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La diabetes impacta de forma creciente a la población. Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, el 12,3% de los chilenos padece esta enfermedad, lo que se traduce en cerca de 1,8 millones de personas.

Estas cifras son reflejo de un creciente problema de salud pública, y no solo a nivel nacional, sino mundial. Es por ello que el doctor Hernán Zárate, médico internista y exdirector de la Fundación de la Sociedad Chilena de Hipertensión, ha dirigido gran parte de su carrera en pos de educar a la población, y hacer hincapié en obesidad, “puesto que es uno de los principales factores de riesgo asociado a la diabetes tipo 2”.

“Esto conlleva a que el paciente presente alteraciones de los lípidos, aumento de triglicéridos, descenso del HDL, hipertensión, incluso, alteraciones en los transportadores de glucosa provocando complicaciones a largo plazo como daño a la visión, a los nervios, riñones o problemas de pie diabético”.

Durante el último tiempo, ha sido impulsor de una iniciativa que busca difundir el concepto de hipertensión arterial en la población, a través de charlas y pesquisas junto a otros médicos y en colaboración con la Cruz Roja. “Hemos ido a municipalidades y colegios. Afortunadamente de esta manera estamos generando prevención, y eso nos alegra mucho”.

En relación a los escolares, explica que representan una población en peligro, dado que, según los datos reportados en el primer Atlas Mundial de Obesidad Infantil, en el 2030 la cifra de menores de 19 años con obesidad superará los 700 mil.

- Doctor, ¿a qué atribuye que los niños sean los más afectados por el sobrepeso y la obesidad?

El principal culpable es la mala nutrición. Recordemos que en la década de los 70 hablábamos de desnutrición y dábamos golpes vitamínicos, ahora nos fuimos hacia el otro lado, en el que, además de no comer de manera sana, se suma que el gasto calórico es prácticamente nulo. Los niños solo se están limitando a utilizar los dedos y los ojos para manipular las pantallas de los celulares y otros dispositivos tecnológicos. Y para qué hablar de la cantidad de horas que se dedica al deporte en los colegios, que es irrisorio. Todo esto nos ha pasado la cuenta, y es realmente preocupante. 

- En comparación a un adulto, ¿qué complejidades conlleva el tema de la obesidad infantil?

Es importante hacer las diferencias, con el adulto, de cierto modo, puedes ser más tajante e insistente en cuanto a adherencia y comportamientos nutricionales. Creo que con los niños el problema es la falta de límites. Hoy los padres, por  tiempo no pueden compartir mucho con ellos debido a temas laborales. Se sienten culpables y por ende les consienten en todo, por ejemplo, en el consumo de comida chatarra. E insisto en el tema de las actividades en las que los niños ocupan su tiempo, que es básicamente un 100% destinado a las pantallas. Entonces, más que lo que nosotros como profesionales de la salud podamos hacer, la educación debe partir por los padres, y desde ahí, una vez que el niño comprende la relevancia que tienen los buenos hábitos alimentarios y la actividad física, viene nuestra labor, que es velar por la buena salud del paciente.

- Hoy, la tendencia es hacia el abordaje multidisciplinario…

Totalmente, y tiene relevancia absoluta. Quisiera recalcar que cuando hay obesidad, estamos frente a un fracaso. En cambio, si se trabaja en equipo para cambiar y enseñar hábitos saludables desde pequeños, valga decir, buena nutrición y hacer deporte, no tendríamos por qué ver el número de niños obesos que hoy estamos viendo. Y para esto, es fundamental el rol de psicólogos, padres, médicos e incluso, los profesores del colegio. Todo esto es un trabajo en equipo, la obesidad debe combatirse en equipo, y así ha debido ser desde siempre. 

- Según la evidencia, ¿cuáles son las comorbilidades de la obesidad?

El gran problema asociado a la obesidad, y no solo en los menores, es la resistencia a la insulina, prediabetes y diabetes. Me atrevería a decir que esa es la real pandemia que hoy nos está afectando. En 2003, la diabetes estaba a nivel de 4,2%, hoy tenemos 12,3%, es decir, en trece años se ha triplicado la prevalencia de diabetes ya diagnosticada en Chile. Por otra parte, el síndrome metabólico ha aumentado desde 25,2% en 2003, hasta el 40%. La hipertensión arterial va de la mano también, por lo tanto, la obesidad es un enemigo mortal para la salud, en cualquier etapa de la vida.

- Existen casos en los que, pese a los buenos hábitos, la genética juega un rol ineludible, tal como sucede con la hipercolesterolemia familiar…

En cualquier caso, mi consejo siempre es tratar, tratar y tratar. Esto es cada día más frecuente, y cuando existe base genética, tenemos la fortuna de contar con fármacos espectaculares que no solo obtienen buenos resultados, sino que además son seguros. No podemos culpar a la genética y no hacer nada. Hay medidas de prevención, y se deben aplicar.

- ¿Algún mensaje para cerrar esta entrevista?

Para mí, lo ideal sería hacer cambios importantes a nivel de macro y micropolíticas. Pero si esperamos a que el resto haga las cosas, y no tomamos conciencia, llegaremos tarde. Pero lo que sí puedo decir, es que la única forma para prevenir la prediabetes y la diabetes es adoptar hábitos saludables que incluyan nutrición adecuada y actividad física. Junto a esto, el manejo con un nutricionista o diabetólogo permitirá determinar la terapia apropiada, que el paciente pueda mantener en el tiempo.

Por María Ignacia Meyerholz L.