https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/creo-en-el-servicio-y-la-vocacion-publica.html
30 Junio 2014

Dr. Ítalo Bozzo Barrera:

“Creo en el servicio y la vocación pública”

Por más de una década, el especialista se dedicó a gestionar el trabajo en equipo, eficiente y de calidad, en el Servicio de Cirugía del Hospital Regional de Rancagua, lugar en el que actualmente lidera la formación de los profesionales del futuro. 

Para el doctor Ítalo Bozzo Barrera hay tres cosas que lo mueven en la vida: su familia, la medicina y la filosofía de la ciencia. Como buen descendiente de italiano es apasionado, hecho que se manifiesta no sólo en su hablar, sino que también en su actuar.

Formado en la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile, especializado en cirugía general en la Universidad de Chile y luego en cirugía digestiva, ha dedicado gran parte de su vida profesional al desarrollo de la especialidad, a la formación de profesionales y a la gestión del Servicio de Cirugía del principal recinto hospitalario de la Región de O’Higgins.

Junto a un grupo de distinguidos colegas fundó la Sociedad de Cirugía VI Región en 1998 y, desde entonces, es un activo participante de las reuniones mensuales que desarrollan con el objetivo de “evitar del centralismo en salud”, como el mismo confiesa. 

En el Hospital Regional de Rancagua, al asumir la jefatura del Servicio de Cirugía en 2001, impulsó la creación de los equipos funcionales por especialidades, es decir, se dedicó a formar a los médicos en una subespecialidad, pero sin abandonar la cirugía habitual, que constituye más del 80 por ciento de los ingresos al Servicio. Con el objeto de desempeñar mejor su cargo, entre 2002 y 2003 estudió un Magíster de Salud Pública con mención en administración, obteniendo el grado con la distinción máxima. Obtuvo una beca de Cultura Hispánica para realizar estudios de cirugía digestiva en Barcelona y una estada de perfeccionamiento en el instituto de tumores de Milán.

Hace un mes atrás, dejó la jefatura del Servicio, pero permanece en el Hospital como coordinador docente y profesor adjunto de cirugía de la Universidad de Santiago (USACh), donde busca inculcarle a sus alumnos el amor por la medicina y el bienestar de los pacientes, tal como lo hicieron con él sus profesores, “varios de ellos premios nacionales de ciencias como los doctores Joaquín Luco y Héctor Croxatto. Además de los doctores Héctor Orrego Matte, Ramón Ortúzar Escobar y Rodolfo Rencoret Donoso, prohombres que formaban parte del profesorado dentro del cual yo me formé”.

- Doctor Bozzo, usted posee una destacada trayectoria profesional en el ámbito de la cirugía chilena ¿Cómo y cuándo nació su interés por la especialidad?

Primero, tengo que destacar que mi interés por la medicina nació a raíz de mi inclinación por las ciencias biológicas. Cuando niño era un coleccionista de cosas relacionadas con biología y de pronto vislumbré lo interesante de la biología humana y la importancia de poder ayudar a mantenerla sana a través del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades. Fue algo que nació de manera progresiva en el tiempo. Luego me encaminé hacia la cirugía, porque ella ofrece la posibilidad práctica de tratamiento efectivo de las enfermedades agudas, lo cual se ve refrendado en los más de 20 años que estuve en el Servicio de Urgencia del Hospital Regional de Rancagua, donde llegué a adquirir ciertas destrezas para desempeñarme con éxito. 

- Desde 2001 hasta junio de 2014 ejerció como médico jefe del Servicio Clínico de Cirugía del Hospital Regional de Rancagua ¿qué lo llevó a asumir ese desafío y cuáles fueron los objetivos que se propuso llevar a cabo?

En ese momento, dentro del desarrollo de la cirugía, en el país no estaban bien delimitados los equipos por especialidades, hecho que me movió, entre otras cosas, a crear equipos de especialización dentro de nuestro Servicio, porque –a mi modo de ver- nuestro progreso era servir en el campo de la cirugía general formando –desde el punto de vista práctico, tanto interna como externamente- a nuestros médicos para abrir ese campo de especialidades. Establecimos así los llamados “equipos funcionales”, dedicados, específicamente, a una subespecialidad, pero sin abandonar la cirugía habitual que es miscelánea: hernias, traumas, apendicitis y patología vesicular habitual, que constituye más del 80 por ciento de los ingresos al Servicio, ya sea a través del policlínico de la especialidad o derivados de la urgencia. Iniciamos, entonces, el envío paulatino, pero persistente, de colegas a perfeccionamiento y capacitación en diversas áreas como cirugía esofágica del cáncer y del reflujo esofágico por vía laparoscópica; cirugía plástica y reparadora; cirugía vascular periférica y cirugía mínimamente invasiva. Lo hicimos sin mayor aumento del número de cirujanos, porque no contratamos especialistas al efecto de, sino que formamos nosotros dentro del servicio especialistas en determinadas áreas ya sea a través de cursos, pasantías, incluso profesionales de nuestro grupo se fueron a especializar al extranjero. Logramos efectuar, prácticamente, todas las cirugías en esas especialidades, derivando una cantidad mínima de enfermos a centros de Santiago, de tal manera de que este hospital se convirtiera en un hospital autosuficiente en las especialidades más importantes de la cirugía general. 

