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23 Septiembre 2013

Dra. Victoria Novik Assael:

"Debemos ser agentes de cambio y vectores de hábitos saludables”

Para la endocrinóloga los problemas actuales de salud pública se pueden modificar creando consciencia social.

La energía y entusiasmo de la doctora Victoria Novik Assael quedan impregnados en la sala que acaba de ocupar para su clase con alumnos de la Universidad Nacional Andrés Bello, sede Viña del Mar.

Nacida en la ciudad de Santiago, vive desde los 2 años en Viña del Mar, estudió medicina en la Universidad de Valparaíso. “Fui la primera generación que postuló a la Universidad de Valparaíso” (antes Universidad de Chile, sede Valparaíso). Su especialización la realizó en Bélgica, en el Hospital Gustavo Fricke. “También hice algunas pasantías en Santiago y después di el examen de Conacem”, comentó. 

“Me formé en endocrinología por las cosas de la vida. Cuando me casé era becada de medicina interna. Mi marido se ganó una beca en Bélgica y nos fuimos. Yo lo acompañé a él en su postgrado y el servicio al que llegué era de medicina interna-endocrino. Allá se veía casi puro endocrino y me fascinó ese mundo. Además de ser una especialidad hermosa, es lógica e integral. Tú no vez un órgano en particular, porque el sistema endocrino influye en todo. Las hormonas intervienen a todo nivel y el descubrir ese grado de acción a mi me encanta”, confesó la especialista. 

Actualmente, trabaja como docente en las Universidades de Valparaíso y Andrés Bello de Viña del Mar. En el mismo lugar donde diariamente trata de inculcar su amor por la medicina a las futuras generaciones de médicos que se están formando, la endocrinóloga recibió a SAVALnet para conversar sobre la especialidad, la docencia y su participación en el próximo congreso de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes, donde oficia como secretaria ejecutiva. 

- Doctora, para comenzar ¿qué es el síndrome metabólico?

- Al ser un síndrome se trata de un conjunto de síntomas y signos que llevan a aumentar el riesgo cardiovascular y el riesgo de padecer diabetes en el futuro, este último factor no es obligatorio. Puede ser reversible. Se puede tratar, pero si no se maneja, ese es el futuro. Se caracteriza por una mayor acumulación de grasa a nivel abdominal, resistencia a la acción de la insulina (con niveles variables de hiperglicemia), colesterol HDL bajo y triglicéridos altos, hipertensión arterial y un estado pro inflamatorio y pro coagulante. Está definido por tener tres de estos criterios y para la OMS el perímetro de cintura tiene que ser uno de ellos. De hecho, la Federación Internacional de Diabetes dice que con que haya tres el paciente tiene riesgo cardiovascular aumentado y después le agregan algunas otras cosas que no están validadas como parte del diagnóstico, pero que también influyen en este aumento de riesgo cardiovascular que es el hígado graso, la cirrosis hepática, la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y el síndrome de ovario poliquístico, que formaría parte de este síndrome como una manifestación de aquel, pero no necesariamente como criterio diagnóstico. 

- ¿Qué lo ocasiona?

- Hay varias teorías. Una tiene que ver con la insulino resistencia y otra con la lipotoxicidad, que es el aumento de ácidos grasos libres sin tener resistencia a la insulina o sin necesidad de tener hiperinsulinemia, lo que genera resistencia a la acción de la insulina o la alteración de este conglomerado de cosas que, finalmente, llevan a un mayor riesgo cardiovascular. Hay otros efectos de la insulina alta. Uno es un reflejo de la resistencia a la acción de la insulina, por lo tanto el tener la insulina alta no significa que tenga resistencia. Como médico podemos no darle importancia a este factor, porque si el organismo está compensando y logra mantener la glicemia normal estamos bien, pero a un gran costo: el agotamiento del páncreas. Cuando lo sobrecargas deja de producir insulina y ahí aparece la diabetes. La insulina alta también genera engrosamiento endotelial; estrés oxidativo a nivel del endotelio, que es lo que genera ateroesclerosis; hipertensión; el paciente retiene sodio, no necesariamente aumenta de peso sino que retiene agua; riesgo cardiovascular; hipertrofia cardiaca; insuficiencia cardiaca; infarto o accidente vascular. Por otro lado, hay estados de hiperinsulinemia fisiológica, por ejemplo, durante el embarazo o durante la pubertad. Si uno mide sólo la insulina para hacer el diagnóstico de síndrome de resistencia estamos mal, porque hay momentos fisiológicos en hay aumento de insulina. 

