Dr. Roderick Walton:
“La medicina debe enseñarse al lado de los pacientes”
En junio de 2007 la Oficina de Educación Médica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago cumple su primer año de existencia. Se trata de una iniciativa impulsada por un grupo de profesionales, liderado por el doctor Roderick Walton. Con una larga trayectoria académica, este gineco-obstetra es un convencido de que para enseñar medicina de primer nivel es fundamental desarrollar instrumentos de medición y profesionalizar la docencia.
Tras recibir su título como médico de la Universidad de Chile en 1978, el doctor Walton realizó su beca de especialidad en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, tras lo cual continuó trabajando como docente de esa institución durante 18 años, período en el que varias veces fue nombrado por los alumnos como el mejor docente de la facultad.
- ¿Cómo ha sido su evolución de su labor como académico?
- Después de 25 años de docencia yo distingo claramente tres etapas en mi vida: la primera, en la que uno es una máquina de conocimientos, es un momento en el que sabes mucho pero enseñas en forma dispersa; una segunda etapa en la que te preocupas de entregar esa información con mayor orden; y una tercera etapa, que es la más compleja, en la que debes trasmitir destrezas o aptitudes. Eso es precisamente lo que me preocupa ahora: transferir competencias, para lo cual es necesario desarrollar instrumentos. Precisamente ahora estoy en la etapa de crear y evaluar algunas herramientas.
- ¿Qué es lo más importante en este proceso de transferencias?
- Hay que enseñar a ver pacientes, de eso se trata la medicina, y enseñar medicina se trata de ser capaz de transferir tu habilidad de resolver los problemas de un paciente.
- ¿Cuál es la relación que a su juicio debe existir entre la Medicina Basada en la Evidencia y esta capacidad resolutiva donde el ojo clínico pareciera ser fundamental?
- Creo que se deben conjugar ambas cosas.
- Y ¿qué es lo que sucede con el desarrollo de habilidades para mantener una buena relación médico – paciente?
- Siempre digo que la medicina debe enseñarse al lado de los pacientes. El profesor debe estar al lado de sus alumnos mostrándoles cómo debe ser esta dinámica. Por eso he luchado para que las universidades tengan sus propios centros de atención donde los profesores enseñen lo que saben hacer. Hoy estamos viviendo una realidad en la que muy pocos de los médicos que egresan van a trabajar en hospitales, sino que la mayoría se va a desempeñar en la atención ambulatoria, por eso debemos formarlos en esa área, en la atención primaria, porque ese será el ámbito de su trabajo. Los hospitales clínicos tienen sentido para el post grado, pero no para el pregrado.
- ¿Sería bueno, por ejemplo, potenciar áreas como la medicina familiar?
- Yo lo que creo es en el desarrollo de la medicina individual, orientada a un paciente en particular, no a grupos, porque aún dentro de una familia los pacientes son personas. Entonces, no es que no crea en la medicina familiar, creo en la medicina individual, porque cada persona es un ser único y debe ser tratado como tal.
- ¿Cuál es el desafío de los académicos en este contexto?
- Deben comprender que la enseñanza de la medicina es una ocupación como cualquier otra, por lo que hay que especializarse en la enseñanza. Es necesario que los académicos realmente aprendan como transferir sus conocimientos. El que seas médico clínico no te habilita automáticamente para enseñar, tienes que profesionalizarte como educador.
- ¿Qué están haciendo en la Universidad de Santiago para mejor la docencia en medicina?
- Estamos recién comenzando los cambios. La ciencia tiene una gracia que es la capacidad de cuantificar procesos: medir, aplicar y evaluar. Por eso, estamos partiendo con mediciones que primero apunten hacia la información y, secundariamente, hacia la capacidad de resolver problemas. Hay un tipo de examen que tomamos en Obstetricia, que es el ramo que yo imparto, que se llama OSCE (Objetive Estandarizad Clinical Examination), en el cual el alumno pasa por varias estaciones resolviendo problemas clínicos reales. Si bien nosotros les entregamos conocimientos teóricos y realizamos seminarios para los alumnos, al final del curso, ellos tienen que ser capaces de resolver 20 ó 30 problemas con pacientes reales. Este examen nos refleja la capacidad que los alumnos tienen para solucionar este tipo de situaciones.
- ¿Cuáles son las ventajas de aplicar evaluaciones como el OSCE?
- Tras empezar con estos cambios hemos visto resultados notables, como el hecho de que una facultad de medicina pequeña como la nuestra haya obtenido el mejor resultado nacional en Obstetricia y Ginecología en el último Examen Médico Nacional (EMN), por sobre otras casas de estudios que cuentan con muchos más recursos que nosotros.
- ¿Qué destacaría de este primer año de vida de la Oficina de Educación Médica que usted encabeza y qué espera para el futuro?
- Ha sido muy interesante trabajar con gente joven, personas que se están formando para ser profesionales de la docencia. También destacaría la posibilidad de introducirlos en el estudio sistemático, en la posibilidad de hacer ciencia y docencia. Hasta el momento nuestro principal logro ha sido incrementar el resultado del EMN del puesto 11 al quinto lugar. En cuanto a los desafíos, con los resultados que nos entreguen los instrumentos de medición podremos diseñar soluciones para mejorar los contenidos y la calidad de la docencia en cada nivel de la carrera.
