Dr. David Provoste Lagos:
“En psiquiatría falta un mayor esfuerzo en rehabilitación e inserción del paciente en la sociedad”
Los últimos eventos trágicos que han afectado al país, como los incendios forestales en las regiones del Bío Bío y la Araucanía, no sólo han dejado profundas y dolorosas huellas en las comunidades y personas directamente involucradas, sino que también en individuos que sólo se enteraron de las malas noticias a través de los distintos medios de comunicación social. Acontecimientos de esta naturaleza, sumados a los problemas propios de la vida cotidiana, como el estrés laboral, ofrecen un complejo escenario que amenaza constantemente la salud mental de la población.
Detectar estos trastornos y tratarlos adecuadamente es un desafío creciente para los especialistas en este campo, más aún en una sociedad que estigmatiza al paciente psiquiátrico. Asimismo, la rehabilitación y plena inserción de los pacientes a la comunidad es un objetivo central para la psiquiatría.
“Falta una política de Estado que incentive a las empresas a contratar a personas discapacitadas, de todo tipo, porque en la actualidad este aspecto está sujeto sólo a la buena voluntad de las empresas. Los pacientes necesitan oportunidades para desenvolverse socialmente. Es más, si esto no ocurre, en términos de recursos, el resultado es muy negativo, porque se invierte mucho en rehabilitación, pero una vez rehabilitadas las personas no encuentran donde trabajar y deben quedarse en casa haciendo labores domésticas”, plantea el doctor David Provoste Lagos, médico del Servicio de Psiquiatría del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, donde cumple labores de policlínico, encargado de la Unidad Forense y responsable del equipo de Terapia Electroconvulsiva.
Actualmente, el especialista egresado de la Universidad de Concepción también destina parte de su tiempo al Centro Comunitario de Salud Mental de Coronel, COSAM, y al hospital de esa ciudad. En tanto, en el Servicio de Salud Concepción está a cargo del equipo de Psicotrauma, mientras que en el área privada implementó hace un par de años el centro médico Neuropsi, el cual está enfocado al manejo integral de pacientes, desde el punto de vista neurológico, psiquiátrico y psicológico.
En el área docente, el doctor Provoste ha ejercido en la Universidad San Sebastián, en la cátedra de psicopatología para la carrera de psicología, y en la Universidad de Concepción, en apoyo al trabajo en práctica a los alumnos de medicina. Realizó una estadía en el Hospital de Béziers y en la Universidad de Montpellier en Francia, donde, asegura, “pude comprobar de qué manera la cultura o un tipo de sociedad incide en la forma en que se manifiestan algunos fenómenos en psiquiatría”
¿Qué profesores o médicos lo marcaron durante su etapa formativa?
Durante mi especialidad, mi profesor doctor Rolando Pihán, quien tiene una habilidad impresionante para conocer, manejar y practicar distintas formas de arte, oficios y conocimiento popular; una persona de mente inquieta y gran conocedor del ser humano. Otro maestro que me marcó profundamente fue el doctor Pedro Rioseco, el que fue mi tutor y guía, durante toda mi formación en psiquiatría; un profesional de una sabiduría y experiencia infinita. Nombrado maestro de la psiquiatría chilena el 2009. Tengo el orgullo de ser su último residente a cargo.
Usted ha ejercido la psiquiatría tanto en el área pública como privada, ¿qué realidades observa al respecto y cuál es la mejor forma de abordarlas?
Obviamente el plan Auge ha ayudado a acortar la brecha entre lo público y lo privado, sin embargo, en el área de la psiquiatría hace falta un mayor esfuerzo en lo que es rehabilitación e inserción de pacientes del punto de vista social; poder desestigmatizar las enfermedades psiquiátricas que impiden que un paciente se desenvuelva social e incluso laboralmente.
¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación?
Falta una mayor implementación de instituciones de salud mental secundarias, que se encuentren más insertas en los ambientes comunitarios. En Concepción, por ejemplo, solamente existe un COSAM, lo que es absolutamente insuficiente en comparación con la cantidad de habitantes. Se requieren más hospitales de Día y más equipos multidisciplinarios que puedan trabajar en el mismo entorno del paciente, porque de esta forma se logra una mejor recuperación. Nuestra comunidad es muy discriminatoria, por lo que una tarea importante es vencer el estigma del paciente psiquiátrico.
¿Cuál es la tendencia internacional?
La psiquiatría moderna, como la europea, funciona totalmente descentralizada. Cada barrio tiene un centro de tratamiento, hay más presencia de equipos de salud mental y los pacientes están plenamente integrados a la sociedad. La hospitalización extensa ya no existe, porque hay muchas instancias previas que hacen innecesaria una estadía larga en un establecimiento de salud mental.
¿Qué otros aspectos dificultan el desarrollo de la psiquiatría en Chile?