- ¿Por qué se produce la resistencia a la insulina y esta lipotoxicidad de la que usted nos habla?

- Algunos estudios señalan que esto se debería, principalmente, a los cambios de hábitos. El ejemplo más gráfico lo tenemos si comparamos al hombre de hoy con el de la época de las cavernas. Éste último comía bastante, pero estaba en movimiento todo el día. Era nómade, se adaptó a estar de pie, su cráneo se achicó y su cola desapareció. A pesar de haber tenido muchos cambios físicos, todavía no hemos sido capaces de adaptarnos al tipo de vida que estamos llevando: comemos pésimo, con una excesiva cantidad de azúcares refinados y grasas. Lo hacemos en momentos inadecuados del día, nos saltamos comidas y, a veces, tenemos largas horas sin comer. Hacemos muy poco ejercicio y eso lleva a que haya, a nivel post receptor, liberación de radicales libres y otras sustancias que alteran la acción de la insulina y el equilibrio adecuado de la glucosa. Y esto de los receptores de la insulina están, entre otros, a nivel muscular y a nivel de grasa, alterando el depósito de grasas, el nivel de acción de la insulina y generando consecuencias del hiperinsulinismo.

- ¿Existe algún factor hereditario en la insulino resistencia?

- Bueno hay un factor hereditario que es real. Si tienes ese “gen maldito”, como digo yo, uno no puede hacer nada contra eso, pero debemos hacer lo imposible por trabajar en los factores ambientales para lograr que la herencia no se manifieste. Hay un factor hereditario, que no podemos manejar; y un factor ambiental, que sí podemos modificar. Por eso es tan importante empezar a hacerlo con los niños.

- ¿Por qué esta patología, que hasta hace un tiempo atrás era típica de los adultos, se extrapoló a los niños?

- En nuestro país se produjo un tema muy curioso. Por largos años, vivimos la desnutrición infantil. A nivel gubernamental se crearon políticas para erradicarla. Pero, lamentablemente, en la actualidad nos pasamos al otro extremo: tenemos altas cifras de obesidad, donde la tarjeta roja está no sólo en la población adulta, sino que también en la infanto-juvenil. Y eso se debe a la falta de ejercicio, al aumento de la jornada escolar en desmedro de las horas de gimnasia, a horas prolongadas de televisión luego del colegio, a la proliferación de aparatos electrónicos que dejan a los niños encerrados en sus casas. No sé ustedes, pero yo jugaba en el patio con los vecinos. En cambio ahora los chicos no salen, no se mueven. Y eso es grave. Creo que la tarea está ahí. En incentivar los cambios de hábito y la práctica del ejercicio diario: media hora cada día ayudaría bastante. Además, los alimentos refinados, ricos en azúcares y grasas, que aportan demasiadas calorías, están dentro de los alimentos favoritos de los niños y jóvenes.

- ¿Cuál es la situación epidemiológica en nuestro país?

- En nuestro país la última Encuesta Nacional de Salud, reveló una prevalencia global de un 23 por ciento para el síndrome metabólico, utilizando los mismos criterios diagnósticos que para estudios en Estados Unidos, es decir los correspondientes al NCEP ATP III (National Cholesterol Education Program: Adult Treatment Panel III). Esta cifra es muy similar a la de la población Americana, lo que reafirma los cambios que está teniendo Chile en relación a su similitud en el perfil de riesgo cardiovascular con los países de alto grado de desarrollo. Esta cifra es muy alta, considerando que el síndrome metabólico va aumentando con la edad. Eso quiere decir que un tercio de la población sufre de este síndrome lo que es catastrófico. 

- ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas del síndrome metabólico en niños y adolescentes?

