Dra. Catalina Soto,
directora CRS Peñalolén Cordillera
“Nuestro desafío es ser un centro moderno de salud pública”
El Centro de Referencia de Salud (CRS) Peñalolén Cordillera Oriente fue inaugurado en septiembre de 1996, siendo su primer director el actual ministro de Salud, doctor Pedro García. Aunque en un comienzo operaba como un establecimiento de especialidades ambulatorias de mediana y baja complejidad, sus requerimientos aumentaron con la llegada del vecino Hospital Luis Tisné el año 2002.
Casi una década atrás, el día en que el CRS abrió por primera vez sus puertas, después del doctor García la segunda persona en ingresar fue la doctora Catalina Soto, actual directora del centro asistencial. “Antes de atender pacientes, las primeras semanas llegamos a recibir los equipos y a reclutar más funcionarios”, recuerda.
Luego de estar tres años a cargo de la Unidad de Pediatría del establecimiento, la profesional asumió durante algunos períodos la dirección del recinto tras la partida del doctor García, ocupando el cargo definitivamente desde 2003.
Para entonces, junto con el Hospital Padre Hurtado y el Centro de Referencia en Salud de Maipú, el CRS Cordillera completaba la lista de los únicos tres establecimientos en el país con carácter de Centro Experimental de Salud, lo que implica un importante desafío en variados ámbitos.
- Doctora ¿cómo ha sido la evolución del CRS Cordillera en estos nueve años?
- Muchos de los aspectos de la gestión que se desarrolla en este centro, fueron marcados por el doctor García, quien impuso un modelo moderno y eficiente en cuanto a la administración de los recursos. Por ejemplo, desde un principio se consideró el apoyo de la informática en el trabajo diario y fuimos incorporando progresivamente nuevas tecnologías que nos ayudan en la gestión. Lo que sí sucedió fue que el panorama cambió desde el año 2002 a partir de la puesta en marcha del Hospital Luis Tisné, colindante al Centro de Referencia. Si bien los CRS fueron definidos como establecimientos de mediana y baja complejidad, en nuestro caso este hecho significó que comenzáramos a operar como un establecimiento de mediana y alta complejidad.
- Y eso supone bastantes desafíos…
- Sí, claro. Probablemente debemos tener una visión más amplia sobre cómo tenemos que desarrollarnos y hacia donde vamos. Eso es algo que compartimos con los directivos del Hospital Tisné, aunque tenemos dependencias jerárquicas diferentes: ellos, con el Servicio de Salud Metropolitano Oriente y, nosotros, con el Ministerio. Por esto, pese a que somos dos establecimientos distintos, tenemos que vincularnos estrechamente y de forma colaborativa, planteando objetivos comunes en varias áreas.
- En la práctica ¿en qué consiste el hecho de ser un Centro Experimental de Salud?
- Este modelo responde a una idea que se generó a fines de los ’90 para intentar darles a los establecimientos de salud más autonomía administrativa. Lo experimental tiene que ver, precisamente, con la posibilidad de contar con herramientas de administración más ágiles y eficientes. Por ejemplo, no necesitamos la autorización del Servicio de Salud para generar presupuestos, contratar personas o firmar convenios. Es una instancia incluso más avanzada que la que van a tener los hospitales autogestionados, que si bien van a tener ciertos grados de autonomía, van a continuar dependiendo de los respectivos servicios de salud.
- Y ¿cómo ha sido la experiencia hasta ahora?
- Bastante buena, aunque no está exenta de problemas. En los establecimientos que dependen de los servicios de salud, problemas tales como la movilidad de los funcionarios o conseguir más recursos en casos de crisis, son más fáciles de resolver. En cambio, los establecimientos experimentales debemos ceñirnos a un presupuesto que es nuestro y no del servicio en el cual estamos insertos. En ese sentido funcionamos en forma muy autónoma en relación con el sistema, pero mucho más dependientes de nuestra propia gestión. Hay momentos en que uno quisiera tener un respaldo, pero en términos generales la autonomía ha hecho bastante más eficiente nuestra labor, por lo que estamos muy satisfechos con el experimento.
- Debe ser complejo el tema de fijar los límites…
- Yo siempre lo digo cuando debo entregar la cuenta pública o realizar alguna presentación: el hecho de que seamos “experimentales” y que tengamos autonomía administrativa, no significa que podamos hacer lo que queramos, porque como establecimiento estamos insertos en la red a la cual pertenecemos, en este caso a la Red Oriente, y nos debemos a los lineamientos técnico que establece la dirección del servicio para algunas actividades. Por lo demás, estamos enmarcados en todas las leyes que regulan al sector, como la Constitución, la Ley de Bases Generales del Estado, el Estatuto Administrativo y los lineamientos que impone la Contraloría, entre muchos otros factores.
- ¿Cómo los ha afectado la puesta en marcha de la Reforma de la Salud?
- Ya que las grandes modificaciones que implica la Ley de la Autoridad Sanitaria van dirigidas a los servicios de salud, cuyos directores deben transformarse en inspectores de la red asistencial a la cual pertenecen, a nosotros prácticamente no nos afecta, porque no ejercen ninguna influencia de tipo administrativo en nuestro ámbito, dado que dependemos principalmente del Ministerio. En relación con los pacientes, el mensaje que debemos aplicar es el mismo que existe para todos los recintos públicos de salud: somos establecimiento al servicio de los usuarios, tenemos que ver que está demandando la población en término de las políticas y debemos insertarnos con nuestros recursos para poner en la práctica todo lo referente a las Garantías Explícitas en Salud, que se conocen como “Auge”.
- En este contexto ¿cuáles son los énfasis que usted y su equipo buscan marcar?
- Nuestro desafío es ser un centro de salud pública moderno, con los estándares que se establecen tanto para el área privada, como para el área pública, y en ese sentido intentar tener las menos diferencias posibles para nuestros usuarios. Es decir que, pese a todas las restricciones financieras que nosotros podamos tener, nuestros pacientes reciban una atención de calidad, oportuna, con los más altos estándares que nos sea posible brindar e insertos en un estilo de gestión con gran apoyo de las tecnologías de la información.
- Y ¿qué proyectos tienen a futuro?
- Siguiendo la línea de lo que implica ser un centro experimental, nuestra idea es poner en marcha iniciativas que sean innovadoras a nivel del sector público de salud y probar qué cosas se pueden replicar. Si las instancias son exitosas mostrarlas y ponerlas a disposición de los otros establecimientos para que las apliquen allí, y si no funcionan, también informarlo y poner en antecedente a la autoridad, para que el resto no pierda tiempo en proyectos que no sirven. Como somos un centro pequeño, fácilmente manejable y gestionable, con mi equipo pensamos que tenemos que aprovechar esta instancia para articular iniciativas de modernización, ver que tan efectivas son y compartir la experiencia si resulta positiva.
- A nivel personal ¿Cuál es la sensación de formar parte de este tipo de iniciativas?
- Esto es una misión. Si uno está sintonizado con todas las políticas y reformas que necesitamos como país, indudablemente es satisfactorio sentirse parte de esta ola modernizadora y tratar de aportar un granito de arena, haciendo las cosas de la mejor forma posible.
Por Paloma Baytelman