Esta especialidad se encuentra concentrada en las grandes ciudades, en desmedro de urbes y pueblos pequeños. En una visita reciente a una zona aledaña a un pueblo que se encuentra a 45 minutos de Concepción, me explicaban que para que una persona pudiera tener una evaluación de salud mental general, ni siquiera con especialista, implicaba tener que desembolsar un valor de traslado al control de $15 mil pesos de ida y vuelta, esto en la salvedad de ir sin compañía. Aún hay conflictos con el acceso a la salud.
¿Cuál es la importancia de “humanizar” o “sociabilizar” la actividad médica?
Hay que recordar que el ejercer la medicina, es un acto entre personas, dos seres en los cuales influyen innumerables factores como lo cultural, lo social, lo espiritual, lo biológico, lo psicológico. No entender esto hace que el conocimiento de quién nos está pidiendo ayuda sea parcial. Resistirse a convertir a esa persona en un órgano, número o en una patología específica.
¿Cuáles son las principales complicaciones o patologías psiquiátricas que se manifiestan en la sociedad actual?
Lejos, el estrés a la vida moderna. El mundo y el sistema avanzan a una velocidad increíble y nosotros tratamos de seguir su ritmo, fracasando en el intento. Esto genera disfuncionalidad en distintas áreas en donde se desenvuelve la persona, por ejemplo, su familia y su trabajo.
Durante los últimos años una serie de tragedias han conmocionado al país, ¿de qué manera un evento traumático puede afectar la salud mental de las personas que se ven involucradas?
Habitualmente cuando ocurre un accidente o una emergencia de menor o gran escala que implique personas heridas o muertas, podemos observar distintos tipos de víctimas: Las primarias, que son las que viven la emergencia, los heridos propiamente tal, que viven el proceso en forma más intensa y directa. Las secundarias, que son las familias de las víctimas, que en ellos se marca todo el proceso que observamos de incertidumbre y falta de información durante y después del evento. Las terciarias, que son los rescatistas que se enfrentan muchas veces a situaciones que les exige una estabilidad emocional acorde a la situación que les toque vivir, como el rescate de niños, de compañeros de trabajo, de cuerpos en distintos estados de integridad, etc. Las cuaternarias, que corresponde a la sociedad en general o público que tiene acceso a la información y seguimiento del evento. En cada una de estas categorizaciones de las víctimas, el enfrentamiento es distinto, la forma en que se debe trabajar con ellos busca evitar procesos psíquicos posteriores desagradables e incluso patológicos.
Usted actualmente ocupa el cargo de presidente del Comité de Arte y Cultura del Colegio Médico de Concepción, ¿cuáles son los principales objetivos cifrados a desarrollar durante su periodo?
Asumí con gran alegría este desafío hace poco más de 6 meses y el objetivo fundamental es generar espacios para que nuestros colegas y sus familias tengan otras actividades que puedan complementar con sus vidas, que les permitan una desconexión de sus rutinas y sus problemas del día a día. El desafío es integrar al Colegio Médico a la agenda cultural local y abrirse como medio de expresión a la sociedad no médica. Nuestros proyectos son crear foros de discusión de distintos temas, no necesariamente del ámbito médico. Reabrir el grupo de teatro y potenciar nuestra sala de exposiciones a talentos emergentes o grupos de personas que trabajan para aportar a la sociedad y que, a nuestro juicio, merezcan un espacio para difundir su arte al público general.
¿Cuál es el vínculo que existe entre el mundo de la medicina y el mundo del arte?
La medicina y el arte desde sus inicios se encuentran ligados, hay muchos que consideran a la medicina un arte. Una forma de expresión, una vocación. Que lamentablemente con el avance tecnológico y deshumanización que esto implica se ha ido perdiendo, sin desconocer que de cierta manera ha sido un avance necesario que nos ha hecho replantear esta expresión artística hacia otros ámbitos.
Por último, considerando que nos encontramos en pleno mes de enero, ¿qué importancia tiene vacacionar y cómo manejar la falta de descanso para quienes no podrán dejar la rutina laboral? ¿Qué hacer con el cansancio mental o agotamiento emocional?
Las vacaciones son consideradas esenciales para el descanso mental de un trabajador. El estrés laboral consume sustancias llamados neurotransmisores que nos permiten enfrentar de buena forma el estrés, la presión, el mantenernos en estado de alerta. Al consumirse éstas comienza a aparecer la fatiga, el desgano, que se traduce en un menor rendimiento en todo ámbito. El tener unas adecuadas vacaciones nos permite recuperarlas. Está estudiado que estas comienzan su recuperación después de 15 a 20 días de descanso, por eso es necesario planificar un descanso tranquilo, en donde el planificar las vacaciones debe ser libre de presiones como, por ejemplo, estresarse por dónde se va a ir o cuánto dinero gastar. Lo ideal es no endeudarse y no sumar preocupaciones en relación a tener que cumplir expectativas sociales con respecto a esto. Debe hacerse a la medida y presupuesto de cada familia. Incluso el quedarse en casa planificando otras actividades puede significar un adecuado descanso mental.