- Generalmente, los pacientes consultan por sobrepeso. Ahora, clínicamente lo podemos ver por la aparición de acantosis nigricans en cuello, pliegues y axilas. La obesidad, al igual que muchos trastornos endocrinos, puede conducir a una pigmentación más oscura y a una piel que está como acartonada en los pliegues, pero no en los surcos. Ese es un marcador en personas con resistencia a la insulina. Otra manifestación también es la presentación de acrocordon, médicamente se les conoce también como papilomas cutáneos y esto sucede, porque la insulina es una hormona que hace proliferar. Entonces así como crece el endotelio hace crecer otros tejidos. Los pacientes roncan, porque crece la mucosa de la vía aérea. Por eso, este tipo de paciente llega a la consulta por obesidad, por la aparición de síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño, por acantosis nigricans o acrocordon, por el aumento de los niveles de colesterol, glicemia, triglicéridos o presión. Generalmente, la primera consulta es porque a los pacientes les cuesta bajar de peso. Entonces adjudican a esta insulina alta la razón. A ellos les indicamos dieta y ejercicio, además de la administración de un medicamento –metformina, que vence la resistencia a la acción de la insulina. Cuando la insulina siente que “alguien le está haciendo la pega” disminuye. Eso mismo que hace la droga, lo hace mucho mejor el ejercicio. Además, a algunos pacientes la metformina no les cae bien. Aquí lo fundamental es el cambio de hábitos. Yo no estoy haciendo nada por el paciente, si no logro que tome consciencia que debe cambiar sus hábitos, comer fraccionado varias veces al día, dejar de lado los azúcares refinados, hacer ejercicio –ojalá diario-. La clave de esta enfermedad es la educación desde la primera infancia. Yo creo que se está tomando consciencia, pero todavía nos falta avanzar bastante en ese tema. Hay que crear consciencia social.

- ¿Qué medidas preventivas se pueden tomar y que tratamiento se sugieren actualmente?

- Yo creo que, fundamentalmente, el tema pasa por ejercicio, dieta y por la creación de consciencia, porque no se trata de un tema de sentirse bien o mal, sino que de estar enfermo o sano.

- A nivel ministerial, ¿se está haciendo algo al respecto?

- Se han hecho varias campañas. Veo que hay harto movimiento a nivel de consultorios. Se han implementado los chequeos de salud e incluso algunos centros de salud familiar imparten clases de educación física para que las personas hagan deporte. Acá en la zona, las municipalidades también han adquirido un fuerte compromiso al respecto. Se hace mucho, el tema es que no puede ser impositivo. El cambio debe venir del propio paciente, por eso es tan importante la educación de los niños, porque ellos van a ser los generadores a futuro del gran cambio.

- ¿Cómo aborda usted como docente este importante problema de salud pública con sus alumnos?

- En las Escuelas de Medicina de la Universidad de Valparaíso de la Universidad Andrés Bello, donde hago clases, se aborda desde muchos puntos de vista. Y no solamente lo abordo yo, sino que se hace en los ramos de salud pública, cardiología y medicina interna como una necesidad imperiosa de ser nosotros –los funcionarios de la salud- los agentes de cambio y vectores de hábitos saludables. Es un tema que se habla en forma explícita en todos los cursos.

- Usted se ha dedicado desde que se recibió a impartir clases. ¿Qué le llamó la atención de la docencia?

- Siento que la formación que yo tuve fue muy buena. Me marcaron algunos buenos profesores que tuve en la escuela. Me gustó mucho la forma de cómo aprendí y cómo me enseñaron los doctores Jaime Sabah, Ernesto Mundt, Francisco Christie, Eduardo Mai y María Isabel López. Ellos estaban siempre disponibles y yo sentía que, como alumnos, ellos nos valoraban mucho. Todo lo que nosotros podíamos aportar, para ellos era muy valioso. También viví el otro lado. Tuve profesores que de verdad eran desagradables, pero uno también aprende de eso. Además, durante mi estadía en Bélgica, viví una relación universitaria muy bonita entre el profesor, los becados y los internos. Fue ahí cuando dije “me gustaría hacer esto”. Por otro lado, quienes ejercemos docencia estamos “obligados” a estar al día. Yo sé que cada vez que asisto a un congreso debo estar 100 por ciento atenta, porque todo lo nuevo que aprenda se lo voy a transmitir a mis alumnos. Para mí, hacer clases significa transmitir el gusto por la medicina. Es mi manera de agradecer a la humanidad, porque finalmente uno es lo que es gracias a la interacción con otros. Hay un tema de entregar que me inculcaron mis padres, bien importante también.

- Doctora, usted ha ejercido una enorme influencia en la formación científica de las nuevas generaciones de internistas. Más allá de lo académico, ¿cuál es la huella que ha buscado imprimir en sus becados?

