salud decidió enfrentar la alta prevalencia de intoxicaciones por vibrión parahemolítico, cuadro que ya ha afectado a más de 8.000 personas en lo que va corrido del año.
Con este objetivo el organismo comenzó a repartir volantes con las medidas recomendadas y, desde el lunes 21, se está realizando una campaña en las radios de cobertura nacional.
El mensaje de las autoridades va dirigido a la población y, principalmente, a quienes consumen mariscos durante el verano, para que los cocinen al menos durante cinco minutos antes de comerlos. En el caso de ser preparaciones al vapor, recomiendan aumentar el tiempo de cocción a 10 minutos, para no exponerse al contagio de la bacteria.
Aunque el vibrión no afecta directamente a los pescados, los voceros del ministerio señalaron que de todas formas los consumidores deben preocuparse de que estén cocidos o bien fritos.
El vibrión parahemolítico es una bacteria entérica gram negativa, halofílica (requiere sal para su desarrollo), de la misma familia del Vibrio cholerae que produce el cólera. Esta bacteria se encuentra presente en forma permanente en el mar del territorio chileno, lo que no implica que exista riesgo permanente de infección, sino que el peligro sólo se presenta cuando existen condiciones especiales en el mar, como el aumento de su temperatura, ya que favorecen su alta concentración. En este caso, mariscos tales como ostras, almejas, machas y cholgas absorben mayores cantidades que las habituales del vibrión.
La enfermedad, que generalmente se transmite por ingestión de cualquier marisco contaminado crudo o mal cocido, también puede contraerse por contaminación cruzada, es decir, por ingestión de cualquier alimento que haya tenido contacto con mariscos o agua contaminados. Por ello, el transporte o almacenamiento de productos del mar sin las condiciones adecuadas de refrigeración favorecen la proliferación de la bacteria y, por lo tanto, la posibilidad de infectar.
Los síntomas más frecuentes de la patología se manifiestan a través de un cuadro intestinal caracterizado por diarrea acuosa y cólicos abdominales, que pueden acompañarse de náuseas, vómitos, fiebre y cefalea. Generalmente es autolimitado y en los casos más severos puede producirse un síndrome disentérico, caracterizado por heces con sangre y fiebre alta.
Si existe sospecha de contagio, las autoridades del ministerio han recomendado a la población acudir a un centro médico e indicar expresamente qué mariscos se ingirió y de dónde provenían. En algunos casos, se tomará una muestra de deposiciones para efectuar el diagnóstico etiológico, que se realiza por el aislamiento de vibriones.
Explican que la principal medida de manejo de esta gastroenteritis es la hidratación para reponer los fluidos perdidos por la diarrea. El tratamiento antibiótico en la mayoría de los casos es innecesario, puesto que no se ha evidenciado que disminuya la severidad o duración de la enfermedad, no obstante, en los casos más graves se pueden utilizar dependiendo de la susceptibilidad del agente.
