Dra. Patricia Mella Anderson:
“Como unidad podremos mejorar nuestro desempeño y plantear necesidades”
La doctora Patricia Mella Anderson, médico y pediatra de la Universidad de La Frontera de Temuco y nefróloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile, está muy cerca de dar un importante paso en su carrera profesional y en el desarrollo de su subespecialidad en el sur del país. Si todo camina según lo planificado, en el corto plazo debería finalizar la implementación y comenzar el funcionamiento de la nueva Unidad de Nefrología del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena.
A la espera de la resolución final de la dirección del establecimiento de salud más importante de la Región de la Araucanía, la doctora Mella, futura jefa de la unidad, afina los últimos detalles de coordinación que requiere un desafío de estas características, también muy relevante para la consolidación del centro asistencial y para los pacientes nefrológicos de la zona.
“Debo reconocer que al principio le tenía susto a la pediatría, en el sentido que no fuera capaz de sacar a un niño adelante frente a una enfermedad. Me daba temor ver sufrir a un niño y, producto de eso, fui siempre muy aplicada durante mi formación para posteriormente no cometer errores. Me preocupé de mantenerme actualizada y en todo ese proceso me encanté con la pediatría, dejando de lado mi primera intención, que era ser ginecóloga”, comenta la facultativa del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, el Instituto Oncológico del Sur (ICOS) y la Clínica Alemana de Temuco.
-¿Cuál es el rol que juega la UFRO en la formación de especialistas en el sur del país?
Tiene un papel muy importante, porque es una universidad que al estar fuertemente ligada al Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena tiene mucho desarrollo de especialidades. Existe una amplia gama de alternativas y con buena capacidad de formación. En lo particular, tiene un muy buen desarrollo en pediatría, con casi todas las subespecialidades pediátricas; por lo mismo, formarse como becado de pediatría acá es tener acceso a un conocimiento variado e integral. Si bien no se desarrollan todas las técnicas que uno quisiera en todas las subespecialidades, sí puedes tener contacto directo con especialistas que las conozcan y las hayan practicado.
-Cuéntenos sobre los recuerdos de su etapa formativa
En general, me marcaron muchos los profesores con mayor trayectoria, que eran considerados como verdaderos próceres y eminencias de la medicina, como los doctores Guillermo Soza, Eduardo Hebel y Sergio Reinoso, mi máximo mentor durante la beca de pediatría. Fue él, junto a la doctora Patricia Dreves, quienes marcaron mi gusto por la nefrología. Durante esa época, mi inquietud por conocer otras realidades crecía, porque en Temuco la nefrología era más bien limitada en cuanto al desarrollo de técnicas y algunas cosas específicas. Paralelamente, surgió la necesidad de contar con un nefrólogo en el Hospital de Temuco, porque el doctor Reinoso estaba próximo a jubilar.
-¿Qué le llamaba la atención de esta subespecialidad?
Había muchos pacientes nefrológicos y pocas personas que se dedicaban a eso. Aquí estaba sólo la diálisis peritoneal y la verdad es que por necesidad de reemplazos era necesario que alguien fuera cubriendo los turnos y le perdiera el miedo a las máquinas. Yo me fui aproximando de a poco y en realidad era entretenido. Me di cuenta de que lo que yo conocía de nefrología era poco comparado con el espectro de cosas que hay por hacer en este campo.
-¿En qué pie se encuentra el desarrollo de la nefrología en Temuco y cuáles son los desafíos, principalmente de la nefrología infantil?
Antes acá no se hacían muchas cosas. Había muchas técnicas en que se debía derivar a los pacientes. Antes no se hacían biopsias renales, pacientes de UCI y, hasta el año pasado, si había algún paciente que necesitara un procedimiento de hemodiálisis había que trasladarlo a Santiago, porque más al sur no teníamos alternativas. Ahora, la verdad es que nosotros estamos haciendo prácticamente todo acá. Lo único que no realizamos es trasplantes, pero sí recibimos a niños post trasplantados y los controlamos, porque tenemos las herramientas para manejar cualquier complicación aguda en este tipo de pacientes. Las biopsias las hago yo y tenemos implementado todo lo que es la hemodiálisis y la hemofiltración como procedimientos agudos. El programa de diálisis peritoneal es fantástico acá y de hecho somos el último centro al sur de Chile con diálisis peritoneal crónica. La doctora Dreves, a cargo del programa, ve pacientes de Valdivia, Osorno y otras ciudades del sur. Trabajamos a capacidad completa, según dicta la normativa del ministerio de Salud en el manejo de pacientes en diálisis peritoneal infantil, con un tope de 15 niños por nefrólogo y enfermera.
-Uno de los proyectos más ambiciosos en esta materia es la implementación de la Unidad de Nefrología
Exactamente, el proyecto ya está autorizado por dirección. La idea es formar una unidad independiente, que pueda dividirse en áreas específicas para el desarrollo de diálisis peritoneal crónica, trasplante (control rutinario y manejo de las descompensaciones agudas después del procedimiento), terapia y dialítica aguda (diálisis peritoneal aguda y hemofiltración) y, finalmente, procedimientos (biopsias renales y la posibilidad de implementar un monitor Holter). Más adelante el plan es trabajar en el campo de la urodinamia pediátrica.
-¿En qué etapa se encuentra el proyecto?
Ya tenemos listo el organigrama, faltando por definir los espacios correspondientes para desarrollar de manera eficiente el trabajo. Junto a la doctora Dreves y el doctor Reinoso hemos tenido un arduo trabajo para sacar esto adelante, el cual ha sido muy fructífero porque tenemos una muy buena relación, de mucho cariño, respeto y amistad.
-¿Qué gatilla la decisión de formar esta unidad?
La verdad es que tenemos una gran cantidad de pacientes y era una forma de ordenar acciones que ya estábamos haciendo, pero de forma desordenada. El hecho de estructurar una unidad también nos dará la posibilidad de tener más acceso a implementación, mejorar los espacios físicos, poder disponer de otra enfermera y poner en marcha subunidades como el Holter pediátrico. Nuestro sueño es tener una Unidad de Nefrología como las que existen en los hospitales de la Universidad Católica o Sótero del Río, que se caracterizan por un ordenamiento por policlínico, lo que permite organizar a los pacientes para hacer un manejo más estandarizado de las patologías. Nosotros, como nos conocemos muy bien y conocemos a cada uno de nuestros pacientes, tenemos esa capacidad organizativa muy desarrollada.
-¿Con qué tecnología disponen y a qué podrían optar?
En el programa de diálisis crónica, como es una patología Auge en insuficiencia renal crónica, el acceso a las máquinas de diálisis peritoneal es pronto y expedito. El peritoneo de diálisis aguda en nuestra UCI pediátrica también cuenta con una máquina especializada. Tenemos además la opción de coordinarnos con clínicas privadas, centros de diálisis o con la misma empresa fabricante para mejorar nuestra cobertura en determinados casos. En cuanto a lo que es hemodiálisis, el hospital cuenta en este momento con dos máquinas para la unidad de pacientes críticos, dos máquinas de hemodiafiltración, las que están disponibles y se ocupan en situaciones puntuales.
En relación al procedimiento de las biopsias, estamos insertos físicamente dentro del sector de la UCI de la UPC (Unidad de Pacientes Críticos) y por lo mismo tenemos fácil acceso a las camas críticas. Como comentaba anteriormente, lo que nos falta, y que estamos solicitando en conjunto con una cardióloga, es la compra de un Holter pediátrico. Cada vez tenemos más niños hipertensos que no los estamos estudiando adecuadamente o simplemente no los pesquisamos oportunamente. En Temuco no disponemos de esta herramienta y, en rigor, sería ideal contar con dos, porque tenemos muchos pacientes obesos, con diabetes y patología renal crónica. Yo creo que nos va a resultar, porque el hospital está súper llano a implementar esta tecnología y aplicar técnicas que por ahora no se desarrollan en la zona. De hecho, el estudio de las biopsias renales no se hace en Temuco, pero sí tenemos un convenio con la Universidad Austral de Valdivia que tiene uno de los mejores centros de Chile de biopsias renales. Yo hago las biopsias y el hospital financia el estudio microscópico en esa ciudad.
-¿Qué prevalencia existe en la zona?
La prevalencia de patología renal pediátrica es muy alta y cada vez hay más patologías específicas, lo que hace necesario que exista la subespecialización. Tal como en el resto del país, hay muchos pacientes con patología renal, infecciones urinarias, etc. La consulta ha aumentado considerablemente, como también las técnicas y calidad de diagnóstico. En lo particular, en la región tenemos muchos pacientes que viven lejos de Temuco, en comunidades rurales.
-Todo este esfuerzo se traducirá en beneficios concretos para la comunidad
Claro que sí. Esa es precisamente la idea. Teniendo esta unidad en funcionamiento podemos pelear por más cosas, ya que como unidad tendremos mayor peso para discutir y plantear necesidades y prioridades para mejorar nuestro trabajo colectivo y desempeño individual, lo que aumentará nuestra capacidad de respuesta.
-Usted asumirá el cargo de jefe de unidad, lo que representa un desafío profesional
Efectivamente, pero la tarea no es sólo mía. Es un trabajo conjunto y yo sólo soy la cabeza de la unidad para representarla. Para desarrollar este trabajo se requieren muchas ganas, capacidad organizativa y experiencia práctica, y creo que reúno esas características. Cuento además con el gran apoyo del doctor Reinoso, un destacado profesional que estaba muy próximo a jubilar, pero sabemos que él, de corazón, no ha querido irse, y el quipo tampoco va a dejar que lo haga.
