https://www.savalnet.cl/mundo-medico/entrevistas/clinica-integral-se-ha-transformado-en-un-gran-centro-para-el-manejo-del-trauma.html
22 Abril 2013

Dr. Fernando Soto Pinto:

“Clínica Integral se ha transformado en un gran centro para el manejo del trauma”

La fusión experimentada con la Mutual de Seguridad y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), provocó un explosivo desarrollo y crecimiento de este centro asistencial que hoy se posiciona como uno de los más importantes de la Región de O’Higgins. 

La tecnología se ha convertido en un verdadero aliado de los avances que ha experimentado la medicina en los últimos años. Algo que tiene muy claro el médico broncopulmonar Fernando Soto Pinto, director médico de la Clínica Integral, uno de los centros de salud más completos de la Región de O’Higgins que, en sus 13 años de vida, ya se está transformado en un polo de desarrollo en el área traumatológica. 

Nacido en la ciudad de Valparaíso, el doctor Soto realizó sus estudios de medicina en la Universidad de Chile. “En la sede oriente, la que corresponde al Hospital del Salvador. Me titulé en 1984 e hice inmediatamente una beca como especialista broncopulmonar adulto en el Hospital del Tórax, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. A los 27 años ya era médico especialista, porque obtuve una beca primaria, cosa que hoy es bien difícil, porque los médicos deben hacer tres años de medicina interna y, posteriormente, la subespecialidad. Desde entonces, me he dedicado al desarrollo de la especialidad, sobre todo ligado a la Unidad de Cuidados Intensivos”, narró.

“Trabajé varios años en el ámbito privado. Estuve en Clínica Indisa, en la Clínica Miguel de Servet y en el Hospital de la Fach en Santiago. Luego me trasladé a trabajar al Hospital Clínico FUSAT en Rancagua, donde estuve 15 años ejerciendo varios cargos clínicos y jefaturas, incluida la dirección del hospital. En todos los recintos que mencioné, realicé turnos en la UCI”, confidencia el profesional.

“De ahí pasé al Hospital Regional, primero como médico broncopulmonar, después como jefe de la Unidad de Pacientes Críticos y, más tarde, como director durante dos años y medio, hasta que hace cuatro años decidí formar parte de un proyecto que se estaba gestando en la Clínica Integral de Rancagua, donde actualmente ejerzo como director médico”.

Desde este nuevo escenario, el doctor Fernando Soto Pinto compartió con SAVALnet una amena e íntima conversación sobre la historia de la institución, hitos y proyecciones para este 2013, donde se espera “incorporar a los mejores y obtener la acreditación en salud”. 

- Doctor Soto, cuéntenos ¿hace cuánto tiempo se encuentra a la cabeza de la dirección médica de Clínica Integral y cómo llegó a ocupar este importante cargo?

- Llegué atraído por un proyecto que, en abril de 2009, me mencionó el doctor Juan Pablo Poblete, que era el gerente y director médico de la Clínica Integral. Yo, en ese momento, era director del Hospital Regional y tomé la decisión de renunciar al cargo. A los pocos meses de haber asumido como director médico, se produjo un hito importante para esta clínica: la fusión con la Mutual de Seguridad y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) que juntas, a través de la Inmobiliaria Clínicas Regionales, compraron el 51 por ciento de la propiedad. De manera que la clínica pasó de ser una predominante clínica gíneco-obstétrica a un verdadero centro del manejo del trauma, gracias a estos dos aliados que trajeron todas las traumatologías. Se cerraron los dos hospitales de la mutualidad en Rancagua y se trajo su quehacer hospitalario y toda la cirugía a nuestra clínica, la que además se hizo cargo de las urgencias en el horario inhábil, sábados, domingos y festivos, esquema que se mantiene hasta hoy. Obviamente, eso provocó un explosivo desarrollo y crecimiento de la clínica. En estos cuatro años la Clínica aumentó de 50 a 100 sus camas; antes realizábamos entre 230-240 cirugías, hoy estamos entre las 390-400; hemos llegado a las 14 mil consultas mensuales; se han triplicado lo exámenes de laboratorio; hemos mejorado la tecnología, implementamos los pabellones con nuevos equipos, de hecho los aumentamos de tres a cinco. Es decir, se ha producido un cambio notable. Contamos con 410 funcionarios contratados de planta, más 150 médicos, que desarrollan su quehacer diario en nuestro Centro Médico. 

- Sin duda un gran desafío…

- Ha sido un desafío muy interesante. Además, al poco andar, en este desarrollo se agregaron dos nuevos actores: Colmena y Red Salud, que es el brazo médico de la Cámara Chilena de la Construcción. Además, pertenecemos a la Red de Clínicas Regionales que, en estos momentos, agrupa a 14 recintos entre Antofagasta y Punta Arenas. Nos hemos hecho expertos en el manejo del trauma. Especialistas de la Mutual y la ACHS se incorporaron a nuestro staff de médicos. Hemos desarrollado un área de la medicina física y rehabilitación, que está en consonancia absoluta con este objetivo: que es estar 100 por ciento institucionalizados desde el jefe, que es el médico fisiatra a cargo, hasta la última persona que trabaja en la cadena, todos están contratados como dotación de planta a horario completo, de manera que le da todo un ambiente de trabajo en equipo, de investigación, de reuniones clínicas. Somos centro formador en esa área, para los estudiantes de kinesioterapia e internos de la Universidad Católica de Valparaíso y hemos consolidado, por una política de mirar fundamentalmente región, convenios con la Universidad de Aconcagua e Inacap. 

- Cuando aceptó formar parte de este proyecto, ¿cuáles fueron los principales objetivos que se planteó desarrollar para innovar en salud dentro de la Región de O’Higgins?

- Teníamos varios objetivos en mente. Primero, poder colaborar en esta fusión, algo que no fue fácil, porque implicó juntar tres culturas distintas: ambas mutualidades que, en el fondo, también compiten en el ámbito de la prevención; y la clínica, que tenía toda una expertise distinta, básicamente orientada al tema gíneco-obstétrico. Hacer funcionar eso y de manera armónica no fue fácil. El segundo, lograr que nuestros equipos de urgencia y la unidad de pacientes críticos se adaptaran a un nuevo ritmo y a trabajar en equipo. Crecimos al doble, hoy tenemos 12 cupos en la UPC, para poder entregar una buena atención a los pacientes traumatizados y accidentados. Y el tercer objetivo, era poder consolidar el cuerpo médico, instaurando un formato básico de funcionamiento jerárquico. Actualmente, contamos con una dirección médica, una subdirección médica y jefaturas en distintas áreas. De hecho, desarrollamos especialidades que no estaban formalmente desplegadas, por ejemplo, pediatría. Cuando llegué no existía esta especialidad como área de hospitalización, formaba parte del mundo de los adultos. Hoy cuenta con una jefatura, con un pediatra que trajimos de Santiago que, además, tomó toda la cadena, desde urgencia hasta hospitalización del manejo pediátrico con enfermeras que hubo que capacitar en esa área y con un espacio propio de hospitalización. 

- ¿Qué aspectos positivos destacaría de estos años al frente del establecimiento?

- Yo creo que hemos a prendido a convivir sanamente y a desarrollar proyectos médicos comunes. Este cambio sirvió para darle un aire nuevo a la clínica, integrarlo a una red y darle todo el manejo del trauma, algo que la está convirtiendo efectivamente en un polo de desarrollo. Nos hemos transformado en un gran centro del manejo del trauma en la región. El congregar a los mejores especialistas en el manejo de esos eventos, permitió, además, renovar tecnología, hacer crecer la clínica, lo que ha atraído a más profesionales a incorporarse a trabajar con nosotros y, sin duda, desarrollar vínculos con instituciones de educación superior también es otro elemento que nos potencia. 

- La Clínica Integral pronto cumplirá 13 años. ¿Cuáles son los principales hitos que han marcado la historia de la institución?

- Lógicamente su creación y con ella el primer parto, con el cual se dio inicio a la historia de la clínica. El crecimiento arquitectónico, el que se ha dado paso a paso y hoy abarca desde la calle Alameda, que es la gran avenida de Rancagua, hasta Cáceres, con tres edificios uno de los cuales todavía está en un proyecto. Nuestro centro tiene 12 mil metros cuadrados de construcción, contamos con más de 80 consultas, sólo en el centro médico; 100 camas de hospitalización, entre las cuales suman además las de pacientes críticos, neonatología, la gran área de pacientes médico-quirúrgicos y la maternidad. Esos han sido hitos muy importantes. Hay que mencionar también la renovación tecnológica que hemos experimentado, la que incluyó el aumento de los pabellones; la torre laparoscópica; una nueva máquina de anestesia; lámparas de pabellón; un scanner de última generación, que hoy es el mejor equipo en Rancagua; y un scanner multicorte de 16 cortes. Toda esta infraestructura tecnológica más nuestro equipo humano nos permite estar a la vanguardia y eso se va a completar con los proyectos de este año, que incluyen la remodelación de imagenología, con la instalación además de un resonador magnético de última generación. 

