https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/un-mal-dormir-repercute-en-la-calidad-de-vida-de-una-persona.html
01 Abril 2013

Dr. Fernando Molt Cancino:

“Un mal dormir repercute en la calidad de vida de una persona”

Para el neurólogo del Hospital de Coquimbo resulta necesario crear políticas públicas sobre el tema, porque mejorar la vigilia ayudaría a prevenir enfermedades crónicas en el individuo. 

Para una parte importante de personas quedarse dormidas y mantener el sueño sin sobresaltos ni despertares durante toda la noche, es parte de un proceso natural. De hecho, la mayoría de los individuos duerme alrededor de ocho horas. Sin embargo, cerca de un siete por ciento de la población mundial sufre de algún trastorno que impide lograr ese estado placentero, necesario e indispensable para el funcionamiento normal y el bienestar físico y mental de una persona.

Un estudioso del tema es el doctor Fernando Molt Cancino, médico de la Universidad Austral de Chile (UACh), quien realizó su beca de neurología en la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), especialización que lo llevó a la ciudad de La Serena.

“En 2009 llegué a Hospital de Coquimbo. Cuando era alumno de medicina, hice una práctica acá, en el Servicio de Medicina Interna y, por esas vueltas de la vida, me tocó volver a trabajar acá. Así que cuando me designaron estaba muy contento, porque ya conocía el lugar y a su gente. La verdad es que se extraña un poco la lluvia, pero para mí ha sido interesante y enriquecedor trabajar en un lugar distinto”, confesó el doctor Molt.

Con la vitalidad que lo caracteriza, este joven profesional trabaja en el Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital de Coquimbo, donde es jefe del Laboratorio de Neurofisiología y encargado de los estudios del sueño, “un tema que no es ajeno a nadie, pues un 90 por ciento de la población, en algún momento de su vida, va a sufrir de algún trastorno del sueño”.

Para hablar sobre este tema relevante, el doctor Molt conversó con SAVALnet y compartió algunas reflexiones sobre la importancia del buen dormir, pues a su juicio “el que un individuo se oxigene bien durante la noche va a ayudar a prevenir muchas otras enfermedades crónicas que se relacionan con una alteración del sueño”.

- Doctor, para comenzar la entrevista, nos podría explicar brevemente ¿qué son los trastornos del sueño?

Cuando hablamos de trastornos del sueño, lo hacemos para referirnos a un amplio grupo de desórdenes que afectan el desarrollo habitual del ciclo sueño-vigilia, algunos pueden llegar a ser tan graves que interfieren en el funcionamiento físico, mental y emocional de una persona. Son bastantes frecuentes en la población. Se dice que cerca del 80 por ciento de ella, en algún momento de su vida, va a tener un trastorno del sueño y, probablemente, ya en los adultos mayores esta cifra sube entre 90 y 95 por ciento. Así como son frecuentes en la práctica clínica, han sido durante mucho tiempo bastante poco diagnosticados y eso pasa porque los médicos no teníamos tiempo durante la entrevista como para preguntar por un trastorno del sueño en específico o, muchas veces, porque el paciente no lo consideraba como una enfermedad. El advenimiento de la medicina del sueño recién parte en la década de los 70’ y ya entre el 80’ y 90’, con los avances tecnológicos, se ha podido estudiar el tema de manera más masiva y no sólo en laboratorios. Es un tema muy importante, porque son patologías prevalentes, porque hay mucha población afectada, porque no lo estamos diagnosticando, por ende, no lo estamos tratando y porque afecta mucho el rendimiento de las personas. 

- ¿Cuándo el mal dormir se considera una enfermedad?