- No sé si busco imprimir una huella. Yo creo que uno deja un legado sin hacerlo conscientemente. Algunos alumnos me han reconocido que el cariño por el paciente lo han aprendido en mi accionar, son súper agradecidos de la disponibilidad y el amor por la profesión y por las personas. Eso es algo que uno no busca, es no más, es parte de uno. Me gustaría que ellos aprendieran a ser humildes, a aceptar que no saben todo, a que sean capaces de decir no sé y de que eso no implica que sean malos profesionales, sino que pueden derivar a otro que sabe más que ellos. 

- ¿Cuáles cree usted que son las fortalezas de las nuevas generaciones que se están formando en las universidades chilenas?

- Mi experiencia en la zona ha sido súper positiva. La idea de nosotros siempre ha sido el formar buenos profesionales que se desempeñen dentro de la región. Los estudiantes de medicina son “chicos buenos”, jóvenes con ganas de servir. En estos momentos, los profesores debemos tener un rol más activo en la educación. Como formadores tenernos que ser capaces de inculcar el compromiso y la responsabilidad en los futuros médicos, porque ese ha sido el punto negro de la actual generación. La enseñanza actitudinal debemos inculcarla también. Yo tengo la convicción de que todos quieren ser grandes personas y de que, finalmente, el amor por la medicina se termina imponiendo. 

Pasando a otro tema, entre el 7 y 9 de noviembre próximo se desarrollará el XXIV Congreso Chileno de Endocrinología y Diabetes del cual usted es su secretaria ejecutiva. ¿Cómo ha asumido ese desafío?

Con gran entusiasmo y dedicación. Es mucho trabajo, hay que ver todos los detalles. Pero, hay apoyo de la directiva de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes y de varios socios. Es una experiencia muy interesante y espero ver los frutos de auditorios llenos y participantes volviendo a sus hogares con la sensación de haber aprendido y haber pasado unos días muy buenos y agradables momentos.

En esta versión, ¿cuál será el énfasis que se le dará al encuentro?

En este gran evento científico, se congregarán destacados profesores internacionales y nacionales, en un ambiente de franca camaradería, para discutir temas de actualidad de nuestra especialidad. Contaremos con la presencia de profesores nacionales de primer nivel, así como de invitados extranjeros líderes de opinión como los doctores Stefano Del Prato y Simonetta Friso de Italia, Catherine Gordon y Michael R. Maclung de Estados Unidos, Josep Vidal de España, Mario Vaisman de Brasil y Stuart Ross de Canadá. Los temas a desarrollar comprenden las patologías más frecuentes en la consulta diaria y temas específicos de gran trascendencia que se desarrollarán en simposios, conferencias magistrales y talleres. Habrá tiempo para aprender, pero también para compartir y disfrutar en el ambiente cálido que siempre ha caracterizado a los congresos de nuestra Sociedad. El curso pre-congreso será, como es tradicional, la mañana del jueves 7 de noviembre, estará dirigido a profesionales no necesariamente especialistas en endocrinología y diabetes y el tema será “Endocrinología en el adulto mayor”.

Me gustaría que aprovechara esta entrevista para hacer una invitación a todos aquellos profesionales de la salud que quieran participar en el congreso

El Congreso está dirigido a endocrinólogos, diabetólogos, médicos internistas, pediatras, ciencias básicas y médicos en general; bioquímicos, químicos, químicos farmacéuticos, nutricionistas, enfermeras, becados de medicina, de endocrinología e internos. El congreso se desarrollará del 7 al 9 de noviembre en el Hotel Sheraton Miramar de Viña del Mar, que en esa época augura días de temperaturas agradables y colores cálidos. Reserven desde ya el jueves 7 de noviembre para la ceremonia inaugural, al final de la tarde, en que tendremos una sorpresa, el cóctel de inauguración en las terrazas del hotel, que nos hará sentir como en un crucero en alta mar, mientras nos reencontramos después de un año. Así también, los esperamos a todos en la fiesta de gala del sábado 9 de noviembre que será un gran momento de distensión, alegría y conversación. Esperamos que la participación sea una experiencia memorable y aproveche esta oportunidad para compartir con nuevas y viejas amistades, al alero de nuestra querida especialidad, que nos permite ver a nuestros pacientes en forma integral.

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