Dra. Aída Milinarsky:
“Educar a través del ejemplo es lo más importante”
La directora del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, doctora Aída Milinarsky, es una de las pediatras más connotadas de la V Región, lleva 32 años de ejercicio profesional y por su consulta han pasado muchos niños.
Pero si hay algo que distingue a esta pediatra broncopulmonar, egresada de la Universidad de Chile en 1972, es ser una mujer profundamente multifacética y comprometida con los diversos desafíos que emprende. Divide las horas del día entre las clases que dicta en la Universidad de Valparaíso, su consulta particular, la familia, estudios sobre temas médicos y francés y los diferentes deportes que practica, consecuentemente con uno de sus objetivos, que consiste en inculcar en los niños la importancia de realizar actividad física.
Pero sus actividades no terminan allí. Además es la coordinadora pediátrica de la zona en congresos y cursos sobre aspectos broncopulmonares y tesorera de la Sociedad de Osteología y Metabolismo Mineral, por lo que todos los meses viaja a las reuniones del organismo en Santiago.

Su día comienza a las seis y media de la mañana y termina a las doce de la noche. Las horas, los minutos y los segundos los aprovecha al máximo y se nota. Como ella misma lo dice, “uno puede tener tiempo para hacer de todo... hasta para conceder una entrevista”.
Su oficina queda en un sexto piso, que por supuesto ella sube caminado, pues considera la actividad física como un elemento fundamental. Tanto es así, que incluso en ciertas ocasiones también sube las escaleras para llegar a su departamento, que se encuentra ni más ni menos que en el piso 19.
La sala de espera de su consulta da cuenta del afecto que sus pequeños pacientes sienten por ella, pues sus paredes están llenas de dibujos enmarcados, con pequeñas notas de agradecimiento que los niños le han dedicado. Una vez en la consulta misma, el espacio llama a la relajación gracias a una privilegiada vista al mar, pero también invita a la alegría con llamativos juguetes y, además, alberga las medallas que la profesional ha obtenido en diversas competencias atléticas en las que ha participado. Toda una paleta que muestra el entusiasmo que pone en cada una de las áreas de su vida.

Luego de titularse, la doctora Milinarsky comenzó a trabajar como médico general de zona en la V Región, etapa en la que le tocó atender principalmente a niños, lo que la impulsó a especializarse en esa área de la medicina. “Me fui perfeccionando poco a poco y, con el tiempo, me fue gustando mucho la parte broncopulmonar. Me agrada trabajar con niños, es una experiencia muy distinta a tratar con adultos, donde hay un mayor peso de los aspectos sicosomáticos”, señala.
- ¿Dónde pone los énfasis de su quehacer como pediatra?
- Además de realizar los diagnósticos, lo más importante es prevenir. En ese sentido, el mayor trabajo que tiene uno como pediatra es la educación. Más en estos días, cuando tratar de enseñar calidad y cualidad de mejor vida –enseñar a comer bien y sano, hacer deporte, vivir al aire libre- va contra todas las costumbres establecidas, especialmente por los estereotipos que constantemente aparecen en la televisión.
- ¿Qué recomendaría a los estudiantes que quieren seguir esta especialidad?
- Yo les digo que tienen que estudiar mucho y que, a lo largo de la vida profesional, siempre van a estar aprendiendo de los niños. Por eso mismo, es importante que aprendan a conversar con ellos, crear un vínculo con los menores o a través de los padres. Les tienen que gustar mucho los niños, pero deben ser capaces de establecer un equilibrio entre la objetividad y la emotividad, pues los médicos pediatras deben estar preparados psicológicamente para ver a niños en diferentes condiciones.
- Además de su quehacer profesional, el deporte es una gran pasión para usted ¿Cómo nace este interés y qué importancia tiene en su vida?
- Los médicos pasamos gran parte del día encerrados. Entre la consulta, el hospital y la casa hay pocas alternativas, por eso empecé a pasear en bicicleta. Cuando mis hijos crecieron y tuve un poco más de tiempo libre, además de la bicicleta, empecé a nadar y a trotar. Al practicar deporte, sentí que cambiaba el switch de la vida, porque muchas veces el sufrimiento de los niños es tal que uno debe tener alguna válvula de escape y para mí esa válvula es el deporte. También, la práctica deportiva hace que te sientas mucho mejor, que enfrentes la vida de manera distinta, peleas menos, no tienes sensaciones de evasión o depresión. Además, es un tiempo en que tu mente vuela. Yo vivo al lado del mar, llego a mi casa, me pongo las zapatillas y salgo a trotar. Mirando el mar puedes pensar en cualquier cosa, descansas y te liberas.

