Novedosa propuesta
Dra. Andrea Torres expone sobre la rosácea ocular en niños
La rosácea es un problema que afecta a cerca del 10 por ciento de la población adulta, y aunque la afección se reconoció originalmente como un problema dermatológico, las manifestaciones oculares pueden, incluso, ser más perjudiciales para el paciente.
Aparentemente, se trata de una enfermedad poco común en menores de edad, sin embargo, no es reconocida fácilmente, ya que los cambios dermatológicos no se presentan con frecuencia en los niños. Estos pacientes muestran en general enrojecimiento, irritación de la superficie ocular y chalazión recurrente, siendo los primeros síntomas la conjuntivitis y queratitis, entre otros.
Para abordar la rosácea ocular en niños, la doctora Andrea Torres fue invitada a exponer el miércoles de la semana pasada al Colegio Médico de Concepción, en el marco de las reuniones clínicas organizadas por el Departamento de Pediatría de la Universidad de Concepción y el Servicio de Pediatría del Hospital Guillermo Grant Benavante.
“Como no existe el concepto de que los niños pueden padecer rosácea ocular, se presentan muchos subdiagnósticos, lo que a sin dudas no beneficia la recuperación del paciente”, explica la doctora Torres, miembro de la Unidad de Oftalmología del Hospital Regional.
Uno de los puntos interesantes de su ponencia fue el novedoso énfasis realizado respecto al tratamiento de esta patología. “Dentro de la génesis de la rosácea podría estar implicado el demodex, que es un ácaro que se trata con ivermectina, medicamento ampliamente empleado en la medicina veterinaria y también en otros países para el tratamiento de ciertos nemátodos. Actualmente los pediatras lo utilizan para ciertas parasitosis, como pediculosis y escabiosis, pero su uso no está discutido ampliamente para tratar la rosácea ocular. Para que la ivermectina pueda ser incorporada a los tratamientos regulares, es necesario hacer un trabajo de difusión con infectólogos y dermatólogos, que apunte a enfatizar que existen ciertas patologías, sobre todo de piel, como la rosácea o foliculitis, que pueden ser producidas por ácaros comensales de nuestro organismo como el demodex”, sostuvo.
