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La Universidad Católica del Maule fue sede del XXIII Curso de endocrinología y diabetes, encuentro científico impulsado por el Grupo Endocrinológico del Sur (Gesur), agrupación que en Talca es dirigida por la doctora Verónica Mujica Escudero, encargada del programa de medicina interna de la Escuela de Postgrado de la mencionada casa de estudios superiores.

“La unidad académica nació hace seis años y nosotros llevamos casi tres generaciones de egresados”, comenta la profesional nacida en Santiago y formada en la Facultad de Medicina Norte de la Universidad de Chile, con especialización en medicina interna en el Hospital San Borja Arriarán y subespecializada en diabetes en el Hospital San Juan de Dios de la capital.

“Gesur es una institución sin fines de lucro que reúne a endocrinólogos, diabetólogos y nutricionistas que trabajan desde San Fernando hasta Punta Arenas. Nuestro objetivo es capacitar a los médicos y profesionales no especialistas que se desempeñan en programas de diabetes y salud cardiovascular para mejorar sus competencias en el manejo de pacientes con patologías de alta frecuencia, con el fin de optimizar la resolutividad y estimular iniciativas de prevención en el nivel primario de atención”, comentó la doctora Mujica, diabetóloga en el Hospital Regional de Talca y ex directora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Talca.

- ¿Por qué ser diabetóloga y cuál es la importancia que le asigna al estudio de este tema?

Siempre me atrajo la medicina general, pero también me llamaban la atención los hospitales. En este contexto, la diabetología es una de las especialidades donde más se combinan la atención de pacientes ambulatorios de diferentes edades y complejidades variables, hasta enfermos muy complicados hospitalizados en urgencia, salas de medicina, unidades intensivas, etc.

También me gusta esta especialidad porque las enfermedades crónicas son un desafío para la medicina moderna, donde no existen las altas; uno conoce, convive y acompaña pacientes por toda la vida, y van apareciendo diferentes retos en las distintas etapas.

- El desafío es muy complejo...

El problema es que la diabetes ha aumentado muchísimo en las últimas décadas y por eso es muy importante trabajar en prevención y realizar diagnósticos y tratamientos en forma oportuna. Esto solo se puede lograr formando médicos bien capacitados desde pregrado y actualizando a los que ya están trabajando en los diferentes hospitales y consultorios de la región. Por lo mismo, además de las actividades de formación hacia la comunidad médica, como Gesur también tenemos instancias de perfeccionamiento interno, mediante las cuales nos capacitamos para mantenernos al día en temas emergentes, colaborar en el desarrollo de guías clínicas, consultorias al Ministerio de Salud y desarrollo de trabajos de investigación, entre otras.

- ¿Qué representó para Talca recibir el XXIII Curso de endocrinología y diabetes?

Para nosotros como grupo organizador local fue una satisfacción poder mostrar que Talca tiene la capacidad de organizar y recibir un curso de alta convocatoria, con más de 200 asistentes y  profesores del más alto nivel académico, lo que confirma que la descentralización de Santiago no solo es posible sino que es parte de la realidad.

- ¿Y para la Universidad Católica del Maule?

En primer lugar, para nuestra institución y especialmente para la Facultad de Salud, la vinculación con el medio es importante, y en ese marco se inserta la colaboración con este curso que beneficia a profesionales de la atención primaria. Por otro lado, en este encuentro también participaron como asistentes alumnos de pre y postgrado de la misma universidad, así es que existían diferentes motivaciones.

- La UCM se ha consolidado como un polo importante de desarrollo de la medicina en la región y en el sur de Chile…

Creo que esta facultad nace para cubrir una necesidad estratégica, ya que no existía ninguna universidad con pregrado ni postgrado en medicina, desde Santiago hasta Concepción. Y particularmente en Talca, donde surge después del terremoto de 2010 un tremendo hospital, de alta complejidad, que requiere una enorme cantidad de médicos especialistas. Ahí está precisamente nuestra labor, formar especialistas con buen nivel académico, lo que ha sido reconocido y valorado por diferentes sectores, tanto dentro de la región como del resto del país.

- Y su evaluación del curso…

El balance es positivo y nos encontramos satisfechos con haber contado con más de 200 asistentes. En esta ciudad, este es uno de los cursos más concurridos. 

- Varios fueron los temas analizados, pero si en virtud a la trascendencia y prioridad en el manejo clínico pudiera destacar los principales, ¿cuáles serían y por qué?

