Dr. Alejandro González Arellano:
“He presenciado un cambio generacional importante en la Sociedad de Anestesiología”
No importa si es fútbol o medicina, pero el doctor Alejandro González es cruzado de corazón. El anestesista pediátrico y de cirugía ambulatoria realizó sus estudios en la Universidad Católica, es fiel hincha del mismo equipo de fútbol y actualmente es médico jefe de pabellones de la Clínica UC San Carlos de Apoquindo. Si bien en un principio tuvo mucha afinidad con cardiología, los caminos se fueron abriendo para terminar siendo un experto en anestesiología con estudios de postgrado en Australia.
En sus inicios, partió como auxiliar técnico de anestesia en el Instituto de Neurocirugía para terminar transformándose hoy en el presidente de la sociedad científica de esta especialidad. Comenzó como uno de los encargados de reactivar el comité de anestesia pediátrica de esta institución y posteriormente fue editor de dos volúmenes de la revista chilena de anestesia. Así, se fue involucrando cada vez más en el mundo gremial y científico, abrió sus horizontes al conocer gente nueva y hoy dice no arrepentirse en absoluto del camino elegido.
A fines de noviembre próximo termina su período de dos años como presidente de la Sociedad de Anestesiología de Chile y le pasará la responsabilidad al actual vicepresidente, doctor Renato Chacón. Así termina un arduo pero gratificante periodo para este anestesista, quien de seguro ahora podrá compartir más tiempo con su familia, leer literatura latinoamericana y practicar los deportes que más le gustan: baby fútbol, tenis y trote. En una entrevista con SAVALnet, González nos cuenta cómo fue su experiencia como cabeza de la sociedad y nos entrega un pequeño balance de su gestión.
Doctor, su periodo como líder del directorio terminará a fines de noviembre. ¿Cuál es la evaluación que hace tanto de la sociedad como de su trabajo como presidente?
Me ha tocado ir viendo un cambio bien importante en la sociedad, que no es producto de mi directorio ni de mi gestión sino que de las gestiones pasadas, en que ha crecido el número de socios en forma paralela al crecimiento de anestesistas en el país. La sociedad ha re-encantado a la gente y los anestesistas se han ido dando cuenta del significado de pertenecer a ella, tanto la utilidad personal como lo que pueden aportar. Y eso ha hecho que se haya revitalizado esto y en el periodo que yo he estado en el directorio he presenciado un cambio generacional. Todos lo han hecho muy bien, pero los cambios generacionales significan a veces modernidad y eso va a pasar también con las futuras generaciones. Además, durante la última década la sociedad se ha transformado en un referente para los anestesiólogos tanto del punto de vista científico y académico como del punto de vista gremial, no es sólo una sociedad científica.
En cuanto a mi trabajo como presidente, para mi tener este cargo es un privilegio y un verdadero honor, porque eso requiere el respaldo de todos los anestesistas socios. Ha sido súper gratificante, una experiencia muy enriquecedora desde todos los punto de vista y estoy muy contento porque continuamos con lo que se venía haciendo. En grandes rasgos dos cosas: en el área científica, hicimos crecer el congreso en cuanto al enfoque y el número de invitados extranjeros. Además, creamos instancias para el desarrollo profesional, académico y científico de la especialidad, con comités de investigación para estimular a la gente a estudiar e investigar. Y en el área gremial, hemos tenido varios logros que tienen que ver con las condiciones laborales y remuneraciones de los anestesiólogos. Además, en este minuto estamos trabajando en cosas importantes como es el nuevo reglamento de certificación de especialidades y sub especialidades médicas, en la cual hemos trabajado con las nueve entidades a cargo de eso. También estamos trabajando a petición del colegio médico en una iniciativa para revisión de los aranceles Fonasa y la incorporación de nuevas prestaciones. De hecho, somos de las pocas sociedades científicas que ha trabajado arduamente en estas cosas. Además, tenemos muy buenas relaciones con el ministerio, intercambiamos opiniones en todo aspecto y todo apunta fundamentalmente a mejorar las condiciones laborales y profesionales de los anestesistas para así asegurar la atención del paciente.
¿Y qué falta aún por hacer?
Varias cosas. Faltan anestesistas en el país. Eso es un trabajo conjunto con las universidades, con los centros formadores y el ministerio de salud. De hecho, tenemos un diagnostico que dice claramente cuántos anestesiólogos faltan y es igual al del ministerio, así que en ese sentido estamos todos de acuerdo. Para formar especialistas se necesitan tres años y las prestaciones y necesidades en salud aumentan rápidamente. O sea si te fijas todo lo que es Auge va aumentando rápidamente y los anestesistas son los mismos. Lo otro es que los actuales especialistas y los que vienen deben tener una formación adecuada y su especialidad certificada. En este momento nosotros somos una especialidad que tiene el 80% de sus especialistas certificados, eso es un muy buen número. Y también es una de las especialidades que mas rápidamente ha ido certificando a sus integrantes. ¿Que más falta? Que todos los que no están en la sociedad se integren, y junto con eso, nosotros tendremos que crecer como entidad y seguir desarrollando la parte científica, fundamentalmente la investigación que es la fuente del conocimiento. También nos falta crear más instancias de educación continua, para que así todos los especialistas del país tengan la oportunidad y acceso fácil a este tipo de educación.
