Dr. Enzo Castiglione Alencastre:
“En Chile falta incorporar la cultura de trasplante de órganos”
Para el doctor Enzo Castiglione, oftalmólogo del Centro Médico UC San Joaquín, entrar a la facultad de Medicina UC fue una aventura a ciegas, pero totalmente acertada. Realizó su subespecialidad de retina en enfermedades del segmento posterior en Barcelona, tras ganar una beca en el Instituto Barraquer, lugar en el mundo donde se hacen más trasplantes de córnea. Luego fue rumbo a Canadá, donde dedicó mitad de tiempo a patología ocular y la otra a clínica en uveítis. Fue una experiencia única y gratificante, sobre todo considerando que desde su regreso a Chile está compartiendo todos los conocimientos adquiridos a través de la docencia en la Universidad Católica.
Y uno de los aspectos que más le interesa transmitir a sus alumnos es el de la buena relación con el paciente. El doctor Castiglione cuenta que un ejemplo inspirador para él fue la doctora Verónica Azócar, quien fue su profesora mientras realizaba el internado. “Ella tenía un trato maravilloso con sus pacientes, lo que me inspiró muchísimo”, comenta el especialista. En la entrevista con SAVALnet nos cuenta sobre las condiciones actuales en nuestro país para desempeñar el rol de oftalmólogo y sobre la falta de cultura que hay en nuestra población respecto a la donación de órganos.
Usted practica mucho la docencia. ¿Qué cree que hay que mejorar en la práctica oftalmológica? ¿Cuál es el concepto fundamental que intenta transmitirles a sus alumnos?
Nosotros generalmente estamos uno a uno con los internos y también con los becados, que son distintos. A los alumnos uno les enseña el pensamiento crítico. Partes con una pregunta simple y después consultas el por qué para ver si realmente lo aprendieron hasta su esencia, buscar dónde es el origen del conocimiento. Y eso es muy fácil de saberlo, porque les haces una contra pregunta y muchas veces te das cuenta que no la saben encajar, no entienden cómo la excepción entra en la regla. Y lo siguiente es que sean observadores de los pacientes. A nosotros nos enseñan a sacar el diagnóstico a través del diálogo. Es muy importante hacer las preguntas adecuadas, y cuando uno es alumno está un poco cerrado en un esquema. Y basta que uno entre a tu consulta y por el modo en que se sienta, camina o por la expresión de la cara tú ya sabes más o menos para dónde va la cosa. Observar detalles, eso es lo más interesante. Y la otra “patita” de la docencia son los becados. Con ellos la cosa cambia, porque uno se proyecta. Esperas que tus becados sepan, aprendan y pasen por lo mismo que pasaste tú, pero a su vez que corrijan los errores o suplan las deficiencias que tuviste. Así que con ellos uno exige mucho más. Acá hay una planta docente muy fuerte en la universidad, muchos de nosotros realizaron sus subespecialidades en el extranjero. Eso quiere decir que la UC financió tu viaje para que trajeras nuevo conocimiento y lo tienes que entregar. Y el generar y distribuir concomimiento en un área muy importante en la universidad y la excelencia se logra con exigencia.
¿Cuál es la patología ocular más frecuente en su consulta?
Siempre son las cosas pequeñas. Gran cantidad de gente que viene a su chequeo de lentes, mucha frecuencia de ojos secos, irritaciones, alergias. A pesar de todo, la mitad de la consulta sigue siendo la oftalmología general. Afortunadamente las uveítis son poco frecuentes. Sin embargo, debo estar concentrando un 30% de la consulta en uveítis lo que es mucho, porque en ninguna parte del mundo es mas allá del 3% de la consulta oftalmológica que no es lente. Así que eso lo hace más entretenido, porque para hacerte experto en algo necesitas ese flujo de pacientes.
¿Y en qué consiste principalmente la uveítis?
Una manera sencilla de explicarlo es que en muchos casos es equivalente a decir que tu sistema inmune desconoce a tu ojo como tuyo. Y monta una respuesta inmune que es la misma que ocurre en el rechazo de trasplante, donde dejas de identificar ese órgano como parte tuya. En un grado extremo esto produce ceguera absoluta. En la oftalmía simpática, que es el caso más grave posterior a un trauma, eso sin tratamiento va a la pérdida total de la visión. Pero obviamente hay distintos grados.
