Dr. Enrique Wagemann Bull:
"El médico escucha muchas historias y eso me inspira"
La vida del académico está profundamente ligada a la literatura. Dentro de sus obras destacan la biografía novelada de su padre, manuales de dermatología y un libro que relata los problemas y satisfacciones de la profesión.
La consulta del doctor Enrique Wagemann Bull está ubicada en el centro de Concepción. En sus estantes muestra con orgullo los libros que ha publicado durante los últimos veinte años. Para el profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián (USS), las letras son parte fundamental de su vida.
Se entusiasma cuando comienza a hablar de un trabajo que ya suma seis textos, incluidas dos ediciones del Manual de Dermatología para Médicos Generales, la biografía de su padre titulada Misión Cumplida y las novelas Nubes de Primavera, Tierras Blancas y No Mires al Cielo, su última obra.
El libro -disponible en formato físico y digital a través de la Editorial Aguja Literaria- relata los profundos cambios sociales, políticos, económicos, medioambientales y tecnológicos que ocurren durante la segunda mitad del siglo XX en un país ficticio de Sudamérica, mientras su protagonista enfrenta desastres naturales, resentimientos, sueños, frustraciones y una serie de conflictos morales.
La afición por la literatura del médico egresado de la Universidad de Concepción y especializado en la Universidad de Chile se remonta a su niñez y adolescencia, cuando participaba con cuentos y novelas cortas en concursos regionales y nacionales, logrando varios premios. "Soy totalmente autodidacta e intento cultivar un estilo propio y libre de otras influencias".
- ¿Qué lo motiva?
Distintas cosas. Por ejemplo, el primer libro fue la biografía novelada de mi padre. En Nubes de Primavera se describe el proceso de colonización alemana y la inmigración británica en Chile y Tierras Blancas explora el mundo de la medicina. Este libro cuenta las experiencias de un médico recién titulado que ejerce en un pequeño pueblo. Está dedicado a los estudiantes, ya que muestra todos los problemas y satisfacciones de esta labor. Deja un mensaje muy potente para los profesionales que se desempeñan en el área de la salud.
- ¿Cuál es el punto de encuentro de estas dos dimensiones de su vida?
No son mundos tan distintos. La medicina y la literatura están muy relacionadas, porque el médico tiene un contacto muy cercano con la gente, entonces escucha muchas historias de vida y eso me inspira. Interactuar con las personas tiene mucho de humanismo en medicina. No es una cosa tan extraña.
- ¿Cómo escribir con calidad?
Con constancia, orden y rigurosidad en la búsqueda de información. La inspiración y motivación están en todo momento. No necesito sentarme solo frente a un lago en el sur o estar en algún lugar mágico para que fluyan las ideas. Me basta un poco de tranquilidad y tiempo para trabajar. En general, la crítica ha sido positiva y eso, sin dudas, genera satisfacción.
- ¿Vienen nuevos proyectos?
Pronto lanzaremos la tercera edición del Manual de Dermatología para Médicos Generales y la segunda de Tierras Blancas. En 2025 se publicará Velo Real, que es una novela romántica. Ahora, una cosa es escribir un libro y otra muy distinta difundirlo. A veces, eso es lo más difícil. Yo he tenido que hacer de todo, desde inscribir los textos hasta relacionarme con la imprenta. Es complejo, pero he aprendido con el tiempo.
- Si tuviera que optar entre la medicina o la literatura, ¿qué decidiría?
Treinta años atrás habría contestado medicina. Hace 15 no estaría tan seguro. En este momento de mi vida, me quedo con la literatura. Pronto cumpliré cuatro décadas de ejercicio profesional y siento que a través de las letras puedo seguir desarrollándome en caminos que no aún no recorro y que busco descubrir.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez