Dr. Gino Caselli Morgado:
“Cada vez estamos viendo más niños con enfermedades inflamatorias intestinales”
Las cuartas jornadas de controversias en la cirugía digestiva moderna, el tercer curso interuniversitario de colon laparoscópico y el primer encuentro de actualización en enfermedades inflamatorias intestinales fueron algunas de las instancias académicas y científicas que se desarrollaron durante este año en Concepción y que llamaron particularmente la atención por el alto interés y participación que generaron.
En cada una de éstas, realizadas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, trabajó con especial dedicación el doctor Gino Caselli Morgado, destacado coloproctólogo del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente. “La idea que nos propusimos este año fue abordar las actuales y nuevas terapias para las enfermedades inflamatorias intestinales. Hubo temas de profundo interés como las bases moleculares y el diagnóstico diferencial”, comenta el cirujano formado en la Universidad de Concepción y especializado en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
-¿Cuál fue su evaluación de las recientes jornadas de actualización en enfermedades inflamatorias intestinales?
Con el paso de las semanas hemos llegado a la conclusión que fue una experiencia súper provechosa, que contó con una asistencia cercana a las 170 personas, muy superior a lo que esperábamos. Creo que lo más rescatable de este curso fue que se logró abarcar la gran mayoría de las aristas y variables de estas patologías, en relación a sus causas, tratamientos y manejo, a través de la visión de expertos de altísimo nivel que compartieron sus experiencias clínicas. Puntualmente, decidimos hacer un curso que tuviera objetivos más específicos y que profundizara de manera adecuada en los aspectos más relevantes de la patología.
-¿Cómo se originan estas enfermedades?
En general, existen tres grandes categorías o núcleos de enfermedades inflamatorias, que son la colitis ulcerativa, la enfermedad de Crohn y la colitis indeterminada. Por desgracia no se han podido establecer con certeza las causas que detonan la aparición de las EII. Lo único que está claro es que hay una génesis múltiple y que son varios los factores que pueden intervenir en el desarrollo de esta patología, dentro de los cuales hay factores hereditarios, genéticos, moleculares, inmunológicos e infecciosos. Esto, lógicamente, representa una complicación importante, porque si no está claro el origen o bien tienes muchos factores condicionantes, definir el tratamiento adecuado se hace muy complejo. Se trata de atacar una enfermedad que tiene distintas características y es precisamente ése uno de los temas más desafiantes de la patología.
-¿De qué manera abordar entonces las EII?
Estas enfermedades hay que abordarlas por separado. La colitis ulcerativa, por ser la más frecuente, tiene un tratamiento plenamente estandarizado, con resultados positivos y que intenta mantener al paciente en episodios de remisión, vale decir, en estado de ausencia sintomática como sangrado, diarrea, mucosidad y dolor. Los pacientes con enfermedad de Crohn constituyen otro grupo que también tiene un manejo estandarizado y que busca mantener la patología “a raya”. Ahora, cuando la enfermedad se complica, se comienzan a buscar tratamientos más complejos, como por ejemplo la terapia biológica e incluso se pueden hacer “reseteos” o reinicios del sistema inmune, a través de una irradiación en la médula ósea que puede dejar el cuerpo del paciente nuevamente en condiciones de controlar la enfermedad. Cuando estos intentos no son exitosos o hay complicaciones derivadas de la enfermedad, la terapia debe dar paso a la cirugía, al trasplante de médula ósea, procedimiento quirúrgico que, como todos, tiene una serie de riesgos asociados.
-¿En qué momento se debe acudir al quirófano?
Eso depende de cada caso y ha sido muy difícil de definir. Se debe hacer un balance, porque en general son pacientes que por su terapia médica, que muchas veces incluye el uso de medicamentos inocuos como los corticoides, se hace compleja la tarea del cirujano ya que aumentan los riesgos. Por lo tanto, encontrar un paciente que está en buenas condiciones para este tipo de procedimientos no es fácil. Sebe lograr un balance, un equilibrio, y por lo mismo se trata de tema tan debatido en distintos encuentros científicos. En este campo nada es blanco o negro, es una escala de grises.