¿Considera que hace falta más donantes en Chile?
Hace falta mucha donación de órganos, y más que nada falta incorporar la cultura de trasplante de órganos en la población. Algunas horas de la semana yo trabajo en el Hospital Sótero del Río y hago las ecografías oculares. Muchos de esos pacientes están esperando su cirugía pero no saben que necesitan un donante. Y una gran cantidad de ellos no son donantes de órganos e incluso les produce espanto serlo. Y lo peor es que al saber que lo necesitan no vuelven más a la consulta porque les produce fobia la idea de tener un tejido de otra persona. Entonces a esto me refiero cuando digo que no hay cultura. Y es muy difícil revertir esta situación, porque generalmente para lograrlo se necesita un gran volumen de pacientes trasplantados.
Pero esta situación debería mejorar con la nueva ley que dice que todo mayor de 18 años pasa a ser automáticamente donante de órganos…
Pero es una ley que en la práctica va a ser una ley muerta, porque ningún médico o ningún equipo de procuración de trasplantes van a sacar los órganos si es que hay ahí algún familiar que se oponga. Porque es contrario a nuestra vocación de ayuda de servicio. Además hay que considerar la complejidad de la situación, donde en un momento de dolor uno tiene que abordar para pedir órganos, es muy fuerte. Hay que hablarlo antes y hacerlo sin miedo. Porque mientras no se aborde frontalmente ni se informe de manera transparente, la cosa no va a repuntar.
Actualmente existe un déficit de oftalmólogos en el sistema público. ¿Cómo cree que se puede solucionar eso?
Nosotros estamos mal distribuidos. El servicio público yo creo que no va a funcionar mientras esté inspirado en la caridad o ingenuidad de aquellos que trabajamos en el sistema público. Esto es un trabajo y debe ser remunerado. No es un voluntariado. Los niveles de ingreso andan alrededor del 25% del ingreso que tú haces en una práctica común, ni siquiera en el barrio alto. Por ejemplo, acá en San Joaquín el ingreso es cuatro veces mayor, el lugar es más agradable, hay más tecnología. Por lo tanto en el sistema público uno está peor pagado y más encima te exigen una carga laboral mucho mayor en cuanto a volumen y estrés. Sin embargo, en términos generales el sistema público tiene buenos resultados.
¿Qué proyectos o actividades tiene para este año? (participación en algún curso o congreso, viajes al extranjero, publicación)
Este es un año de sentarse a escribir trabajos científicos, hacer manuales de enseñanza y publicaciones. Será un año de tabular y escribir lo que hemos venido haciendo los años anteriores en investigación clínica, ya que hemos examinado de forma sistemática a un grupo de pacientes. Por ejemplo, acabamos de completar una evaluación funcional visual de pacientes con esclerosis múltiple. Porque cuando tú padeces esta enfermedad existe el riesgo de desarrollar un tipo de uveítis en particular. Y conversando con la neuróloga que ve esclerosis múltiple, le conté que tenía interés en investigar esto. Asi que llegamos al trato de revisar a todos los pacientes para buscar este tipo de uveítis y así tipificarla y ver cómo es la uveítis de la esclerosis múltiple en la población chilena. Afortunadamente la gran mayoría de nuestros pacientes con esclerosis múltiple no tienen ninguna enfermedad ocular en ese sentido. Pero eso hay que reportarlo, porque la estadística nuestra es distinta a la internacional. Otros hallazgos tienen relación con pacientes que tienen hepatitis C. Ellos se están tratando con una mezcla de antivirales que funcionan muy bien para el hígado y tienen un efecto oftalmológico que es potencialmente beneficioso, por lo que eso hay que reportarlo, escribirlo y enviarlo a publicar.
Usted fue uno de los directores del “Curso oftalmología pediátrica, estrabismo y uveítis” que se realizó en enero. ¿Cómo evalúa el evento? ¿Cumplió las expectativas?
La principal expectativa es la asistencia y estamos muy contentos porque fueron 170 personas, incluso varias de regiones. Además, el tema fue atractivo a pesar de que no es el que vende más (que son cirugía refractiva y glaucoma, por lejos). También tuvimos invitados extranjeros de primer nivel y el auditorio estuvo lleno todo el día y eso nos llena de alegría.
