Dr. Carlos Díaz-Valdés:
Un equipo de padre e hijo
El doctor Carlos Díaz-Valdés (54) confiesa que no es muy fanático del fútbol, pero tiene claro a cuál equipo apoya desde siempre: al de su hijo Matías, quien a sus 12 años juega por el colegio Verbo Divino acumulando una racha de rotundos éxitos deportivos.
Su equipo no sólo ha obtenido los primeros lugares en todos los torneos en los que participa, sino que también el pequeño Matías sobresale como el mejor jugador entre todos los futbolistas que allí participan, con una insospechada fama que incluye apariciones en la prensa.
“En el Torneo Interescolar Soprole Matías está de goleador en la categoría “mini” de fútbol, con 39 anotaciones. En el ránking general, aparece entre los primeros. En el año 2003 salió como goleador de la “mini” también, mientras que en 2004 fue ganador de la “mini” y la “general” simultáneamente. Para el ránking del equipo ideal, figura entre los 11 más destacados del torneo”, cuenta con orgullo el doctor Díaz-Valdés.
Esta racha de sucesivos éxitos llevó al pequeño Matías a representar a nuestro país en Holanda hace dos años. “Su equipo jugó la copa Fox Kids y la ganaron. El premio para el primer lugar era representar a Chile en un torneo en Europa, cuestión que nos significó grandes sacrificios, puesto que no podía ver nunca a mi hijo, ni siquiera durante los entrenamientos. Pero al final, valió la pena, porque me propuse apoyarlo donde quiera que fuera… y lo hice”.

La pasión futbolística de Matías nació hace cuatro años, cuando el joven decidió abandonar las raquetas de tenis y prefirió dedicarse al fútbol, ya que es fanático de la Universidad Católica, donde quiso ser parte de las divisiones inferiores.
Para el doctor Díaz-Valdés, cirujano de la Clínica Santa María, el trabajo ya no es una excusa para no ir a ver a su hijo al estadio cada vez que juega. Luego de una exitosa carrera como médico en la Escuela de Paracaidistas del Ejército que duró 30 años y de la cual reconoce haber obtenido muchas satisfacciones, organiza su trabajo actual en la clínica de tal forma que le permita seguir la carrera deportiva de su hijo.
- ¿Dónde nace este gran interés por seguir la carrera deportiva de su hijo?
- Cuando fuimos al torneo de fútbol en Holanda un grupo de padres nos hicimos muy amigos y desde ese momento comenzamos entre todos a ir a apoyar a nuestros hijos cada vez que juegan. Yo sigo yendo aunque eso me signifique cerrar la consulta antes o ir en condiciones que no son del todo favorables. Y no voy solo a apoyarlo, sino que va toda la familia, incluyendo a su madre y sus tres hermanos.
- ¿Qué tan importante es para Matías el respaldo que usted le brinda?
- Es bueno que los chicos se sientan apoyados. Pero para mí este respaldo tiene otra connotación. Cuando mis tres hijos mayores eran chicos, yo trabajaba muy duro. Hacía muchos turnos y eso fue una constante mientras crecían. Este concho, que es el menor de cuatro hermanos (dos mujeres y dos hombres), es más fácil de apoyar, porque ya no tengo tantos turnos que hacer y mi horario es mucho más flexible. Él está aprovechando lo que sus hermanos no pudieron. A nosotros nos gusta apoyarlo y a él le va bien. Con esto nos dimos cuenta de que para que los niños sean perseverantes y exitosos requieren de una fuerte dosis de apoyo.
- A su hijo le va muy bien jugando fútbol ¿No ha pensado dedicarse a ello profesionalmente?
- Sí lo ha pensado, pero parece que va a cambiar de opinión. Cuando llegó de Holanda, entró a las sub11 de la Universidad Católica, pero no le gustó el ambiente allá dentro porque es demasiado competitivo. Nosotros le dimos todo nuestro apoyo, pero al final él dijo que no, porque se quiere dedicar a otras cosas. Para él, los futbolistas tienen carreras cortas, por eso no está convencido.

