Radiación artificial puede provocar cáncer de piel
Estar bronceado dejó de ser sinónimo de salud, relax y vacaciones. La proliferación de camas solares se transformaron en la forma más fácil de adquirir un “tono fascinante” durante todo el año.
La moda del bronceado y el aumento de casos de cáncer de piel obligó a los dermatólogos a advertir sobre sus peligros. Incluso, nuestro país, promulgó un decreto que regulaba la forma y condiciones de exposición de la piel a radiación ultravioleta artificial (UVA), con propósitos no médicos.
Esta semana los solarium fueron incluidos dentro del grupo de factores causantes de cáncer que elabora la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal institución no gubernamental dedicada a evaluar las evidencias científicas sobre estos temas.
Los rayos UVA, hasta ahora considerados como probablemente cancerígenos, han sido clasificados como "cancerígenos", pues incrementan hasta en un 75 por ciento las probabilidades de desarrollar un melanoma, cuando se usan antes de los 30 años. Además, los especialistas y varios estudios proporcionan evidencias de una asociación positiva entre el uso de los dispositivos de bronceado y el melanoma ocular.
Estas elocuentes conclusiones fueron publicadas en la revista The Lancet Oncology (Lancet Oncol. 2009 Aug; 10(8):751-752), donde el grupo de trabajo planteó la clasificación del uso de estos dispositivos dentro del grupo 1 de “carcinogénicos para humanos”.
La mutación genética característica causada por la radiación solar ultravioleta (UV) ha sido atribuida durante largo tiempo a la radiación ultravioleta B (UVB). Sin embargo, la misma mutación fue detectada en la piel de ratones tratados con radiación ultravioleta A (UVA) y en tumores de piel de ratón inducidos con rayos UVA.
Esta es la primera vez que todos estos tipos de radiación han sido revisados por un grupo de trabajo durante una reunión. Entre las fuentes de radiación ionizante se encuentran el gas radón, el plutonio, el radio, el fósforo-32 o los radioiodines, que pueden afectar la tiroides en niños y adultos.
La evidencia es clara: los solarium hoy se ubican junto con el cigarrillo, el arsénico y el asbesto en la lista de mayores amenazas de cáncer para los humanos.
