Especialistas analizan trastornos generalizados del desarrollo
La población infantil de América Latina presenta entre un 15 y un 20 por ciento de trastornos vinculados al desarrollo, tales como complicaciones en el lenguaje o psicomotrices, autismo o déficit en la atención. La mayoría de estas dificultades se presenta en niños menores de cinco años, lo que hace necesario poner mayor atención a ese rango.
Para analizar y enseñar sobre las complicaciones, el neurólogo infantil Enrique Benzano de la Universidad de Buenos Aires y el psiquiatra infantil Miguel Ángel Coto de la Universidad de Palermo, el marco del diplomado Trastornos Generalizados del Desarrollo que imparte la Universidad de Valparaíso, expusieron sobre estos importantes temas.
El doctor Benzano destacó que si bien el diagnóstico de un trastorno generalizado es común en Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Estados Unidos o China, lo más importante es el tratamiento. Para diagnosticar estos casos, es fundamental manejar elementos comunes de acuerdo a la categorización de las complicaciones, ya que lo más importante es entender todo lo que implican para la familia.
“Hay que ver todo lo subyacente en estas complicaciones, porque el diagnóstico no es un punto de llegada, sino una partida. Nuestra responsabilidad es detectar esto lo más pronto posible, para empezar a transitar en lo que le sucede al paciente y el tratamiento que debe tomar”, señaló el especialista.
En el caso del autismo, los expositores destacan que no es una alteración de origen psicológico, sino que más bien su génesis es biológica. Aproximadamente cuatro o cinco niños por cada diez mil nacidos es autista, registrándose una mayor frecuencia en varones.
Una señal es “cuando los chicos miran hacia otro lado en relación a la mirada del resto”, comentó el doctor Coto. “Ellos hacen las cosas de acuerdo a otros parámetros, entonces todo lo que es el desarrollo es diferente en relación a la comprensión de la comunicación y la socialización. Además, presentan dificultades para manejar códigos comunes en las convenciones sociales”, dijo.
El médico manifestó que estos códigos se observan en la rigidez del lenguaje, donde el niño autista no puede entender las cosas que no están permitidas o no las adecuan a una determinada situación. “Lo más común es que son muy rígidos, presentando dificultades para relacionarse socialmente, sin poder comunicar sus sentimientos con la claridad que tienen las otras personas”.
La mayoría de los autismos se deben a enfermedades químicas, fenilcetonuria u otras complicaciones, pero algunas causas han disminuido, señalaron los especialistas. Sin embargo, estos trastornos no tienen cura, por lo que es relevante formar a los profesionales relacionados con estos pacientes, para ayudar en el procedimiento de casos de estudios y tratamientos.
