https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/la-manometra-nos-permite-realizar-un-diagnstico-ms-jerarquizado.html
11 Febrero 2013

Dr. Freddy Squella Boerr:

“La manometría nos permite realizar un diagnóstico más jerarquizado”

El especialista profundizó en los beneficios que presenta la utilización de la manometría en el diagnóstico para la detección de trastornos esofágicos. Junto a esto, detalló también acerca del reflujo, una de las afecciones de mayor consulta en el ámbito de la gastroenterología.

Al doctor Squella, gastroenterólogo de Clínica Indisa, siempre le interesó el estudio sobre trastornos digestivos funcionales, hecho que lo llevó a la Universidad de Carolina del Norte, En Estados Unidos, a realizar una estadía, para profundizar sobre temas de laboratorio y utilización de nuevas y modernas tecnologías en la especialidad.

El gastroenterólogo durante sus años de estudio se instruyó en la utilización del manómetro, instrumento que utiliza una sonda de 36 sensores de presión, ubicados de forma continua a 1 cm. de separación y con sensibilidad circunferencial. Lo anterior permite contar con una imagen detallada de la presión y los movimientos esofágicos.

Esta nueva tecnología resulta altamente beneficiosa para el paciente, pues acorta el tiempo de diagnóstico, brinda mayor sensibilidad y especificidad en la evaluación de la relajación del esfínter esofágico inferior y, permite una mejora en la detección de los trastornos motores del esófago.

Las consultas más frecuentes dentro de esta especialidad son las referidas al reflujo gastroesofágico, la dispepsia, los trastornos funcionales del intestino y los problemas del piso de la pelvis (dolor crónico, constipación e incontinencia).

Se estima que en Chile la acidez afecta a 3 de cada 10 personas tres veces por semana y 1 de cada 10 la padece cinco o más veces. Cuando el cuadro se hace crónico, provocando daño en las paredes del esófago y el esfínter, su diagnóstico es la enfermedad de reflujo gastroesofágico, y precisamente sobre ello ahondó el especialista.

 

Se entiende por reflujo gastroesofágico…

Se refiere al paso del contenido gástrico hacia el esófago. Nosotros tenemos reflujos fisiológicos y reflujos patológicos, es decir, la válvula o el esfínter esofágico inferior que separa nuestro esófago del estómago, cumple la función de abrir camino para que el alimento llegue al estómago y luego cerrarse de modo que el contenido no se devuelva. Sin embargo, durante el día tenemos períodos donde esa válvula se abre y algo del contenido gástrico refluye hacia el esófago, pero eso se considera normal hasta ciertos límites. Por ejemplo, es normal tener hasta 50 episodios de reflujo de acido cortos, y que no ocupen un porcentaje de tiempo mayor al 4% de una jornada, pero si se empiezan a exceder esos parámetros, estamos presenciando un reflujo patológico que puede producir síntomas como dolor, acidez o lesiones anatómicas. 

¿Qué situaciones o conductas lo provocan y han producido un aumento en la incidencia?

Al haber presencia de reflujo gastroesofágico claramente estamos frente a un paciente que posee un esfínter que no está trabajando correctamente. Sin embargo, hay eventos y comportamientos que aportan a la producción del reflujo. Por ejemplo, si aumentamos la presión dentro de un  abdomen que posee un esfínter que funciona con cierta irregularidad, se aumentará la presión del estomago y por ende, éste generará con facilidad reflujo. También afecta la obesidad, el embarazo, algunos medicamentos, y un factor bastante determinante, los alimentos. Existen algunos que toman demasiado tiempo en ser digeridos, como las carnes rojas, que tienen densidad  muy alta en la cual el estómago no se vacía adecuadamente debido a que el alimento aún no está preparado para avanzar hacia la siguiente etapa de digestión. En cuanto al mal funcionamiento del esfínter, puede que se deba a que éste se encontraría separado del hiato diafragmático, provocando una hernia hiatal.

¿Genera problemas o cambios drásticos en el modo de vida?

Es una afección bastante común y muy tratable. Claramente crea una baja en la calidad de vida, pero considero que aquellos pacientes que ya saben cuáles son sus gatillantes o ya saben qué alimentos deben o no consumir, junto con seguir de manera correcta el tratamiento y las indicaciones, no debiesen tener mayores problemas en la cotidianeidad de su vida ni en sus actividades.

Coméntenos cómo se identifica el problema en un paciente.