¿Qué consejo le daría al próximo presidente que está pronto a asumir el nuevo directorio?
Él sabe perfectamente lo que tiene que hacer (ríe). Como es la tradición, lo más probable es que el actual vicepresidente, Renato Chacón, asuma la presidencia. Uno siempre parte con ganas de hacer muchas cosas y a veces a mitad de camino uno dice “quién me mandó a meterme en esto”, porque uno le dedica mucho tiempo extra, el cual se lo quitas a cosas propias extra laborales y a la familia. Sin embargo, son sólo momentos que hay que aprender a superar porque al final es muy enriquecedor lograr metas y trabajar en conjunto con el resto de los colegas. Otro consejo desde el punto de vista humano, es que es súper importante el apoyo de la familia porque uno lo necesita. En cuanto a la parte administrativa, lo bueno es que la estructura te permite seguir una continuidad en las tareas, porque en dos años uno no alcanza a hacer todo. Y él lo tiene súper claro, porque es una persona muy activa, con buenas intenciones y muchas ideas. Lo que sí pasa es que uno tiene miles de ideas y oportunidad de hacer cosas, pero hay que saber canalizar y priorizar para concretarlas. Y es difícil, porque a veces uno se entusiasma y te puedes perder en el bosque. Hay que “amojonar la idea” como a veces digo en reuniones. Pero al final del camino es muy gratificante, vale absolutamente la pena.
¿Cómo es considerada la anestesiología chilena a nivel internacional?
Muy buena. Creo que dentro de Latinoamérica tenemos uno de los mejores niveles. Sin desmerecer a los demás, porque hay muy buen nivel en Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia, pero nosotros tenemos un alto nivel y uno de los mejores programas de formación. Prueba de todo esto es que constantemente nos están invitando. Por ejemplo, el mes pasado fuimos cinco o seis anestesistas chilenos a dar conferencias al congreso argentino de anestesiología. Realmente la especialidad es muy bien reconocida a nivel sudamericano, y a nivel mundial también, porque cuando vamos a hacer postgrados afuera se dan cuenta que tenemos muy buena formación como médicos y como anestesistas. La diferencia con ellos puede estar en los recursos y el volumen.
¿Cuáles son los avances más destacados de los últimos años en anestesiología?
Es difícil decir uno porque son varios, pero en el ámbito de las drogas se podría decir que cada vez tenemos más seguras, ya que van hacia el efecto que uno busca sin efectos no deseados o adversos. En el ámbito del monitoreo también ha habido grandes avances, hoy en día existen monitores que permiten evaluar de forma más eficaz y certera lo que uno está haciendo. Además, ha habido un gran desarrollo en lo que es técnicas de anestesia regional y locales, hoy en día ya no es pura anestesia general y en todas las especialidades se está usando esto. Otra cosa en cuanto a técnicas, es que ahora se está apuntando a no hacer las cosas a ciegas sino que a mirar lo que uno hace. Con esto me refiero a los equipos de ultra sonido y a procedimientos guiados por imágenes. Por ejemplo, ahora uno puede hacer punciones venosas importantes que tradicionalmente se hacían con marcadores anatómicos, palpando y a ciegas. Hoy, se hacen con imágenes de ultrasonografía para ver exactamente dónde está.
El congreso de la especialidad se realizará en noviembre, ¿nos podría contar las novedades para este año?
Una novedad es que hay un curso pre-congreso, que se ha organizado en conjunto con la Sociedad de Anestesia Ambulatoria Americana, donde vendrán tres especialistas americanos de esta sociedad. Otra es que es una de las primeras veces que traemos a tanto invitado internacional. Son siete profesionales extranjeros de muy buen nivel, quienes dictarán conferencias plenarias. Además, viene como conferencista el editor de Anestesia Analgesia, una de las revistas de anestesiología más importantes del mundo, lo cual es un tremendo orgullo porque es una persona top a nivel mundial. Otra novedad, que viene del año pasado, es el cambio de estructura del congreso. Pusimos la presentación de temas libres en el medio día, horario que consideramos prime, lo que permitió que se valoricen más. Por último, vamos a repetir también los talleres de trabajo de investigación, porque tuvieron muy buena acogida.
