https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/el-rol-del-medico-es-eminentemente-social.html
08 Junio 2015

Dra. Carmen Meléndez Pinto

“El rol del médico es eminentemente social”

Para la nueva directora médica del Hospital San Camilo de San Felipe, otorrinolaringóloga con 30 años de servicio en el Valle del Aconcagua, esta es –y debería ser- una característica esencial de todo profesional de la salud. 

La doctora Carmen Meléndez asumió hace dos meses la dirección médica del Hospital San Camilo de San Felipe, un centro asistencial que conoce como la palma de su mano, porque hace casi 30 años trabaja en él, 20 de los cuales como jefa del Servicio de Otorrinolaringología. 

Jovial, espontánea y tremendamente cálida, la especialista formada en pregrado y postgrado en la Universidad de Chile, nos contó que estas primeras semanas han sido de trabajo intenso y de mucha gratificación, porque su llegada ha sido muy bien recibida por todos quienes forman parte del establecimiento.

“Cuando me propusieron ayudar en la gestión de la nueva administración del Servicio de Salud Aconcagua tenía mis duda, porque el hospital estaba pasando por un problema muy grande. Pero dijeron que mis ‘habilidades blandas’ eran muy necesarias en este momento y que yo calzaba con el perfil que necesitaban: una persona que aunara, trabajara y creyera en los equipos”, contó.

La buena gestión dentro del Servicio de Otorrinolaringología, en lo que se refiere a metas sanitarias, trabajo en equipo y administración de recursos, la llevaron aceptar este desafío que, orgullosamente, asume por el rol social que para ella tiene la medicina. “Ser médico en la actualidad no tiene el mismo sentido que hace 30 ó 40 años atrás. La vocación de servicio, en las nuevas generaciones, es algo que debemos estimular”, dice. 

“Cuando realicé mi beca sabía y tenía completamente asumido el compromiso de volver al lugar en donde estaba trabajando. Quería ser pediatra, pero esa beca no llegó. Y fue la doctora Carmen Castillo Taucher, actual ministra de salud, quien tuvo una larga conversación conmigo y me orientó a seguir la beca de otorrino, porque se veían muchos niños y era una especialidad con cirugía delicada, que era algo que me gustaba también. No me arrepiento para nada”, reconoció la doctora Meléndez.

Para conversar sobre los desafíos que implica este nuevo cargo y los objetivos que se ha propuesto llevar a cabo, la especialista sostuvo una cordial entrevista con SAVALnet. 

- Doctora ¿cómo han sido estas primeras semanas en la dirección médica del Hospital San Camilo de San Felipe?

Hace dos meses asumí el cargo de la dirección médica del hospital, pero he trabajado 20 años como otorrino en este recinto como jefa del Servicio de Otorrinolaringología. Si bien es un servicio pequeño, nuestra gestión no sólo fue buena en términos de resultados positivos en metas sanitarias, sino que también en término de trabajo en equipo y relaciones humanas. Eso, al parecer, le gustó a las nuevas jefaturas del Servicio de Salud Aconcagua, quienes me pidieron que apoyara esta nueva gestión de los doctores Vilma Olave y Luis Foncea, directora y subdirector médico, respectivamente, del Servicio de Salud Aconcagua nuevo.

- ¿Eso significa que ya no forma parte del Servicio de de Otorrinolaringología?

Para asumir este trabajo se requiere mucho tiempo, por lo que tuve que asumir más horas. Tengo 11 horas en el Servicio y 22 para gestión administrativa, así es que sigo formando parte de él. 

- ¿Cuáles son los principales problemas de salud prevalentes en San Felipe?

En otorrino, por ejemplo, durante muchos años, tuvimos problemas de falta de especialistas. El 1 de abril llegó un colega nuevo, cuyo cargo se gestionó hace tres años y en agosto llegará otro que está terminando su formación. Por lo que tendremos 88 horas más de la especialidad.

- Me imagino que ese factor influyó en el aumento de la lista de espera en esta materia

Exactamente, eso produjo que no contáramos con disponibilidad de horas de otorrino para primera consulta, cosa que solucionamos haciendo compra de servicios a especialistas externos fuera de horario funcionario para que vinieran a hacer las consultas. Se licitó la lista, pero ningún otro servicio de esta u otra ciudad postuló. Yo lo hice. Ganamos y organizamos todo un sistema de trabajo de manera que los pacientes que tenían una interconsulta desde la atención primaria, fuesen atendidos antes de 30 días. También hicimos una adecuación de horas para poder hacernos cargo de los controles de los pacientes crónicos que están dentro del sistema que habían generado una gran lista de espera también.

- ¿Y cómo lo hicieron?

Aprovechamos un proyecto presidencial de 33 horas de especialistas para el país y con esos recursos compramos servicios para resolver la lista de espera de control. En el servicio contamos con una tecnólogo médico que hace todos los exámenes auditivos y de equilibrio junto con un fonoaudiólogo especializado en audiología que hace ese mismo trabajo. A pesar de eso, son pocas las horas para cubrir los exámenes que se generan. Por lo tanto, dentro de esta licitación se tomó en consideración este ítem. El Servicio tiene dos fonoaudiólogas que se dedican a la parte voz, lenguaje y habla. El problema mayor era la falta de horas médicas y eso se va a resolver una vez que asuma el especialista que llega en agosto. Por eso yo pude tomar este cargo, sino no hubiese podido hacerlo. 