Se realiza a través de un diagnóstico clínico donde claramente el paciente manifiesta que, espontáneamente  después de comer o a veces sin ningún motivo en especial, siente la sensación de que algo quemante sube por el esófago, conocido como “pirosis”, sensación de ardor que recorre toda la región de atrás del esternón. Incluso pueden existir otros síntomas como tos crónica, disfonía, dolor de oído, inflamación sinusal, etc. 

¿Cuáles son los pilares del tratamiento además de cambiar el estilo de vida y la alimentación?

El tratamiento va a depender de la sintomatología del enfermo, si tiene síntomas leves, semanales o diarios. En la medida que éstos son más frecuentes y más severos, la calidad de vida baja y obviamente la cantidad de intervención terapéutica debe ser mayor, porque a un paciente que tiene un evento aislado uno podría darle un tratamiento sintomático según su necesidad y lograr  que identifique sus gatillantes o sea, hacerlo capaz de identificar si es sensible o no frente a ciertos tipos de alimentos o situaciones de stress. Por tanto, en casos leves bastaría que modificaran su estilo de vida, alimentación, horarios y masticar bien, de hecho, uno de los principales problemas de la digestión es la masticación inadecuada, en la cual los alimentos llegan casi intactos al estómago y el proceso se retarda. Se debe comer lento y en condiciones ambientales adecuadas, o sea, si voy a estar comiendo parado, rápido, pensando en el trabajo, no se puede. Tengo que tener un proceso de desconexión de mi rutina para poder dejar que el tubo digestivo funcione bien y obviamente, si con esas medidas, comiendo temprano, masticando bien, evitando alimentos irritantes, si pese a todo eso sigo teniendo problemas, se deben revisar posibles factores de riesgo, antecedentes familiares, etc. Pero en general, dentro de la línea de tratamiento lo más común va del uso de antiácidos, que los venden en las farmacias, hasta medicamentos antiácidos de alta potencia que bloquean la secreción ácida de forma completa. Hay tipos de tratamiento que se denominan escalativos, donde se va aumentando progresivamente el medicamento, el tipo y la dosis hasta llegar a un plató en que uno controla los síntomas. Y también existe el de descalación, donde se parte con un tratamiento intenso inicial, desde lo más alto y va quitando medicamentos en la medida que el paciente va mejorando. Ambas dependen de la intensidad de los síntomas, de cuanto le esté afectando en la calidad de vida, de la personalidad del paciente y de cuán rápido adquiere una respuesta la terapia.

 

El Manómetro

¿Cómo ha ayudado la tecnología del manómetro para este tipo de afección? 

No es que estemos diagnosticando cosas nuevas, si no que es una herramienta que nos sirve para diagnosticar mejor y de manera más precoz, pero en el área específica de la manometría no es que uno haga diagnósticos nuevos, sino que permite hacerlo de forma más jerarquizada. El manómetro es un transductor que cambia un tipo de señal en otra que uno puede interpretar visualmente. Específicamente, es un aparato que tiene un amplificador de señales que permite ver los cambios de presión entre un punto y otro y los transduce en una gráfica, y a medida que lo hace en tiempo, espacio y amplitud, genera una imagen tridimensional y permite realizar un equivalente anatómico. Esta herramienta posee una sonda especial que se conecta a un amplificador que va ligado a un monitor logrando traducir los cambios fisiológicos en una imagen final llamada plots. La utilización de éste nos ha ayudado en el diagnóstico de trastornos funcionales esofágicos como rectales, y es a la vez una herramienta que nos permite escoger mejor a los pacientes para poder ofrecerles un tratamiento más individualizado, porque en la medida que uno logre diagnosticar de manera más fina, tiene la posibilidad que el tratamiento pueda ser más efectivo y seguro.

Finalmente, ¿cómo describiría el estado de la gastroenterología en Chile?

Yo diría que tenemos la suerte que, en líneas generales, hemos sido muy influenciados por sociedades extranjeras, tal como la Sociedad Americana de Gastroenterología, del cual soy socio y de la cual tengo la suerte de asistir todos los años a sus congresos. Considero que con las facilidades de difusión, con el buen nivel de las escuelas de postgrado y con la formación  gastroenterológica, que en general se basa en programas internacionales, diría que es una  gastroenterología de muy buen nivel, la cual se ha ido acercando cada vez más a realizar procedimientos complejos. Desafortunadamente, estos grandes avances tecnológicos no están al alcance de todas las personas, probablemente lo que nos falta para ser desarrollados es que exista una distribución universal de todas las tecnologías de todos los niveles, ese sería uno de los grandes desafíos que quedan por hacer.

 

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