Se puso bastante énfasis en la prevención de diabetes y obesidad en las diferentes etapas de la vida y también se abordaron otros problemas frecuentes como hipotiroidismo, menopausia y manejo de complicaciones diabéticas. Me pareció interesante la clase de ejercicio que ofreció el kinesiólogo Jorge Torres Mejías, quien nos enseñó diferentes tipos de ejercicios que, con mayor intensidad y en tiempos acotados, pueden mejorar la acción de la insulina. En tanto, la clase del doctor Jorge Sapunar Zenteno mostró evidencias científicas de que el consumo de aceite de oliva se asocia con la prevención de enfermedades cardiovasculares, tanto o más que muchos fármacos.

Por otro lado, el doctor Manuel Moreno González planteó la importancia de las bacterias intestinales y como la alteración de ellas puede inducir diferentes enfermedades y favorecer obesidad y diabetes. Finalmente, me gustó bastante la clase del doctor Cristóbal Campos Olmedo, que nos habló de disfunción eréctil, una complicación muchas veces olvidada que deteriora mucho la calidad de vida de nuestros pacientes diabéticos.

- Se dice que la diabetes es una patología "silenciosa"... 

La diabetes es una enfermedad muy silenciosa, que no se ve ni se toca, que no avisa y si uno no busca los avisos que el organismo entrega a través de exámenes de laboratorio, pueden ocurrir graves complicaciones como infartos, trombosis, gangrena, desprendimientos de retina y muchas otras que aparecen en cualquier momento. Lo importante es que estamos hablando de una patología que se puede evitar si llevamos una vida saludable, una dieta equilibrada y actividad física frecuente, al menos 3 veces por semana.

Ocasionalmente no es posible prevenir esta enfermedad, pero al menos siempre puede controlarse instalando tratamientos en forma oportuna, claro que para eso hay que realizarse exámenes preventivos de salud, especialmente si hay familiares cercanos con diabetes. Y en el caso de las mujeres cuando hay antecedente de ovarios poliquísticos o diabetes en el embarazo.

- ¿Nos puede comentar sobre su prevalencia?

La diabetes ha aumentado mucho en todo el mundo, y en Chile, de acuerdo a la última encuesta nacional de salud, la prevalencia subió casi un 50 por ciento en la última década. Pero lo más triste es la inequidad en esto, ya que el gran incremento se produce en los grupos poblacionales de menores ingresos y menores años de escolaridad, donde el aumento es más del triple que en los segmentos altos. En la Región del Maule se repite lo mismo.

- A fines de 2015, habían 1.100 pacientes controlándose la enfermedad en el Hospital de Talca. Transcurridos algunos años ¿se mantienen esos números?, ¿cómo ha ayudado la nueva infraestructura?

Actualmente tenemos alrededor de 1.800 pacientes diabéticos bajo control en policlínico, la gran mayoría recibe glucómetros y tiras reactivas para medir sus glicemias en domicilio. También casi todos usan insulinas de diferentes tipos, rápidas y lentas, muchos usan lápices especiales para inyecciones más cómodas y precisas, e incluso tenemos pacientes a punto de recibir bombas de insulina. Hace menos de un mes comenzamos a entregar botas y calzados especiales para pacientes con heridas en sus pies. Todo este apoyo tecnológico era impensado para el sistema público hace pocos años atrás, por lo mismo, es una satisfacción ver como se disminuyen las brechas de tratamiento. Sin embargo, lo que no mejora es la dieta y el ejercicio en los pacientes, materia que es clave.

- Por último, ¿qué estudios ha realizado en torno a este tema?

Me gusta la investigación, porque eso obliga a ser más rigurosos en las acciones médicas y también permite evaluar lo que se hace. Por eso he trabajado en diferentes investigaciones, la última de las cuales apuntó a estudiar los beneficios del uso de propóleo tópico como coayudante en manejo de úlceras de pie diabético. Antes también probamos la utilidad del propóleo en células de páncreas en laboratorio y lo mismo en personas donde comprobamos que sí presenta acción antioxidante y antimicrobiana.

Unos años antes estudiamos un grupo de pacientes prediabéticos y analizamos cuántos de ellos avanzaron a diabetes, después de cinco años de observación. Junto con otro grupo de prediabéticos, aplicamos un plan de ejercicio trisemanal y por supuesto confirmamos que los que hicieron ejercicio mejoraron más que el resto. 

Ahora estamos por comenzar un trabajo con un tesista de doctorado en nutrición, con quien probaremos el aporte de un tipo de “galletón” enriquecido en fibra similar a la avena, y ver cómo influye en la saciedad y en el comportamiento de sus bacterias intestinales. También tengo la idea de incorporar un plan de ejercicio para diabéticos que están usando altas dosis de insulina y no logran mejorar su glicemia. En fin, son varias las investigaciones en que he participado, no es fácil pero se puede.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez