Dr. Jean Pierre Coudeu Despouy:
"La oftalmología me llena porque combina la parte quirúrgica con la médica"
Una agradable música de fondo además de diplomas, plantas y dibujos decoran la atípica pero acogedora consulta del doctor Jean Pierre Coudeu, médico de la primera Clínica Oftalmológica de Chile: IOPA. Trabaja en las sedes de Huérfanos y Los Leones desde hace 30 años, luego de realizar su beca de oftalmología en el Hospital San Juan de Dios y tras obtener la experiencia de ser médico general de zona en el Hospital de San Antonio. Egresado de la Universidad Católica, este médico estuvo a punto de dedicarse por completo a la cardiología, pero afortunadamente se dio cuenta a tiempo de que la oftalmología era lo suyo. “Esta especialidad me llena plenamente, combina la parte quirúrgica y médica, por lo que es más dinámica”, comentó.
Pero la medicina no es todo para el doctor Coudeu, quien es de aquellos que tienen como filosofía de vida aprovechar cada momento al máximo. Desde pequeño que le gusta escribir cuentos y su hobbie renació hace unos años cuando decidió escribir su primer libro “Yo, Dios”. Más tarde, tras analizar y reflexionar diariamente sobre situaciones cotidianas, nació “Extravaganzas sobre la vida, el amor y la fe”, el cual editó en formato de frases cortas. Si bien él insiste en que es sólo un hobbie que no pretende profesionalizar, ahora acaba de terminar su tercera obra, “El Principito II”, una personal y renovada versión de esta tradicional historia.
También le atrae y apasiona mucho la música, sobre todo el rock-pop de los 60 y 70, la cual escucha en su consulta gracias a su DVD portátil. En la entrevista con SAVALnet, el peculiar oftalmólogo nos cuenta su visión de la oftalmología y sobre su postura ante la nueva ley que entrega facultades para recetar lentes ópticos a los tecnólogos médicos.
Qué opina sobre el déficit de oftalmólogos en el sistema de salud público. ¿Cómo cree que se puede solucionar?
El sistema público es tan desincentivante, que al final uno lo abandona. Hay una etapa de formación, pero cuando yo renuncié fue porque ya me estaba “deformando”. Hay mucha falta de recursos, desorganización, es desgastante. Para solucionar esta situación, más que un incentivo de un buen sueldo, es tener buenas condiciones de trabajo, que es mucho más importante. Es muy frustrante saber que hay cosas que no puedes hacer sólo por falta de recursos. Entonces es un problema de incentivos, de infraestructura, económico, pero más que nada de condiciones de trabajo.
Qué opina sobre la nueva normativa que permite a los tecnólogos médicos recetar lentes ópticos
Hay dos cosas. Yo creo que si uno estudió siete años de medicina, más tres años de beca, en donde una parte importante de la especialidad es la parte refractiva, y que permitan a profesionales con carreras de menos años de estudios entrar a disputarte en otras condiciones tu nicho, no corresponde. Por otro lado, no creo que con eso se vaya a solucionar el problema de las listas de espera, y lo más probable es que después de un tiempo la gran mayoría de esos tecnólogos van a estar trabajando en ópticas donde se ofrecerá un gran paquete que incluye atención de tecnólogos, más dos pares de lentes de regalo por un precio módico de... entonces lo más probable es que en el futuro estén trabajando asociados con las ópticas y no solucionando los reales problemas de la salud pública.
En cuanto a su interés por la escritura, ¿Cómo nace y cuáles son sus principales obras?
Soy un fiel admirador de Stephen King. Siempre me ha llamado la atención cómo los escritores escriben en 600 páginas una historia que se puede resumir en dos, y no te aburres. Cuando pequeño, 10 años, hicimos un club de lectura con mis amigos y a mí me gustaba n los cuentos de terror. Ahora volvió a renacer el encanto por la escritura cuando un día en el metro me pregunté: ¿qué pensará Dios si mira hacia abajo y ve en qué terminó su creación? ¿Estará orgulloso? ¿Decepcionado? Y ahí empecé a anotar cosas y nació el libro “Yo, Dios”, donde actúo como entrevistador de Dios. Más tarde empecé a escribir frases que se me ocurrían en la vida diaria, frases cortas como, por ejemplo, “la única manera de mantener vivo el amor es sintiéndose amado”; “el tiempo que dedicas a ti multiplícalo por dos para dedicárselo a tu pareja”; “el amor es exigente, por más que des siempre es insuficiente” y “no olvides olvidar lo que no vale la pena recordar”. Coleccioné muchas frases de este tipo y escribí un libro titulado “Extravaganzas sobre la vida, el amor y la fe”. Después escribí “El principito II”, una versión personal de esa famosa historia y ahora estoy terminando de escribir un cuento de terror llamado “Amarduc”, en relación a los dioses asirios. Comenzó como un cuento corto, pero ya lleva 200 páginas. La verdad es que la inspiración nace sola.
