Dra. María Antonieta Guzmán Meléndez:
“Necesitábamos una herramienta que uniera alergias y alimentación”
Luego de haber lanzado dos ediciones de "Alergia: guía clínica", la destacada inmunóloga de la Universidad de Chile sorprendió con un nuevo trabajo, esta vez, enfocado en alergia e intolerancia alimentaria.
Durante las últimas décadas, la alergia alimentaria ha presentado un importante aumento, llegando a ser un problema mayor dentro de los países desarrollados.
“Pese a que el conocimiento sobre estas patologías ha aumentado, aún no se ha podido establecer con claridad sus causas ni su epidemiología. Si bien existen numerosos estudios de prevalencia en países desarrollados, para mejorar el diagnóstico de la alergia alimentaria requerimos más herramientas de medicina molecular”, comentó la doctora.
"En general, se acepta que la alergia al huevo y la leche de vaca son un problema global mundial. Sin embargo, la mayoría de las alergias alimentarias son específicas a ciertas regiones o países”, agregó.
Asimismo, otra gran dificultad para la evaluación epidemiológica de estas enfermedades es la falta de uniformidad en las definiciones de alergia alimentaria en cada estudio. Por otro lado, el test de diagnóstico estándar es la prueba de provocación, pero muy pocos utilizan este criterio para confirmar una reacción alérgica. Por último, se ha visto también que si los análisis se basan tan solo en lo relatado por los pacientes, las cifras de prevalencia aumentarían, ya que ellos mismos no tienen clara la definición precisa de qué es una alergia alimentaria.
En cuanto a la prevalencia, y pese a que la inmunóloga enfatizó en que no hay estudios que indiquen una cifra nacional, aseguró que se presentarían en su mayoría en niños menores de tres años, alcanzado un ocho por ciento; y en adultos llegarían tan solo a un dos por ciento.
Para profundizar más acerca de este tema y el propósito de su libro, la doctora conversó con SAVALnet.
- Doctora, ¿cómo nace esta nueva idea de trabajar basada en la alergia alimentaria?
En primera instancia surge, porque junto a mis colegas hemos visto un aumento creciente en las consultas dentro de nuestro policlínico. Este es un tema bien importante, no hay que tomarlo a la ligera. Afecta a distintos segmentos de la población, en especial niños con alimentos como leche de vaca y huevo. En los adultos también existe, y lo que más nos ha sorprendido es que se están creando nuevos grupos, vale decir, que hoy están afectando los frutos secos, los vegetales, entre otros. Cosas que uno pensaría que jamás podrían hacer daño.
- ¿A qué adjudica este fenómeno?
Mientras más come de un alimento una población, más probable es que se haga alérgica a él. Ejemplos de esto existen varios. En Francia, sucedió con la mostaza; en Israel, con el sésamo. Anterior a este realicé dos libros, los cuales incluían temas de alergia por alimentos, medicamentos y alergias respiratorias, entre otros. Necesitábamos una herramienta que fuera escrita en español, no una traducción. Y que se centrara completamente en la alimentación.
- ¿Ha afectado la teoría de la higiene?
Tal como lo dice su nombre es una teoría, pero no me parece tan lejana. En ella se postula que somos más propensos a sufrir alergias, porque vivimos en un medio donde los alimentos están más limpios, han pasado por más procesos. En términos simples, tienen menos vida de granja y eso conlleva a un desbalance de la inmunidad, el cual nos hace más propensos a las alergias. Y no olvidemos que también existe una parte genética.
- ¿Cómo diferenciar la intolerancia alimentaria de una alergia alimentaria?
La alergia es un mecanismo inmunológico, puede ser un anticuerpo específico contra el alimento o un linfocito específico, que requiere de un periodo de sensibilización. Esto quiere decir que, en un principio, al ingerir un determinado alimento puede que no suceda nada y que al consumirlo en reiteradas ocasiones aparezca una reacción clínica inmediata. La intolerancia en cambio, aparece sin periodos de sensibilización, esto se debe a que tiene mayor relación con la composición química de lo que se está comiendo.
- ¿Y cómo ve el desarrollo de las alergias en el futuro?
Según nuestra experiencia, están en aumento y así será por un buen tiempo. Diría que es la patología de siglo XXI. Entre un 20 y 30 por ciento de la población está afectada, no es menor, aunque sea una rinitis o un cuadro de asma leve, hay gente que realmente se ve aquejada en su diario vivir.
- ¿Cuál es la misión de ustedes como Centro de Alergias de la Universidad de Chile?
Tratar de montar las herramientas de diagnóstico molecular. Es algo que, por fin, se está afinando en el país, pero aún falta. Esto lo queremos concretar, porque ya no solo queremos saber que el paciente es alérgico a leche, sino que queremos saber a qué parte y que proteína de ella y así con cualquier alimento. Por otra parte, tenemos que trabajar en medidas preventivas, que los pacientes que hacen alergias graves porten adrenalina inyectable. Hay muchas cosas que tenemos que seguir haciendo y lograr sacar adelante.
- ¿Quisiera agregar algo para cerrar esta entrevista?
Más que nada, invitar a los colegas interesados en el tema a que lean el libro. Es un trabajo muy bonito, donde colaboraron expertos de España, Colombia, Argentina y Chile que, de todas maneras, les servirá como guía, tal como lo han sido los dos ejemplares anteriores.