Hay muchos trastornos del sueño que no necesariamente son enfermedades. Pasan a serlo cuando esa alteración empieza a afectar la actividad diaria. Los más comunes son el insomnio, que es la alteración que no permite conciliar el sueño; la hipersomnia o excesivo sueño, donde el paciente tiene mucho sueño durante el día; hay quienes tienen una mezcla, tienen insomnio en la noche e hipersonmia en el día; otros padecen trastornos respiratorios del sueño, donde lo más común es el síndrome de apnea del sueño o síndrome de hipo ventilación durante el sueño, que se da tanto en niños, adultos como en personas mayores; hay otros con trastornos de movimiento durante el sueño, personas que sufren de movimientos que pueden estar asociados a otras patologías; y para nosotros los neurólogos algunos trastornos de epilepsia que se agravan en el sueño y que son, a veces, el diagnóstico diferencial de algunos otros trastornos como las parasomnias. Es importante destacar que en los trastornos del sueño están involucrados varios actores. Si bien afectan a una persona, el trabajo de los neurólogos, psiquiatras, internistas, especialistas respiratorios y geriatras es muy importante, así como el diagnóstico inicial que puede hacer un médico general o de familia. 

- Actualmente la clasificación Internacional de Disturbios del Sueño cataloga más de 100 anomalías ¿cuáles son las más comunes a nivel nacional? 

Efectivamente son cerca de 100 las anomalías, el grueso se concentra en alrededor de 80 y se han querido poner en distintos acápites. Lo más frecuente y el mayor trastorno del sueño que nosotros tenemos es el síndrome de sueño insuficiente. Como sociedad occidental, desde el año 80’ hasta 2010 hemos perdido alrededor de un 25 por ciento de horas de sueño y eso sucedió por la prolongación del día de manera artificial. Le hemos quitado a nuestra vida diaria algo que es fundamental, porque el sueño ayuda a los procesos de memoria y de regeneración celular. Por lo tanto, el síndrome de sueño insuficiente produce, finalmente, una hipersomnia, que es uno de los principales trastornos de los pacientes. Otro es el efecto contrario, personas que andan con mucho sueño durante el día y eso, en el peor de los escenarios, se trata de un paciente que tiene un mal sueño y además tiene una vigilia pobre. Dentro de los trastornos que fraccionan el sueño tenemos los trastornos psiquiátricos, los trastornos del movimiento de extremidades y los trastornos respiratorios de sueño. 

- ¿Cuántas horas es necesario dormir para tener al otro día una buena vigilia?

Va cambiando durante la vida y es un proceso mecánico. Los niños necesitan dormir mucho más, lo hacen durante todo el día y también durante toda la noche, con periodos de vigilia en intervalos. Hacia la edad escolar esto después se va regularizando y luego los adolescentes son los que tienen un tiempo de mayor cantidad de sueño necesario, cerca de ocho a nueve horas. El adulto debiese dormir en promedio unas siete horas, algo que está comprobado. Y esto va disminuyendo luego con la edad, porque también hay una variación de los procesos neuronales, por eso un adulto mayor con seis horas de sueño puede realizar sus actividades diarias bastante bien. Ahora, esto es en términos generales, porque existe un grupo de personas que se conocen como los dormidores largos y los dormidores cortos, personas que durmiendo menos tienen una vigilia normal y pacientes que requieren dormir más para tener una vigilia normal. 

- Y esas no se consideran patologías…

No, son variantes de la normalidad. Cuando se sale de ciertos parámetros, pasa a ser una patología. Estamos hablando de personas que requieren dormir una o dos horas más y no más que eso dentro de ciertos parámetros. 

- Cuando no dormimos suficientes horas, o nuestro descanso no tiene calidad, nos encontramos mal, nos falta la energía y tenemos dificultades para rendir física e intelectualmente. Además de estas consecuencias a corto plazo, ¿qué repercusiones puede tener sobre nuestra salud no dormir adecuadamente?