- En un mundo deportivo tan competitivo, los jóvenes suelen desorientarse ¿Cómo enfrenta usted esta situación?
- Acompañándolo siempre a los entrenamientos y recomendándole siempre que no se deje superar por circunstancias adversas. Pero al final, esperar siempre a que él decidiera qué quiere. Nosotros lo apoyamos incondicionalmente.
- Usted confía mucho en su talento…
- Sí, juega muy bien. Y no sólo tiene talento, sino que también mucha suerte. Hace poco ganó un concurso por Internet para tomarse la foto con el equipo adulto de la Universidad Católica en un partido oficial, en plena cancha. Matías es apasionado y la buena fortuna le ayuda bastante también.
- ¿Cómo le gustaría verlo en el futuro? ¿Como un deportista aficionado o como un profesional?
- Tiene cualidades para ser un gran deportista, pero al final todo va a depender de él.
Los goles de la vida
- Matías hace goles en la cancha ¿Cuáles diría usted que son los suyos en el área médica?
- El haber podido compatibilizar la cirugía con la vocación militar. La cirugía es mi máxima vocación y en la escuela teníamos muchas actividades emocionantes. Nunca me aburría. Viajaba mucho. Conocí desde la Antártica hasta el desierto de Atacama. Los mejores años de mi vida los pasé allí.

- ¿Usted también es un fanático del deporte?
- Si, pero ahora no es con la misma intensidad que antes. Me gusta andar en bicicleta y caminar. Durante mis años en el Ejército, incluso saltaba en paracaídas... Era muy bonito y emocionante, pero uno llega a una edad en que es mejor dedicarse a la profesión, más tranquilo.
- ¿Y los otros integrantes de su familia también son deportistas?
- Toda la familia está involucrada en el deporte, especialmente apoyando a Matías. Su hermano, por ejemplo, es el manager y participa como entrenador. Mis hijas (ambas son médico) también se hacen un espacio en su horario y van a apoyar al hermano más chico. El año antepasado, en la final de la Copa Copec, iban empatados el equipo de mi hijo y el rival, por lo que tenía que decidirse por el “gol de oro”. Matías fue el que metió ese gol y cuando corrió a celebrarlo, se levantó la camiseta donde tenía escrito “feliz cumpleaños hermano”. Allí es cuando se nota que el trabajo de acompañarlo es bien retribuido.
- ¿Qué importancia tiene para usted que los niños como Matías practiquen deporte?
- Es fundamental que se dediquen al deporte desde muy temprano, porque los hace madurar. Cuando Matías jugaba tenis era más individualista, pero ahora con el fútbol conoce el valor del juego de equipo, perdonando los errores de otros, por ejemplo. Además, aprenden a controlarse durante el juego, evitando las acciones violentas. Los niños crecen intelectual y socialmente haciendo deportes. Qué más sano que hacer deportes en vez de hacer tonteras. Tú ves en las poblaciones a jóvenes que no hacen nada y se dedican a la droga o al alcohol, cuando podrían estar jugando fútbol. En el deporte se aprenden valores importantes. Si uno quiere ser bueno en algo tiene que ser dedicado y a través del deporte se darían cuenta de ello.
- Es cierto que el deporte es importante, pero ¿no cree que existen barreras para que las personas se dediquen de lleno a este tipo de actividades?
- Es cierto, hay muchas barreras. De partida, es difícil compatibilizar el deporte con los estudios. Cuando hay un partido y tiene prueba al día siguiente, debe estudiar igual que sus demás compañeros.
- Frente a este panorama ¿Qué les recomendaría a los padres que ven condiciones deportivas en sus hijos?
- Que fomenten el deporte en sus hijos y los acompañen siempre. A diferencia de los niños, nosotros los adultos podemos acomodar nuestros horarios para dedicarnos mejor a nuestros hijos.
- Por último, ¿tiene alguna anécdota sobre sus constantes visitas al estadio para ver a su hijo?
- Una de las más locas, es que me terminé convirtiendo en el médico del equipo. Cuando uno se cayó y tuvo una fractura, me tocó atenderlo y movilizarlo. Ahora, cuando pasa cualquier cosa, el entrenador me llama...
Por Francisco Bustos