- Podemos concluir entonces que ¿el enfoque que usted buscó imprimirle a su cargo fue la gestión?

Exacto. Además de conformar los equipos de especialidad, quise mejorar la gestión con los mismos recursos y los mismos pabellones con los cuales habíamos venido trabajando por más de 20 años. Logramos aumentar el rendimiento, motivando la gestión, es decir, estimulando las altas precoces, disminuyendo los días de estada y los costos por hospitalización. Todo esto, manteniendo el respeto de los colegas, desarrollando el trabajo en equipo y la especialización constante de ellos en el arte y ciencia de la cirugía.

- Actualmente, ¿cuál es el principal desafío de la cirugía chilena en la Región de Rancagua?

El terrible aumento de cáncer en la región es el principal desafío. El cáncer de tiroides y del aparato digestivo son los más prevalentes y eso se debe al tipo de vida que estamos llevando, nos estamos acercando al nivel de los países desarrollados. El aumento de la esperanza de vida en la población tiene también efectos médicos. Es bueno que la gente viva más, pero los estilos de vida saludable no están internalizados en las personas. La dieta, el ejercicio, así como el hábito tabáquico son temas importantes que como profesionales de la salud debemos inculcar en nuestros pacientes. La tarea es predicar con el ejemplo. 

- Usted fue uno de los precursores de la conformación de la Sociedad d Cirugía de la VI Región. ¿Cómo fue esa experiencia y por qué nació el interés por crear la filial?

Esta Sociedad es autónoma con personalidad jurídica propia, por lo cual todas nuestras actividades docentes poseen certificación, desde el punto de vista legal. Esta Sociedad cuenta con más de 40 miembros y tenemos una trayectoria de más de 25 años. Tenemos durante todo el año actividades mensuales, donde invitamos a especialistas de todo Chile para que vengan a exponer sus ideas, discutimos temas y hacemos partícipes de estas reuniones a todos los médicos y profesionales asociados que tienen interés en los temas que tratamos. Y nació, principalmente, con la intención y el objetivo de evitar el centralismo de las sociedades científicas que siempre tienen sede en Santiago. 

- Además de los temas que hemos conversado, usted es docente de postgrado de cirugía de la USACh y de pregrado en la Universidad San Sebastián, ¿qué destacaría de su experiencia docente?

Nosotros tenemos estudiantes de medicina y becados de cirugía general que se están formando en nuestro hospital. En este momento ya han pasado por nuestro centro de formación sede Rancagua 15 médicos de postgrado de la USACh, número que concuerda con los años que llevamos trabajando con la Universidad. Nosotros acogimos muy gustosos esta misión, debido a que –a mi juicio- no hay docencia sin asistencia y no hay asistencia sin docencia. Son dos cosas que generan una sinergia positiva. Los médicos aprenden a estar al día ante las preguntas de los internos y de los becados, preparando las charlas a los becados, dirigiéndolos en sus actividades de aprendizaje y en la adquisición de experiencia, habilidades y destrezas. En eso nosotros estamos inmersos y eso ha significado un tremendo aporte para el servicio de cirugía. Todos los médicos de nuestro Servicio de Cirugía tienen calificación docente, porque no hay ningún médico que no esté calificado como especialista. Estamos muy conformes y nuestra evaluación docente ha sido excelente durante todos estos años. 

- ¿Cuál es el perfil del nuevo profesional médico que ustedes están formando?

El perfil es el de un profesional dotado de una formación científica y técnica que le permita solucionar los problemas habituales de la cirugía en cualquier punto del país. Posee una calidad ética y moral de acuerdo a los postulados del Colegio Médico de Chile y del juramento hipocrático: hacer el bien a los demás, mejorar siempre en los conocimientos, estar al día en las técnicas y conocimientos de la cirugía, tratar de ayudar a los demás en la medida de lo que uno pueda y solicitar ayuda a los colegas en los casos que uno no se sienta capacitado. En resumen: nuestro profesional está encausado a solucionar los problemas quirúrgicos que nos pide la sociedad, de acuerdo a los tiempos que corren, en los conocimientos científicos y técnicos de la cirugía. 

- Por último doctor, con la experiencia adquirida y con su vitalidad, ¿cuáles son sus proyectos futuros a la hora de dejar su cargo?

Si bien dejé mi jefatura en el Servicio de Cirugía del Hospital Regional de Rancagua, sigo como coordinador docente y profesor adjunto de cirugía y me mantendré en esa actividad mientras las condiciones me lo permitan o yo me sienta capacitado para ello. Me jubilé de mis actividades asistenciales, mas no de las docentes. Por otro lado, dejé inconclusos mis estudios de filosofía de la ciencia, que tiene que ver con la actividad médica, así es que probablemente los retome. Siempre y cuando el tiempo me lo permita.

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