- Con todos estos cambios también se debe haber ampliado el número de profesionales que trabaja en la clínica, algo que se refleja también en el desarrollo que ha experimentado el Centro Médico Integral. ¿Qué nos podría comentar sobre ese polo de desarrollo?

- Nosotros tuvimos una etapa inicial, cuando se produjo la fusión, de tratar de, en vista de la carga que se nos venía, integrar a mucha más gente en todos los ámbitos. Entonces ingresaron técnicos en enfermería, enfermeras, tecnólogos médicos y médicos. Hoy, si bien compartimos esa necesidad, estamos siendo mucho más selectivos en términos de que, efectivamente, se incorporen los mejores. Eso ha significado que, a nivel del cuerpo médico, hemos definido una política de ingreso. Todos deben pasar por una instancia que está conformada por todas las jefaturas médicas, la dirección y subdirección médica. Queremos dar un aval, no sólo técnico del médico que quiere ingresar, sino que también personal. Debemos dar certeza y seguridad de que las personas que trabajan con nosotros son todas profesionales, aunque parezca curioso. Por la acreditación en calidad, que está centrada en la seguridad de la atención de los pacientes, dentro de las cosas que se le exigen a una institución está el que los médicos que trabajen en ella sean idóneos. Pero más allá de esa formalidad, a nosotros nos interesa trabajar para darle un formato al perfil del médico que queremos. Esperamos que sea una persona que se caracterice por sus buenas relaciones interpersonales, por su buen trato, por su simpatía y empatía. No siempre es fácil encontrar personas así, la combinación puede ser compleja, pero estamos apuntando a eso. 

- Usted habló de la acreditación, ¿es un tema en el cual están trabajando?

- La acreditación en calidad en salud son una serie de procesos y métodos que buscan guiar, incentivar y reconocer a organizaciones públicas y privadas para que inicien y se mantengan en un camino de mejoramiento continuo de su gestión y resultados, hasta alcanzar niveles de excelencia, elevando así la calidad de los productos y servicios que reciben los clientes o usuarios. Con ello se busca certificar que se atiende en condiciones de seguridad a las personas, que no se opera la cadera equivocada, que no se entrega un bebé cambiado, que no se le suministra un medicamente a un paciente sin antes cerciorarse de que no es alérgico a dicha sustancia. Esos son ejemplos básicos. Es una pauta muy compleja. De todos los hospitales públicos en Chile, sólo cinco se han acreditado hasta ahora. El plazo original para contar con la acreditación vencía el 1 de julio de 2013, pero se tuvo que extender un año más. En total hay 45 instituciones que se han acreditado, de los cuales sólo 20 son centros de atención cerrada. Nosotros ya postulamos, pasamos la primera etapa y estamos a la espera de que se nos asigne la comisión que nos va a venir a supervisar, algo que nos colocaría entre los 50 primeros de un total de 2543 instituciones en Chile, contando instituciones abiertas y cerradas. Obviamente, sería un logro muy importante, porque se espera que, en el corto plazo, se comiencen a publicar esos estándares. Para mí, en lo personal, es un tema extraordinariamente relevante. Ningún otro gremio se ha sometido a esta evaluación. De hecho, sin ir más lejos, los subespecialistas tenemos que revalidarnos en 2015, donde se nos va a obligar a demostrar que estamos vigentes como tales para seguir atendiendo personas y eso está en la línea de la seguridad y la calidad. 

- Por último doctor, con todo lo que se ha avanzado, ¿cree que hay algún ámbito especial que deba mejorarse al interior de la clínica?

- Por supuesto que aún tenemos algunos desafíos pendientes. Debemos afianzar un staff mucho más potente; tenemos que incluir a nuevos profesionales; posicionar algunas jefaturas y ayudar al desarrollo de los equipos de trabajo en cada una de ellas. Queremos abrirnos a la cirugía plástica y bariátrica y estamos evaluando, en este momento, el tema de neurocirugía, si queremos ser un centro de excelencia del manejo del trauma tenemos que incorporar la neurocirugía. Con el crecimiento actual hemos perdido, de alguna manera, la conectividad y los flujos de circulación, eso también lo queremos recuperar.

 

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