Dr. Hugo Figueroa Avalos
Buscando la Kimilawen en las comunidades Huilliches de Chiloé
En el siglo XV, cuando los conquistadores españoles llegaron a América se encontraron con una serie de pueblos nativos, cuyos grados de desarrollo cultural eran muy distintos.
En Chile uno de los pueblos que tuvo mayor contacto con los españoles fue el mapuche, los que ubicados entre los ríos Bío-Bío y Toltén se dividían en Picunches, Araucanos y Huilliches.
Estos pueblos carecían de un lenguaje escrito. La mayor parte de lo que conocemos de ellos – sus costumbres en general, medicina y creencias- se debe a los relatos escritos durante la dominación española por cronistas que, en su mayoría, fueron miembros de la Iglesia o parte de las huestes ibéricas.
De la medicina de todos los aborígenes originarios de Chile, la mapuche es la de mayor importancia en el encuentro de las culturas hispánica y aborígenes. Ésta se basaba en el concepto mágico-religioso de enfermedad y muerte, con importantes elementos empíricos y algunas prácticas de cirugías elementales. Su ejercicio estaba a cargo de el o la machi, mezcla de médico, sacerdote y hechicero que culturalmente está constituido como propiciador de los espíritus ancestrales, combatientes de enfermedades y fuerzas del mal, conocedor de los códigos y normas sagradas que velaban por el bienestar de la comunidad y gran conocedor de hierbas y remedios.
Parte importante de estas costumbres se fueron perdiendo o transformando con la colonización española. Sin embargo, actualmente se está desarrollando en el sur de nuestro país un interesante “Programa de Salud Intercultural”, donde médicos de hospitales y consultorios trabajan en estrecha colaboración con la o el machi de la comunidad indígena y ponen en práctica un modelo que integra ambas formas de salud, la científica y mapuche, incorporando las propias categorías y etiologías de enfermedad desde el punto de vista del contexto particular y cultural del mapuche.

En Coñimó, sector ubicado a 42 kilómetros de Ancud, se encuentra la comunidad Huilliche Lafkenche, compuesta por 32 familias que agrupan en total a unas 200 personas. Hace un año este grupo quedó excluida de las rondas médicas municipales. Por esta razón nació la idea de contactar al doctor Hugo Figueroa Avalos, conocido de los lugareños por su trabajo en sectores rurales de la comuna, para contar con un sistema de atención médica que pudiera integrar la medicina occidental con la tradicional Huilliche.
Nacido en Santiago el 16 de Octubre de 1967, el doctor Figueroa estudió cuatro años Ciencias Biológicas (1986-1989) en la Pontificia Universidad Católica y Medicina (1990-1998) en la misma casa de estudios. Siendo todavía becado, conoció y recorrió la isla de Chiloé en bicicleta y quedó maravillado con los encantos que su mitología, gente y paisajes le entregaron, sin pensar que años más tarde se trasladaría a vivir a esos parajes.
Actualmente vive en Ancud en la playa Lechagua y realiza su quehacer profesional en el Consultorio General Urbano “Dr. Manuel Ferreira “de la ciudad y en su consulta particular. Asimismo, dedica parte importante de su tiempo para visitar en sus rondas rurales médicas a las comunidades Huilliches de Coñimó y Lamecura.
Esta experiencia ha permitido que, por primera vez, interactúen la medicina Huilliche y la occidental de manera cooperativa y coordinada bajo una base de reconocimiento mutuo, que toma cuerpo a través del Ministerio de Salud y el Programa de Salud Intercultural.
Esta interesante iniciativa es la que el doctor Figueroa, desde Ancud, ha querido compartir, donde junto a miembros capacitados de la comunidad ve a pacientes y, de común acuerdo con los representantes indígenas, determina el tratamiento más adecuado para ese enfermo.
- Qué significa para Usted la comunidad Lafkenche
- La representación humana actual de nuestra herencia indígena en Chiloé.