- ¿Cómo compatibiliza su quehacer como profesional y sus actividades deportivas?
- Soy bien organizada, aprovecho el tiempo al máximo, incluso los espacios que me quedan entre la consulta, la universidad y mi casa. Me levanto a las seis y media de la mañana y, antes de ir a trabajar, nado en la piscina de Salinas. También varias veces en la semana voy a Playa Ancha durante la hora de almuerzo. En cada sesión nado alrededor de dos kilómetros. Troto tres veces a la semana, ando en bicicleta los jueves y los domingos y los lunes en la tarde voy al gimnasio.
- ¿Y alguien la acompaña?
- ¡Uy! Necesito hartas compañías. No hay nadie que haga todo eso conmigo, lo hago casi todo sola. A veces voy con uno de mis hijos a nadar, con el otro a trotar y, además, tengo un hijo putativo en el gimnasio.
- ¿Cuándo comenzó a practicar deportes en forma competitiva?
- El año 2000 fue la primera vez que participé en la maratón de aquí. El practicar deporte de manera competitiva también fue una opción personal, por el interés de querer superarme. Yo creo que uno se supera cuando compite, porque de lo contrario es sólo rutina. La gente se reía de nuestros deportistas que fueron a los Juegos Olímpicos porque sólo batieron sus propios récords. Creo que eso es lícito hacerlo. Ellos participaron sabiendo que no iban a ganarle a otros, pero se superaron a ellos mismos. Por eso tomo la competición como una buena forma de ir mejorando. Otro factor que me motivó fue el hecho de viajar. Hay competencias en distintas partes, por ejemplo, en Chile hay triatlones en Aculeo y Papudo, entonces es una instancia que sirve para conocer otros lugares. El año pasado fui a Escocia, antes no se me hubiese ocurrido ir para allá, sino hubiese sido por este evento deportivo.
- ¿Cómo ha sido la experiencia de competir internacionalmente, en especial su participación en Escocia, el año pasado, y en Alemania, este año?
- Uno conoce a mucha gente y los participantes son muy cálidos. El tema de la convivencia deportiva es distinto a otras instancias de encuentro. Desde una percepción personal, siento que aquí hay un ambiente de mayor camaradería que en otros ámbitos de la vida. Este año los “Juegos de la Medicina y de la Salud” se realizaron entre el 10 y 17 de julio en Garmisch Partenkirchen, un pueblo en el sur de Alemania, cerca de München. En estos juegos, yo competí tres días y los otros los aproveché para salir a pasear. Fui a los juegos con mi hija, que era la que me hacía barra. El año pasado, a los juegos que se realizaron en Escocia, también me acompañó, igual que mi hijo, su señora y mi marido. En esa oportunidad gané una medalla de plata en un cross country de 10 kilómetros.
- Y ¿Tuvo nuevos logros esta vez?
- Sí. Este año saqué dos de oro, una en 1500 de carrera en pista y la otra en 10 kilómetros de cross country, el mismo que hice el año pasado, y una de bronce, en 400 metros natación libre.
- ¿Cómo es compartir en estas instancias con colegas?
- Es entretenidísimo. Durante la carrera estás tú solo, no hay nadie más y el objetivo es llegar a la meta, ojalá antes que los demás. Pero luego de la carrera o cualquier otra competencia, hay instancias de camaradería donde uno se reencuentra con colegas que has visto en competencias anteriores, así uno empieza a conocerse.
- ¿Cuál cree que es la importancia de promover el deporte en los niños? Y ¿Cómo se puede fomentar la práctica de ejercicios desde temprana edad?
- Eso es algo que quiero destacar y lo que voy a decir sirve para responder ambas preguntas. Desde el momento en que uno trata de educar a los papás y a los pacientes, uno tiene que dar el ejemplo. Para mí, ha sido sumamente rico tener alguna medalla, pero mucho más estimulante es que los papás de mis pacientes y mis pacientes, me vean correr. Como Viña del Mar es una ciudad relativamente pequeña, a mí me ven practicando deportes en todas partes: en la costa, en Sausalito, en la calle, y eso ha sido gratificante porque así puedo decir con propiedad que hay que llevar una vida saludable, hacer deporte, estar al aire libre, comer bien y dejar otras cosas que automáticamente se abandonan cuando haces deporte... si tú corres no te dan ganas de fumar o tomar alcohol. Educar a través del ejemplo es lo más importante.
- ¿Y por qué hay tantos niños que no hacen deporte?
- Porque nadie les da el ejemplo de llevar una vida saludable. Si en una casa se incentivara a los niños a correr o a hacer deporte desde chicos, las cosas serían totalmente diferentes. Sin duda, eso influiría. Para mí, que me vean mis pacientes hacer vida saludable, es una forma de crear conciencia. Si más gente aprovechara su tiempo libre saliendo a caminar en vez de ver tele, lograríamos un tremendo avance. Lo de la calidad de vida y el estilo saludable lo tengo metido bien adentro.
Así, predicando con el ejemplo, la doctora Aída Milinarsky busca promover la prevención de enfermedades desde la infancia, enseñando a los niños la importancia de hacer deporte, evitar los malos hábitos y comer bien y sano.
Por Carolina Faraldo Portus