- Usted ya tenía un bagaje en el tema de la gestión entonces

A mí siempre me ha gustado la gestión. De manera, más o menos, intuitiva todas las cosas las vengo haciendo hace más de 20 años sola. En 2007, realicé un diplomado de gestión en salud en la Universidad de Chile con el que, por supuesto, aprendí muchísimo y fui aplicando en mi trabajo diario dentro de mi Servicio. 

- Al asumir la dirección, ¿cuáles han sido los principales desafíos que ha tenido que sortear?

El primer desafío fue tratar de colaborar con la directora y con todo el equipo directivo para resolver el conflicto que había dentro del hospital y seguir los lineamientos de la nueva dirección del Servicio de Salud, donde la gestión administrativa tiene que ser más participativa. Eso fue muy bien acogido, tanto por los gremios que funcionan dentro del hospital, como por los colegas. Nos ha ido muy bien, estamos trabajando de manera unida. En segundo lugar, me he estado interiorizando de cómo funcionan cada uno de los servicios del hospital. Tengo más de 30 a cargo, algo que vamos a tratar de cambiar, porque resulta inmanejable en el organigrama, por lo que tendremos que realizar una modificación. He sido recibida con muy buena predisposición y eso me tiene muy contenta, lo que hace que podamos trabajar todos de la mejor manera posible en beneficio de nuestros pacientes. 

- Una vez vistas las necesidades, ¿cuáles son los objetivos que se ha propuesto llevar a cabo?

Siempre lo que urge solucionar es la falta de médicos especialistas. Este año llegaron 12. Oftalmología es la especialidad con mayor falencia en este hospital, un tema que se repite a nivel nacional. Existen especialidades que, de cierta manera, pueden abordar los médicos generales en la atención primaria. Eso no pasa en oftalmología, porque aparte de sospechar algún diagnóstico no tienen ningún elemento como para hacer algún trabajo concreto. El hecho de que los tecnólogos médicos en oftalmología tengan la posibilidad de recetar anteojos para los vicios de refracción, ha ayudado muchísimo a disminuir la lista de espera en esa materia, pero también tenemos que pensar que los hospitales no han ampliado su planta y todos los problemas se resuelven a través de la compra de servicios. Para las especialidades quirúrgicas se hace necesario también el contar con anestesistas, por eso estamos trabajando en conseguir que especialistas recién formados se vengan a la zona.

- Este año, la Universidad de Valparaíso hizo un compromiso con los Servicios de Salud de la Región de Valparaíso para doblar el número de especialistas en formación y un total de 80 quedarán en la zona

Eso es verdad. De los 12 que llegaron, cinco fueron alumnos de nosotros en la Universidad de Valparaíso, sede San Felipe. Así es que estamos trabajando en eso con nuestros aliados estratégicos que han visto la necesidad de fomentar la educación y posterior devolución de beca en los diferentes recintos hospitalarios de la región. Tenemos que terminar con las listas de espera. Eso es lo más importante para la población: que no tenga que esperar un año para acceder a una hora de especialista. Esa es una realidad que queremos dejar atrás. Y pretendemos mejorar el rendimiento de horas de nuestros pabellones quirúrgicos, eso tiene que ir de la mano con nuevos cargos, porque la salud se mejora con las personas. El trabajo en equipo es lo más importante en este tipo de desafíos.

- ¿Cuál será el enfoque que usted buscará imprimirle a su cargo?

Como equipo directivo nos hemos propuesto que todos los miembros de nuestro hospital participen en los avances del mismo. Todos tienen algo que aportar para que este hospital mejore su funcionamiento. La gestión tiene que ser colaborativa, por eso hemos invitados a ayudarnos en esta tarea a los dirigentes gremiales, porque el trabajo en un hospital se hace con todos y eso es lo más importante para nosotros. 

- ¿Qué cambios o proyectos se tienen pensados para el recinto?

Tenemos un proyecto, que se está recién elaborando, que tiene que ver con la normalización del Hospital San Camilo. Eso significa toda una modificación, construcción nueva y una serie de cosas en las que trabajaremos durante el año para iniciar las bases de la normalización. Ese es un proyecto a largo plazo.

- Por último, ¿qué destacaría del rol del médico en la actualidad?

Hay cosas que se han ido perdiendo, pero el papel del médico es eminentemente social. Eso fue lo que yo pensé cuando tenía ocho años y decidí que quería ser médico. Un rol donde uno no sólo es médico para curar enfermedades, sino para mejorar la salud en su conjunto biopsicosocial. Lamentablemente, en los últimos años, hemos visto cómo se ha ido perdiendo esta vocación y visión. Los jóvenes que integran las carreras de medicina en las diferentes universidades no tienen muy claro el por qué están estudiando medicina. Ser médico hoy, no tiene el sentido de hace 30 ó 40 años atrás, pero tengo la convicción que eso va a cambiar. En la formación de nuestros jóvenes, tratamos de imprimir ese sentido social de la medicina. Los médicos no sólo trabajan en los hospitales públicos por los sueldos, hay muchos que lo hacemos por el compromiso con la salud pública y las personas.

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