- Cómo nace la idea de realizar rondas médicas en los sectores rurales de la zona
- Durante mis rondas rurales tuve la oportunidad de hacer algunas de ellas en sectores vecinos a las comunidades Huilliches de Coñimó y Lamecura. Ahí los representantes indígenas se acercaron y me ofrecieron la oportunidad de realizar visitas a esos sectores. Me gustó mucho la idea, porque vi en ella una manera de integrar a estas comunidades, que tanto tiempo no han sido tomadas en cuenta dentro de nuestra sociedad. Además, vi que era la única manera de poder conocerlos en profundidad y de integrarme a ellos.
- Cómo nació el vínculo entre Usted y la comunidad Lafkenche
- Cuando visité la comunidad, conversando con sus representantes llegamos a la conclusión de que debíamos idear un sistema en el cual se realizara una visita médica que integrara la medicina occidental con la medicina tradicional Huilliche. En este contexto, se trabajó bajo el “Programa de Salud Intercultural” impulsado por el Ministerio de Salud. Con el tiempo, se fueron originando iniciativas desde la propia comunidad de Coñimó, que generaron su propia “ronda” donde participa un médico y una machi, especialistas en hierbas huilliches, reiki y acupuntura.

- Cuánto tiempo lleva visitando esta comunidad
- Las primeras rondas se realizaron en el año 2002 y desde entonces trabajo activamente con ellos.
- De qué manera es posible compatibilizar la medicina tradicional con la medicina mapuche
- Son complementarias, cada una aporta con lo suyo para lograr un beneficio integral en la salud del paciente.
- Qué tienen en común ambas disciplinas y, básicamente, en qué se diferencian
- Tienen en común su orientación remedio-enfermedad, donde cada remedio está asociado a la cura de una enfermedad más o menos definida. Y se diferencian en que la medicina mapuche no es ajena a quien la recibe, es una medicina que nace de su propia cultura y que el indígena no la siente como algo extraño e impuesto por una cultura que no conoce.
- A su juicio, cuáles son los aportes de la medicina mapuche a la salud colectiva en Chile y cuáles los de la medicina tradicional a la mapuche
- La medicina mapuche ha estado presente en nuestras vidas desde los orígenes de nuestra historia, cuidándonos de las enfermedades en forma de infusiones, emplastos y tantas otras maneras. Nuestras abuelitas nos sanaron de múltiples enfermedades haciendo uso de esos conocimientos heredados por nuestros ancestros. Sólo en los últimos decenios se ha visto cómo la medicina tradicional se ha impuesto por sobre la mapuche, a través de los programas de salud gubernamentales. La primera ha contribuido a esta última con sus estructuras, planificaciones y formalidades que vienen a organizar y darle forma al conocimiento ancestral.
- Se podría catalogar a la medicina mapuche como medicina “complementaria”
- Es una medicina propiamente tal, tan valiosa como la tradicional y ambas son complementarias entre sí y con otras terapias como el reiki y la acupuntura, que también se han utilizado en Coñimó.
- Qué es lo más gratificante que le ha tocado vivir durante esta experiencia
- El poder participar de las rogativas con que los Huilliches comienzan su jornada, orando hacia el padre Sol y frente a un árbol sagrado, integrándome con emoción a sus rituales al decirme que asista a éstos porque, como me habló un líder de la comunidad: “Usted, señor Doctor, puede considerarse parte de nosotros”.
- Por último doctor, hasta este momento, cuál es la evaluación que Usted hace de esta iniciativa
- La experiencia es positiva, pero falta mucho por hacer todavía. En el fondo, esto se trata del comienzo de un proyecto muy grande. Se podría decir incluso que es parte del camino de reconocimiento de nuestra identidad y orígenes. Estoy seguro que esta experiencia se repetirá en distintas partes de Chile, el desafío es lograr que ambas medicinas y culturas se integren para trabajar en conjunto.