Esto se ha estudiado. Se llama insomnio crónico y la verdad es que esto es bastante más grave de lo que se pensaba. Aparte de la alteración cognitiva, al otro día estamos con mayor desconcentración, hay mayores tasas de accidentabilidad. Se ha visto que pacientes con insomnio crónico andan con un estado de hipercuagulabilidad, lo cual los predispone a otras enfermedades como la hipertensión, resistencia a la insulina, diabetes, dislipidemias. Eso se ha medido con marcadores. El estar con sueño durante el día, el no dormir bien equivaldría, en estrés oxidativo para el cuerpo, a fumar 20 cigarrillos al día. Según los estudios el dormir mal, el andar al otro día con sueño no solamente tiene efectos directos, sino que, a largo plazo, son bastante deletéreos.

- ¿Se sabe por qué dormimos tan mal?

La verdad es que, actualmente, una de las mayores causas de este trastorno de sueño insuficiente es la prolongación artificial de la vigilia, tanto por entretención como por exceso de trabajo. Además, algunas enfermedades crónicas, como el sobrepeso, llevan a desarrollar apneas del sueño. Hemos visto que desde que apareció la epidemia de la obesidad y el sobrepeso, cada vez tenemos pacientes con mayor cantidad de apnea-hipopnea del sueño. Y, obviamente, un paciente que tiene apneas en la noche es un paciente que no logra dormir y, por ende, que tiene una pobre vigilia al otro día. 

- ¿Qué influencia tiene la dieta, el sedentarismo, el tabaco y el alcohol en este tipo de trastornos?

Se ha estudiado todo eso por separado y efectivamente estos factores influyen. Además, si uno se alimenta mal o come alimentos muy ricos en carbohidratos o que son muy activantes, especialmente en la segunda mitad de la tarde o en la noche, puede llevar a un fenómeno en el cual el paciente está mucho más despierto. Cuando uno le quita horas al sueño a nivel periférico se secretan orexinas en el tejido adiposo que incitan a comer más. Eso explica que cuando uno se queda despierto en la noche le dan ganas de comer y de comer alimentos ricos en calorías. Eso tiene un fundamento real. Por lo tanto se da el círculo vicioso de pacientes que duermen mal, que se quedan más tiempo despiertos, que consumen más calorías y que, por ende, suben de peso, lo que empeora el sueño y, en algunas personas, les produce además apnea de sueño. Este círculo vicioso lo lleva a un estado de hiperinflamación crónica que es grave y que está relacionado con hipertensión, diabetes y resistencia a la insulina. El alcohol por sí solo es un potente inhibidor de la melatonina, que es un inductor natural del sueño que nosotros secretamos desde la glándula pineal. Por lo tanto, los pacientes que consumen alcohol en la noche producen una mala noche. El paciente no logra un sueño profundo y, a largo plazo, produce daño cerebral propiamente tal, con lo cual puede producir también alteraciones del sueño. Está estudiado que el consumo de alcohol excesivo en una noche altera completamente la arquitectura del sueño, por eso ese sueño que se consigue no es reparador. 

- ¿Cómo se puede lograr un equilibrio biológico para mejorar o arreglar esa arquitectura del sueño?

Es importante señalar que la mayoría de las patologías en las cuales hay una alteración en el reloj biológico tienen un manejo más bien conductual. Por eso es tan importante la entrevista y el examen neurológico para encontrar la causa del problema, porque siempre hay una causa subyacente. Hay medidas de higiene de sueño que son personalizadas, en las cuales se deben tomar acciones sobre la alimentación, la habitación, las actividades que el paciente realiza en la segunda mitad de la tarde y de la noche, los medicamento que toma, es decir, hay que ordenar las actividades y el entorno para conseguir una buena higiene de sueño. Y, en segundo lugar, hay algunos fármacos que nos pueden ayudar a regular estas fases de sueño. Es importantísimo saber el por qué, porque si uno no conoce las causas no sabe cómo tratar.

- Antiguamente se pensaba que con dormir siesta a la mitad de la tarde uno podía recuperar ese sueño que no había tenido la noche anterior. ¿Es eso verdad o es solamente un mito?

