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Este año cumple cinco décadas de trayectoria profesional, pero dejar el trabajo no es algo que esté dentro de sus planes. Al contrario, se siente llena de energía, motivada y dispuesta a compartir su experiencia como cirujana pediátrica, dirigiendo un programa de especialización que imparte la Universidad de La Frontera (UFRO).

“Es toda una vida entregando mis conocimientos, creo en un nivel adecuado en lo técnico, siempre con el objetivo de humanizar la medicina, respetando al paciente y promoviendo el trabajo en equipo”, comenta la doctora Galicia Montecinos Latorre, profesora asociada de la UFRO.

En el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena (HHHA) de Temuco destacó por su contribución al desarrollo del abordaje quirúrgico y rehabilitación de neonatos, niños y adolescentes con fisura labiopalatina, desde la Araucanía hasta Aysén. “Me alejé voluntariamente en 2015 para darle paso a las nuevas generaciones. Con los residentes me dedico a la formación teórica y enseñanza de habilidades prácticas”.

Durante su carrera ha recibido múltiples reconocimientos. Es hija ilustre de Temuco, el Servicio de Cirugía Pediátrica HHHA bautizó sus dependencias con su nombre y la Sociedad Chilena de Cirugía Pediátrica le otorgó el título honorífico de maestra de la especialidad. “Trabajaré hasta que Dios quiera, hasta que mis manos no tiriten y mis ojos y cabeza funcionen”. 

Esa entrega motivó un nuevo homenaje. Instituciones de la zona la incluyeron dentro de las “100 mujeres líderes de 2020”, premio que retribuye el aporte que ellas han hecho en diversos ámbitos de la sociedad, junto con promover la participación en los desafíos regionales.

“Es una distinción ciudadana, más que académica o clínica, y me compromete a seguir trabajando con las mismas ganas”, reconoce la profesional formada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y especializada en el Hospital Roberto del Río de Santiago.

- ¿Cuál es su principal motivación?

Siento que hay algunas áreas que aún faltan por consolidar en la zona, en el aspecto asistencial y formativo. Todavía tengo fuerzas, buena salud y deseos de contribuir. 

- ¿Cómo toma estos reconocimientos?

Con orgullo y humildad. La verdad es que se han ido sucediendo las cosas sin que yo lo quiera. Cuando terminé la carrera de medicina egresé como la mejor alumna de la promoción y eso me permitió cursar la especialidad en forma inmediata. Mi trabajo comenzó en Temuco cuando la cirugía pediátrica estaba en periodo embrionario y desde 1985 tomé la responsabilidad de mantener y elevar el nivel. De a poco fuimos armando equipos y con ese objetivo contamos con la colaboración de la UFRO y todos los estamentos hospitalarios.

Logramos crecer y desarrollarnos hasta 1995, cuando nos convertimos en el Servicio de Cirugía Pediátrica, con rostro y jefatura propias, siendo parte del organigrama del hospital, como Centro de Responsabilidad junto a Traumatología y Ortopedia Infantil.

- ¿Siente el desarrollo de la atención integral del niño fisurado como su mayor éxito?

Claro que sí. Fui ayudante del doctor Alfredo Gantz Mann, precursor en Chile en el área, y en 1978 me pidieron atender a estos pacientes. Fue así como efectuamos los primeros procedimientos, junto a un otorrinolaringólogo y ortodoncista. Hoy existe un equipo multidisciplinario, con profesionales capaces, entusiastas y comprometidos. Todo funciona bien y eso me da tranquilidad. Antes la cobertura era deficiente y ahora los niños con esta condición pueden acceder a atención de primer nivel. 

- ¿Qué mensaje enviaría a las nuevas generaciones?

Lo principal es especializarse y formar equipos de trabajo, reconociendo al paciente como una persona que merece nuestro respeto, sea un neonato, niño o adolescente. Hay que involucrar a la familia porque también forman parte del proceso de rehabilitación. Deben evaluarse constantemente, dejar registro de sus avances y experiencias para que puedan ser aprovechadas por otros colegas. Exponerse a la crítica de los mayores, investigar y publicar. 

- Y en sintonía con el último reconocimiento, ¿qué les diría a las mujeres que se están formando en el área de la salud?

Cada año ingresan más mujeres a medicina u otras carreras afines. Cuando comencé a estudiar solo había cuatro cirujanas pediátricas en Chile y actualmente nuestra agrupación científica cuenta con más de 40. Si se interesaron en la medicina tienen que trabajar seriamente, con esfuerzo. Deben fijarse una meta y perseguirla pese a lo que cueste. Trabajar en función de ella, manteniendo un equilibrio personal y familiar.

Yo nunca busqué el brillo profesional, si eso se dio por añadidura es consecuencia de todo mi quehacer a lo largo de tantos años. Solo me propuse trabajar y aprender cada día con la finalidad de beneficiar a mis pacientes y alumnos.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez