Dra. Azucena Couceiro Vidal:
“La bioética, como teoría aislada no tiene ningún sentido”
Durante las últimas décadas, las disciplinas biomédicas han evolucionado hacia una mayor conexión con las humanidades y las ciencias psicológicas y sociales. A la tendencia disgregadora de antaño, que hizo cundir la especialización y el reduccionismo como forma progresista del saber, se le ha sumado una corriente integradora dentro del panorama global.
La preocupación por el impacto de las ciencias y las tecnologías no es nueva. En la medicina el registro histórico posee numerosas alusiones a preocupaciones éticas acerca de su ejercicio. El oncólogo estadounidense Van Rensselaer Potter, padre de la bioética, introdujo el término en el mundo científico y estableció que ella era un puente entre las humanidades y el conocimiento científico.
Es por ello que el estudio de los aspectos éticos de la medicina y la biología en general, y la relación del hombre con el resto de los seres vivos, debe ser una plataforma de diálogo y pensamiento para buscar soluciones conjuntas a los dilemas que plantea la moderna investigación médica y biológica.
La aparición del discurso bioético ha causado, precisamente, un reordenamiento de conocimientos tradicionales en nuevas síntesis, centradas en dilemas humanos y no en rígidas fronteras de especialidades.
Ante esta realidad actual, la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción (UDEC) invitó a la doctora Azucena Couceiro Vidal a realizar una estadía de dos meses en la Facultad. La especialista, posee una larga trayectoria en el ámbito de la bioética, tanto en España –donde ha sido asesora técnica de la Presidencia del Gobierno y, actualmente, profesora de Historia y Teoría de la Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid- como fuera del país, ya que ha trabajado activamente en diversos países de Europa y Sudamérica, entre ellos Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, República Dominicana y Perú, exponiendo sus conocimientos y sensibilizando a los profesionales de la salud a articular la fundamentación teórica y la aplicabilidad clínica de la bioética en los distintos servicios sanitarios de los países.
Aprovechando su importante visita, que tuvo como objetivo desarrollar un programa curricular de bioética dentro del plan de estudios de la carrera de medicina, de manera de entregar estos conocimientos a los futuros profesionales de la salud y, además, realizar un curso de capacitación sobre Introducción a la Bioética para docentes, clínicos e integrantes de los comités de ética hospitalarios, la doctora Couceiro compartió con SAVALnet sus impresiones sobre su trabajo en la Universidad de Concepción.
- A partir de la experiencia realizada en la Universidad de Concepción, enfocada en su gran dedicación por la bioética, ¿Qué significa para Usted formar y asesorar a profesionales del área de la salud en este tema
- Para mí es fundamental, porque la bioética como teoría es ética aplicada, es filosofía. Por lo que como teoría aislada no tiene ningún sentido. Es un saber que se orienta a la acción, un tipo de racionalidad práctica y no un puro ejercicio teórico o especulativo. Yo soy ante todo médico por vocación y si para algo creo que vale la bioética es para tomar decisiones en la clínica, para poder resolver problemas de los pacientes en la clínica y en los hospitales. Entonces para mí es fundamental el formar profesionales. Es el objetivo central de mi actividad, porque sé que de ahí va a influenciar directamente en la toma de decisiones de muchos hospitales.
- ¿Qué significó para Usted asesorar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción en este tema tan importante?
- La verdad es que era un reto –y lo seguirá siendo, porque continuaremos con la asesoría el próximo año- digo que es un reto, porque en este momento en Chile hay varias universidades que están desarrollando algo en bioética, pero igual la estructura es distinta o no hay un desarrollo curricular tan seriado. Que la Universidad de Concepción pidiera esto fue un desafío sumamente interesante, ya que dentro del mapa de valores en Chile es probable que cada universidad tenga su impronta. Yo trabajo la ética civil y plural, concepto que interesó a la Universidad que, desde sus orígenes, tiene un lema muy bonito que expresa precisamente esto mismo. Por lo que este trabajo conjunto ha sido como un matrimonio conveniente, a la Universidad le interesaba esta perspectiva y a mí me interesaba enormemente la Universidad, porque me ha permitido hacer este tipo de bioética, por lo tanto es un proyecto muy atrayente que acabamos de comenzar, porque ahora hay que ponerlo en marcha y posiblemente, el año que viene, sigamos con ello. En ese sentido es fundamental, porque es una apuesta de una institución, una institución chilena, una institución docente. Este proyecto tiene el apoyo de una gran cantidad de gente que permitirá dar una adecuada difusión clínica de estos conocimientos, pero desde una Universidad y no desde cualquier otro lugar. Con lo cual, yo creo que ambos estamos encantados.
- Por último, doctora Couceiro, ¿cómo fue para Usted el poder trabajar con el grupo de profesionales de la Universidad de Concepción?
- Ha sido muy interesante también. Este es un trabajo que ha tenido estos resultados –hay que decirlo, porque las cosas no ocurren porque sí- ya que durante mucho tiempo quien ha estado sensibilizando este tema ha sido el doctor Fernando Heredia. Esto ha hecho que la gente no llegue por casualidad, sino porque saben que hay un respaldo. Ha sido un grupo de gente muy atrayente, que no sólo trabaja en la Universidad con formación de alumnos, sino que también lo hace intentando aunar el campo de la universidad con el campo clínico. Esto hizo que gente de distintos hospitales y de los dos comités de ética que hay en la región formaran parte de esta iniciativa. Pudimos unir la docencia con la clínica y eso, la verdad, no siempre se consigue tan fácilmente, pero aquí había un trabajador nato que había estado intentando hacerlo, por lo que fue grato para todos. De hecho quedamos todos con ganas de más, esa fue la sensación que nos quedó a todos cuando terminó esta actividad. Ya seguiremos. Tenemos un compromiso con la universidad y, sobre todo, con las personas. La universidad es una institución, pero cuando ya conoces a la gente la cosa es diferente, porque ya hay una relación humana. Por lo que de seguro seguiremos, ahora es ver cómo lo haremos.
