Dr. Rodrigo Salinas:
“La MBE volvió a mostrar la importancia de la base científica en las decisiones”
Existen tres pilares que conforman lo que se conoce como el triángulo perfecto de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE): la información de calidad; la experiencia clínica del médico o de otros profesionales del ámbito de la salud; y -un elemento que se ha incorporado en los últimos años- los postulados de la bioética en relación a las características individuales de cada paciente.
Este interesante tema fue abordado por el doctor Rodrigo Salinas en el curso “Introducción a la Medicina Basada en la Evidencia” que se desarrolló la segunda semana de enero en el marco de la Escuela de Verano en Salud Pública, que imparte la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Ex director del Instituto de Salud Pública (ISP), en la actualidad el médico es profesor asistente de ese establecimiento educacional y trabaja en el Departamento de Estudios del Ministerio de Salud de Chile.
El doctor Salinas explica que la idea del curso era recoger las necesidades que tienen los profesionales de la salud, en lo referente a tener una mejor capacidad de apreciación crítica de la información sobra la eficacia de las intervenciones en salud. “Hoy, cada vez más, no basta con lo que uno estudió en la carrera o con los esfuerzos que uno hace por seguir perfeccionándose. Además resulta fundamental contar con un sistema de análisis crítico de la información que permita distinguir lo que es útil de lo que no lo es; lo más importante de aquello que puede ser perjudicial”, señala.
¿Qué objetivos específicos se plantearon para el curso de MBE que fue dictado en el marco de la Escuela de Verano?.
- Como se trató de un curso introductorio buscamos mostrar, primero, para qué sirve y para qué no sirve la MBE. En la actualidad hay mucha gente que cree saber en qué consiste la MBE, sin embargo, no es una idea formada a partir de información fundada, por lo que existen algunos mitos y temores al respecto. Por ello, siempre es importante colocarla en su justo lugar, no creer que va a entregar más de lo que puede entregar o creer que significa una amenaza para el ejercicio libre de la profesión médica, como algunos piensan. Lo segundo que se planteó, es que una vez que a partir del ámbito en el cual uno se mueve, debe ser capaz de identificar cuáles son los elementos claves que sirven para hacer uso de la MBE, tales como criterios de formulación de preguntas, de búsqueda de la información y de análisis crítico de los datos. Y, en tercer lugar, quisimos mostrar cómo se integra eso con el diseño de guías clínicas para la gestión.
Permanentemente estamos recibiendo mucha información. ¿Cómo se enseña a discriminar lo valioso de lo prescindible?
- En general no es algo complicado, porque detrás del análisis crítico que se realiza para saber qué es lo mejor para los pacientes, siempre está el propósito central de la medicina, que es brindar aquello que a la persona le va a generar más beneficios que perjuicios. Hoy las herramientas que las que nos dotaban en la escuela de medicina son, en algunos sentidos, insuficientes. Primero por la gran cantidad de información que está disponible y que es de fácil acceso, por ejemplo, a través de los medios electrónicos donde hay miles de sitios web respecto a materias de salud. Entonces, si no se tiene algún criterio para distinguir y seleccionar qué tipo de información es la más valiosa, uno puede terminar leyendo cosas de mala calidad. Por lo tanto, la primera herramienta que uno debiera manejar es la capacidad para discriminar qué es lo que vale la pena leer para mejorar la atención de los pacientes.
¿Cuál es el paso siguiente?
- Una vez que se ha seleccionado lo importante, uno debería ser capaz de identificar algunos aspectos claves tanto para extraer la información, cómo para saber si se trata de información válida y eso sucede cuando el procedimiento que se utilizó es de buena calidad.
¿La MBE se relaciona también con el análisis de costo-efectividad en ciertas decisiones?
Por supuesto. La base de la costo-efectividad en las intervenciones está en la apreciación cabal de cual es la efectividad de las prestaciones. Uno no puede señalar que una prestación es costo efectiva si antes no lo ha comprobado a través de un análisis serio. Los procesos de la MBE están incluso antes que la costo-efectividad, recurriendo a herramientas que le permiten a uno juzgar si le terapia en sí es o no efectiva. Una vez que se ha probado que es efectiva, uno puede introducir un elemento económico que le permite decir cuánto le cuesta esa efectividad y compararla con su alternativa. Así se llega a la esencia de la costo-efectividad, que es la comparación de cursos alternativos de tratamientos para una misma patología.
El concepto de MBE ha comenzado a extrapolarse a otras áreas del conocimiento...
Sí, lo han estado aplicando en áreas como administración o educación. Pero es importante señalar que la MBE no es la que inventa este método, sino que toma un elemento que ha estado dentro del pensamiento positivista y racional de los últimos cuatro siglos, y que nos dice que cuando uno sostiene algo o quiere sustentar alguna decisión debe basarse en información de buena calidad que la pueda compartir, confrontar y discutir con sus pares. Entonces, sin inventar ni descubrir nada, la MBE renovó e incorporó este método en un campo que, de uno u otro modo, nos afecta a todos. Porque todos tenemos que tomar decisiones de salud respecto a uno mismo, a un familiar o a un amigo. La MBE volvió a acercar a la gente la importancia de la base científica en las decisiones. Ahora hay otras disciplinas que tratan de hacer lo mismo, como la educación, la justicia o la administración, pero yo veo que pueden haber problemas al aplicar estos principios a estas áreas del conocimiento.
¿Por qué?
- Porque una base importante para el desarrollo de la ciencia es la experimentación. De hecho en medicina la experimentación sustenta muchas veces las decisiones. Lamentablemente, por la naturaleza de la administración y la educación, experimentar en esas áreas es mucho más difícil. De manera que, al final, si bien puede significar un progreso, es muy difícil que en otras profesiones se articule un cuerpo experimental de la calidad que existe en medicina.
¿Se está introduciendo la MBE como una línea de acción en el pregrado?
- Sí. Para mi gusto, más lentamente de lo que se podría hacer. Cambiar el currículo de Medicina es muy difícil, sobre todo en este tema, porque la MBE no se puede enseñar como una disciplina aparte, sino que es una forma de enfrentar la información científica que debe traspasar a todas las disciplinas. Es como la ética, la semiología o el ojo clínico, no pueden existir cursos completamente aislados de estas materias, sino que el clínico tiene que incorporar estos elementos a través de todas las áreas de la profesión.