-¿A qué se debe el rápido aumento de los casos de EII?
Tampoco se tiene claro el motivo o factor que determina este aumento, pero es un hecho que estas enfermedades han incrementado su incidencia. Incluso los casos de enfermedad de Crohn han aumentado casi al doble durante los últimos años. Ahora, hay centros que se han especializado como Clínica Las Condes y la Universidad Católica, transformándose en centros de referencia, por lo tanto, los números que tienen ellos no son extrapolables a la realidad nacional en cuanto a tasas de incidencia, pero claramente si haces un balance de los pacientes con enfermedades inflamatorias el número ha sido doblado en los últimos 20 años. Por eso la importancia de manejar este tipo de patologías.
-¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Primero que todo debemos decir que los síntomas que sufre el paciente lo hacen consultar de forma precoz. Se trata de personas que en general bajan de peso muy rápido, tienen sangrado anal, diarreas crónicas con mucosidad y dolores abdominales. Aquí es vital es que el médico tenga un grado de sospecha importante y derive al paciente de forma oportuna al especialista, para que a través de exámenes invasivos se pueda determinar y ahondar en un diagnóstico. El diagnóstico de una enfermedad inflamatoria es histológico, o sea es través de una biopsia, vale decir, se realiza exclusivamente a través de un estudio endoscópico. Tras obtenerlo se debe categorizar con la ayuda del patólogo, determinar cuál es la enfermedad e iniciar el tratamiento que corresponda. El profesional encargado de hacer este diagnóstico y posterior tratamiento es el gastroenterólogo. Cuando los pacientes presentan mejoría con la terapia médica, que es en la gran mayoría de los casos, se quedan con su especialista y se pueden manejar con dietas restrictivas, pero cuando el paciente presenta una complicación derivada de su patología, que eventualmente no tiene mayor manejo médico, debe intervenir el cirujano coloproctólogo.
-¿Qué aporte se puede hacer desde provincias al desarrollo de esta especialidad?
Por lo menos en Concepción estamos en condiciones de tratar estas patologías. Hay terapias que pueden desarrollarse sin problemas, porque los subespecialistas que tenemos en la zona han estudiado en los centros de referencia más importantes del país, adquiriendo las armas, experiencia y herramientas clínicas para atender a estos pacientes. En los encuentros que sostuvimos durante el año, los médicos locales demostraron que se encuentran en un alto nivel científico. Incluso, estamos a la vanguardia en algunas áreas, como la terapia molecular, gracias al trabajo que se está desarrollando en el Laboratorio de Patología Molecular de la Universidad de Concepción.
-Hay desafíos emergentes en la especialidad
Claro que sí. Pienso que un desafío importante está en los niños. Estábamos acostumbrados a ver las enfermedades inflamatorias intestinales en la adolescencia y principalmente a partir de la sexta década, sin embargo, cada vez estamos viendo más pacientes pediátricos con EII, lo que impone un desafío distinto, que nos obliga a sumar experiencia, estudiar e investigar en profundidad este nuevo escenario. Sus causas tampoco están claras, pero la sospecha también apunta a génesis multifactorial.
-Respecto de las instancias de actualización desarrolladas este año en la zona, ¿cuál es su evaluación?
Creo que el balance es súper positivo, porque vimos mucho interés de profesionales jóvenes y estudiantes. Hemos apreciado un incremento de cursos de alto nivel en Concepción, no solamente del equipo de coloproctología del Hospital Regional y la Universidad de Concepción, sino que en todas las áreas de la medicina. Todo esto permite compartir experiencias con destacados médicos, líderes y referentes en el campo de las EII, lo que a la larga beneficiará a nuestros pacientes. Si seguimos con estas iniciativas nos podemos consolidar como centro de referencia y engrandecer como hospital y universidad.
