Dr. Mario Ojeda Vargas:
“Las células madre son potentes aliadas en la EII”
El especialista de Clínica Bicentenario y miembro de la Sociedad Chilena de Gastroenterología ha realizado un minucioso seguimiento en pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, alcanzando óptimos resultados.
La patología digestiva comprende múltiples afecciones, siendo las más frecuentes la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). Su incidencia y prevalencia han ido en aumento en los últimos años, lo cual ha atraído el interés de la comunidad médica para conocer más acerca de su abordaje y posibles opciones terapéuticas.
Respecto a estas patologías, el doctor Ojeda, especialista en medicina interna y gastroenterología de la Universidad de Chile y miembro de la Sociedad Chilena de Gastroenterología y Sociedad Chilena de Medicina y Cirugía Estética, señala que “pese a la amplia gama de tratamientos disponibles, aún existe alto número de pacientes que presentan refractariedad a estas terapias. Incluso, en algunos casos, la indicación de cirugía no termina de arreglar el problema”.
Es por ello que comenzó a explorar una alternativa asociada con células madre, en la cual, mediante múltiples seguimientos, ha podido evidenciar los positivos beneficios que ha traído a un grupo de pacientes con EC y CU.
“De todos los avances que se han experimentado, la aplicación de la terapia celular es la que más resultados prometedores ha ofrecido hasta la actualidad”.
- Doctor, ¿cómo llegó a relacionar la EII y utilización de células madre?
Vengo trabajando alrededor de 10 años en torno a la enfermedad inflamatoria intestinal, enfocándome casi de lleno en Crohn y colitis ulcerosa. Lamentablemente, la terapia con células madre es muy costosa y, por lo mismo, en Chile no se ha indagado mucho, por lo tanto, no existe suficiente evidencia. Pero lo que sí se sabe, es que tiene alto potencial de sanación en zonas que, por decirlo de alguna manera, tienen sus facultades disminuidas o poseen alteraciones desde el punto de vista de su funcionamiento. Dada esta capacidad regeneradora, decidimos reunir a un grupo de pacientes y establecer ciertos protocolos de abordaje. A través de una vía intravenosa les aplicamos células madre obtenidas del tejido graso, de modo que pudieran llegar al nivel de órgano blanco, que en este caso sería el tejido intestinal.
- Qué limitaciones tiene esta terapia...
Considero que la principal limitación es el excesivo costo, que en la actualidad debe rondar los cuatro mil o cinco mil dólares. Y pese a que no existe mucha evidencia en torno a resultados en el área de la gastroenterología, lo que nosotros ya hemos podido ver ha sido fabuloso en términos clínicos y para el paciente. Obviamente siempre hay riesgos asociados, pero en nuestro caso, los que hemos experimentado han sido solo aportes para los pacientes.
- ¿Cómo conformaron a este grupo de pacientes?
Ofrecimos a un número de personas -alrededor de 15 casos que se encontraban en diversos estadios y que estaban siendo tratados de manera tradicional- a participar de esta terapia celular, teniendo claro que se trataba de algo experimental, puesto les adelantamos que aún no existía gran evidencia en términos de resultados. Hay que recalcar que en este caso los pacientes fueron relativamente jóvenes, puesto que es importante mencionar que según avanza la edad, las células madre también envejecen y los resultados no son tan promisorios.
- Podría describir el proceso que experimentó este grupo...
Realizamos una primera aplicación y en la mitad del ciclo, a los seis meses, una segunda dosis celular, sumado a un control a los ocho meses. Los resultados fueron muy positivos, pues pudimos evidenciar una mejora no solo desde el punto de vista clínico, sino endoscópico e histopatológico. Ya que los pacientes con lesiones activas tuvieron una notoria mejora respecto a la inflamación, de hecho, estaba casi al cien por ciento controlada, a diferencia de lo que se había logrado con los tratamientos convencionales.
- ¿Y respecto a la reacción de los pacientes y médicos?
Pese a que teníamos conocimiento de lo que probablemente podría suceder, y que sucedió, significó una gran sorpresa, la cual abrió una ventana de trabajo para nosotros y de esperanza para los pacientes. Las reacciones fueron más que positivas, y me alegro de ello.
- ¿Qué otros resultados positivos alcanzaron?
Tuvimos alrededor de cuatro pacientes con enfermedad de Crohn que tenían indicación quirúrgica debido a la presencia de fistulas, que por lo demás son de muy difícil manejo y que cuesta mucho que cierren, a ellos les aplicamos de forma local la terapia celular, y sorpresivamente observamos el cierre de éstas. Todo esto es bien interesante, porque en la medida que uno va pudiendo desarrollar mayor experiencia, se tendrán valores estadísticos más potentes que permitirán abrir aún más ventanas de acción.
Por María Ignacia Meyerholz