La verdad es que las siestas, en general, no están muy recomendadas. De todas formas, es un tema que también se debe ver caso a caso, especialmente en las personas que tienen trastornos del sueño, porque si alguien está acostumbrado a dormir siesta no hay problema. Hubo un tiempo en que a la gente se la acostumbraba a dormir siesta, era parte de la cultura latinoamericana. Las siestas en pacientes con trastornos de sueño no están recomendadas, porque uno debiera focalizar el sueño en los momentos en que debe hacerlo: tarde-noche. Ese paciente si va a dormir siesta, ésta no debiera durar más de 30 minutos. Si uno quita horas al sueño nocturno, obviamente después va a tener una alteración del ciclo circadiano. Hacer una siesta de tres horas equivale a llegar a varias etapas del sueño, por lo tanto eso puede causar otros trastornos, por ejemplo, de despertar precoz o insomnio de conciliación. Hay que estar atentos, porque así como existen varias alteraciones del sueño, también existen cronopatologías del sueño. Hay enfermedades que se manifiestan durante el sueño y no durante la vigilia. Por ejemplo, el infarto al miocardio y los infartos cerebrales se producen más durante el sueño, sobre todo en la noche y durante la siesta.

- Cuando se habla de trastornos del sueño se suele pensar en dificultades para dormir, pero la hipersomnia también se incluye entre estos trastornos y puede interferir seriamente en la vida cotidiana del paciente, sobre todo si se trata de narcolepsia y le provoca ataques de sueño incontrolables, ¿cómo se tratan estas afecciones?

Por lo general, en la hipersomnia diurna o en el exceso de sueño nocturno vemos que en un 95 por ciento es por un síndrome de sueño insuficiente, o sea, la mayoría de las personas que tiene sueño durante el día es porque durmieron mal la noche anterior o porque hay alguna alteración que esté fraccionado el sueño. Lo primero que hay que descartar son las apneas del sueño y el síndrome de movimiento periódico de extremidades. Lo otro que tenemos que ver es por qué esa persona está durmiendo mal en la noche. En segundo lugar, hay trastornos intrínsecos del sueño o enfermedades propias del sueño que cursan por hipersomnia diurna y esas son enfermedades un poco más extrañas como, por ejemplo, la narcolepsia y el síndrome de Kleine-Levin, 

- Pasando a otro tema relacionado, ¿cómo nace la idea de crear una Unidad de Sueño en el Hospital San Pablo de Coquimbo, tengo entendido que son el primer recinto público a nivel nacional en contar con un laboratorio de neurofisiología?

Cuando llegué en 2009 a este hospital, surgió la necesidad y la inquietud de tener una formación en el área de neurofisiología. En 2010 me fui a hacer una beca de subespecialización a la Unidad de Sueño del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y ahí nació la idea de crear una unidad parecida acá, considerando que los problemas del sueño se encuentran presentes en cerca del siete por ciento de la población general. Es algo tremendamente frecuente, mucho más que el Parkinson e incluso más que el accidente cerebrovascular. Es una patología del área neurológica muy frecuente. Por lo tanto, creíamos que debíamos ofrecer a nuestros pacientes una alternativa, porque los trastornos del sueño sí tienen tratamiento. Además, el tener un buen sueño, el que el paciente duerma bien, que oxigene durante la noche nos va a prevenir muchas otras enfermedades: hipertensión crónica, diabetes, intolerancia a la glucosa, dislipidemias, síndrome metabólico, es decir, no solamente el dormir bien es importante, sino que también el prevenir patologías crónicas, que tienen que ver con una alteración del sueño. Y eso es lo que nosotros queremos ofrecer acá. Esto es algo nuevo, no existe en otra región, a nivel público, una unidad como ésta y la verdad es que ya llevamos dos años haciendo estudios de sueño. Tenemos un grupo importante de técnicos paramédicos que son importantísimos, porque acompañan a nuestros pacientes toda la noche. Ellos se han formado en el tema y están completamente capacitados en estudios neurofisiológicos. 

- ¿Cuál es la evaluación que ustedes hacen hasta el momento?

La verdad es que la evaluación es súper positiva. Ya hemos podido diagnosticar y tratar algunos casos. En cuanto a tratamiento todavía tenemos limitaciones, sobre todo en casos que tienen que ver con equipos, como el uso del CPAP que tiene un costo que no es subsidiado por el estado ni por las instituciones privadas de salud. Pero creo que haciendo ver esta problemática va a haber un momento en que esto va a ser una política pública. Los trastornos del sueño necesitan tener una mirada de política pública, para su tratamiento, porque si no vamos a tener una sociedad enferma. Una sociedad que no duerme bien, es una sociedad que la tenemos crónicamente inflamada. Actualmente, con la ley de tolerancia cero para el alcohol, deberíamos tener una ley de tolerancia cero para el sueño, ya que una persona que maneja bajo los efectos del insomnio es igual de peligrosa que una que lo hace bajo la influencia del alcohol. En España, por ejemplo, todos los conductores profesionales tienen que someterse a estudios del sueño para sacar su licencia profesional, porque están a cargo de vidas humanas. 

- Y esta experiencia recogida acá, es posible de replicar en otros hospitales públicos del país

Nosotros a través de la Sociedad de Medicina del Sueño (Sochimed) hemos estado proponiendo una política pública a nivel nacional en cuanto a la instalación de unidades de sueño y a la creación de políticas para el tratamiento de los trastornos del sueño. Hemos demostrado, con el apoyo del hospital, lo necesario que es, porque es una patología tremendamente prevalente en la sociedad actual y que es necesario tratar.

- ¿Cuál es su función como especialista en medicina del sueño?

La medicina del sueño es mucho más que una polisomnografía, compete a muchos profesionales, incluso profesionales no médicos. Hay personas que tienen trastornos del sueño, por ejemplo, por sus condiciones de vida. Eso está estudiado en poblaciones de América latina. Nuestros pacientes tienen menos metros cuadrados de superficie de vivienda y por eso tienen una menor calidad de sueño. El problema de sueño, en esos casos, no va por entregarle un medicamento, sino que por mejorar las condiciones de vida. O sea, este problema va mucho más allá de la medicina, influyen varios factores. A mí me ha tocado formar el laboratorio de neurofisiología y desde ahí esta Unidad de Sueño que estamos tratando de que sea pionera a nivel nacional en cuanto a estudios de sueño en el sistema público. Trabajamos con un equipo compuesto por cuatro neurólogos, una fisiatra, dos neuropediatras, cuatro técnicos paramédicos y una enfermera.

Por último, ¿cuáles son las pautas a seguir para lograr una buena higiene del sueño?

Hay varios puntos. Uno importante es la alimentación. Tratar de comer tres horas antes de irse a dormir y de no tomar cafeína, té o comer chocolates, alimentos azucarados o ricos en grasa en la segunda mitad de la tarde, porque eso activa durante la noche. Hacer siempre una rutina al irse a dormir y no llevarse las tareas, trabajo y preocupaciones a la cama. La cama es para dormir y tener relaciones sexuales, no es para comer, ni menos para jugar al computador. Tratar de no utilizar las pantallas LED o LCD en la noche, ya que éstas inhiben la función de la melatonina. Si hay que utilizarla en la noche, en personas con trastornos de sueño, se debe hacer con gafas. Mantener una vida sana, haciendo ejercicio moderado tres veces a la semana y tratar de no hacer ejercicio severo en la noche, si uno lo hace antes de irse a dormir es frecuente que se tenga insomnio, porque uno está muy activo. No consumir alcohol en la noche, ya que no produce una mayor calidad de sueño, sino que todo lo contrario, la calidad de sueño generalmente es más mala. Y si uno tiene un trastorno de sueño hay que consultar primero con el médico de cabecera y de ser necesario con un especialista en medicina del sueño.

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