Bq. Claudia Mardones Peña:
"Debemos innovar en docencia con simulación clínica e inteligencia artificial"
A sus 105 años de vida institucional, la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción busca fortalecer su trabajo académico y profundizar sus vínculos con la comunidad.
Una estrecha relación con diferentes establecimientos de salud, con la industria farmacéutica, agencias reguladoras e institutos del Estado, además del desarrollo de sus programas formativos y de la investigación científica, marcan el presente de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción (UdeC).
La unidad académica cumplió más de un siglo y, desde 2023, es dirigida por Claudia Mardones Peña, bioquímica formada en la misma casa de estudios y especializada en química analítica instrumental en la Universidad de Córdoba de España. "Podemos contemplar con orgullo la historia y el camino recorrido. Somos el reflejo de quienes nos precedieron y eso es una gran responsabilidad".
Según la decana, "trabajamos para formar profesionales de excelencia, críticos y sensibles a los problemas de la sociedad y apegados a la ética. Se busca innovar en los planes de estudio enfocándonos en los ámbitos analítico y tecnológico, junto con impulsar la investigación para realizar aportes concretos a la comunidad. Una universidad es fuerte en la medida que genera conocimientos y tenemos un rol que cumplir".
El lunes 17 de marzo de 1919, el doctor Salvador Gálvez dictó el primer curso de farmacia en la Universidad de Concepción. Desde entonces, el desarrollo ha sido vertiginoso. La facultad imparte tres carreras de pregrado: química y farmacia, bioquímica, y nutrición y dietética. "Las dos últimas fueron rediseñadas, preparadas para enfrentar el veloz avance de las disciplinas y enmarcadas en un sistema de aseguramiento de calidad institucional, que permite dar confianza a la pertinencia e impacto de sus resultados. Por su parte, química y farmacia se encuentra en un proceso de reestructuración que tiene como objetivo consolidar sus fortalezas en el área tecnológica, analítica, clínica, toxicológica y bromatológica. Hemos formado a más de seis mil profesionales".
- Los programas de postgrado son un pilar importante...
Contamos con cerca de 270 egresados. A partir de los años 90 se dictan el magíster en ciencias farmacéuticas, recientemente actualizado y en proceso de reacreditación, y el de bioquímica clínica e inmunología, acreditado por seis años y que destaca por la calidad de sus tesis.
En tanto, el doctorado en Ciencias y Tecnología Analítica, creado en 2003, aplica el análisis instrumental avanzado en investigaciones sobre alimentos, recursos naturales y salud. Su sello es interdisciplinar e introduce las ciencias ómicas siendo visionario al incorporar la inteligencia artificial (IA).
En 2014 se une el magíster en nutrición humana y las especialidades en farmacia clínica y laboratorio clínico. El doctorado en investigación clínica, diseñado en conjunto con la Facultad de Odontología, se impartirá en 2025.
- Hacer investigación en Chile no es sencillo. ¿Cuál es la clave para realizar este trabajo?
Realizamos un esfuerzo permanente por atraer recursos. Prueba de ello es que, desde 2020, nuestros académicos han liderado 15 proyectos Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico) participando además en calidad de investigadores en otros 23.
Por otro lado, asignamos recursos para equipamiento científico avanzado, a través del programa Fondequip de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Participamos en nueve de estos proyectos posicionándonos como uno de los centros nacionales más avanzados en espectrometría de masas, incorporando en 2023 el único espectrómetro de alta resolución que permite investigar la distribución espacial de compuestos en muestras biológicas.
Esto se suma a la adjudicación de una plataforma genética integrada de secuenciación masiva, que incluye la automatización del procesamiento de muestra, cuyo objetivo es el desarrollo de investigación y servicios para diagnóstico y tratamiento de cáncer y otras patologías.
- ¿Qué proyecto destacaría como aporte concreto a la comunidad?
Mencionaría uno histórico y que permanece en ejecución. Se trata de la iniciativa de monitoreo ambiental, liderada por el Departamento de Análisis Instrumental, que mide la calidad de aire para la toma de decisiones por parte de autoridades y empresas, contribuyendo a la reducción sustancial de emisiones y el consiguiente mejoramiento de la calidad de vida la población. Este trabajo ha sido reconocido por el Ministerio del Medio Ambiente, invitando a nuestros académicos a participar en la implementación de la Norma Primaria de Calidad de Aire para Benceno.
- ¿Qué desafíos institucionales proyectan materializar en los próximos años?
Hay un proceso de planificación estratégica y, en esa línea, la idea es fortalecer la planta académica, las relaciones internacionales, renovar espacios físicos y equipamiento para pregrado, además de robustecer las colaboraciones con los Servicios de Salud, Servicio Médico Legal, Instituto de Salud Pública, las empresas y comunidad.
Se quiere implementar un centro de investigación en salud, que aglutine nuestras capacidades, tanto tecnológicas como humanas, para lograr mayor competitividad y generar conocimiento de vanguardia. Esto debe ir de la mano con crear un campo clínico propio, que involucre laboratorio, farmacia y atención nutricional.
Debemos innovar en docencia, implementando la simulación clínica e inteligencia artificial y alineándonos con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Estamos sobre bases sólidas que nos permiten mirar el futuro con confianza.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez