Dr. Luis Oliver Rejman:
“A mis alumnos trato de entregarles todo lo que sé”
El doctor Luis Oliver Rejman, creció viendo cómo su padre ejercía la oftalmología. Por eso no fue para nadie extraño que se inclinara por esta especialidad, luego de estudiar medicina en la Universidad de Concepción.
Seducido por las funciones, particularidades y desarrollo de este órgano sensitivo tan sorprendente, se formó en el Hospital del Salvador en Santiago bajo el mando del doctor Alberto Gormaz Bakierio. Gran profesor, un hombre muy innovador. Nombrado “Maestro de la Oftalmología Chilena”, por su extraordinaria contribución a la oftalmología nacional y mundial.
Años más tarde, viajó a Francia para subespecializarse en córnea. Con seis meses en Lyon, desarrollando la parte quirúrgica; y otro medio año en París, estudiando e investigando todo lo referente a tejidos orgánico, volvió a Concepción con ganas de hacer cosas.
“Como no teníamos el instrumental para realizar las queratoplastías o injerto corneal, tuvimos que hacer un proyecto de investigación aprobado por la dirección de investigación de la Universidad. Así pudimos traer instrumentos con los que empezamos a operar a los pocos meses”, cuenta.
Hoy, a cargo de la sección de oftalmología del Departamento de Especialidades de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, se ha transformado en un “embajador de la especialidad” en la VIII Región. Enseña la oftalmología a las nuevas generaciones y es quien recibe –todos los años- a los nuevos becados que han elegido especializarse en la UdeC.
- Doctor Oliver, experto en el tema hace años, me gustaría que nos contara un poco sobre la especialidad de oftalmología y su campo de acción
- Nuestra especialidad es muy amplia. Dentro de ella, es posible encontrar entre 10 a 12 subespecialidades como, por ejemplo, glaucoma, órbita, córnea, estrabismo. Esto hace que sea bastante compleja y, por lo mismo, delicada. Si bien el médico oftalmólogo general puede encontrarse con ciertas dificultades, tiene –al mismo tiempo- la ventaja de derivar a su paciente a un subespecialista. Por eso es muy bueno que los médicos se sigan subespecializando, para abordar así toda la complejidad de la estructura ocular.
- Y dentro de las subespecialidades, ¿cuál diría Usted que es la más compleja?
- Dentro de las complejas figuran el glaucoma refractivo, estrabismo y retina. Y de todas ellas, yo diría que la retina es una de las partes más complicadas dentro de aparato ocular, en el sentido de cirugía y problemas terapéuticos. Eso coincide con que los avances en esa área han sido menores que en otras.
- Durante sus años de ejercicio, qué área lo ha apasionado más: la asistencial, docente o investigadora
- Al principio me llamó profundamente la atención el tema investigación. Al volver de mi subespecialización en córnea en Francia, en Concepción no contábamos con el instrumental para realizar las queratoplastías o injerto corneal. Por eso tuvimos que hacer un proyecto de investigación, el que fue rápidamente aprobado por la dirección de investigación de la Universidad de Concepción, lo que nos permitió traer instrumentos con los que empezamos a operar a los pocos meses, eso fue a fines del año 78’. Luego me dediqué fuertemente a la docencia, hasta hoy.
- ¿Cómo evalúa Usted la formación profesional de los estudiantes de medicina y carreras afines en el Chile de hoy?
- La formación de los estudiantes es bastante pareja. Existen, lógicamente, universidades en las que se exige un poco más que en otras, eso lo podemos observar en los resultados del examen médico nacional. Hay facultades que sobresalen más que otras. No sé si es porque los alumnos reciben una educación más estricta y los temas se pasan en forma completa o porque los preparan para ese examen. A pesar de eso, la educación es uniforme.
- ¿Qué objetivos se han planteado como Departamento de Oftalmología para formar a los futuros profesionales?
- Bueno, el objetivo lo tenemos hace tiempo. Nosotros hemos formado a más de 50 oftalmólogos en la Universidad de Concepción. El estudio de postgrado, que antes se hacía en dos años, ahora tiene una duración de tres. En este momento somos uno de los servicios que más residentes tiene en Chile. Actualmente, están cursando su beca nueve médicos, tres en primer año, tres en segundo y tres en tercero. El nivel es bastante bueno. Se les hace un bloque teórico al principio del primer año, el que se va complementando con las especialidades. Tenemos una gran ventaja: estamos en el Hospital más grande de Chile, donde la parte práctica y quirúrgica es muy buena.
- ¿Cuál es el enfoque que se puede observar en la malla curricular propuesta por la casa de estudios, considerando que la oftalmología es una especialidad que se encuentra en permanente evolución?
- Nosotros, tanto a nivel de pregrado como de postgrado, nos hemos dado cuenta que es importante incorporar nuevos contenidos a la malla curricular. Se han desarrollado nuevas prácticas y aplicaciones terapéuticas de las que tendremos que ir hablando. Un ejemplo de esto, es lo que pasó con la cirugía refractiva, que llegó alrededor de 1994 y que hoy ya se ha incorporado dentro del programa de estudios de los becados. Igual cosa pasa con la parte quirúrgica de la catarata, que también ha tenido una evolución importante. Hay que considerar que la tecnología también avanza, los aparatos no son los mismos que se usaban hace 10 ó 20 años; y que decir de los medicamentos, actualmente nos ayudan en el tratamiento, por ejemplo, de glaucoma, algo impensado hace una década.
- ¿Cuál es el perfil del médico oftalmólogo que egresa de la Escuela de Medicina de la UdeC?
- El oftalmólogo que egresa de la Universidad de Concepción es un profesional que cuenta con un importante roce social en el policlínico. Hacemos operativos en los que participan activamente los residentes, por lo que yo diría que el estudio de la especialidad no es tan teórico. El becado no está encerrado dentro de cuatro paredes, sino que tiene la posibilidad de salir hacia la comunidad, donde realmente se conocen de cerca los problemas oftalmológicos de la comunidad. Por eso, durante este proceso educativo-asistencial, se entrega al médico nuevos conocimientos, destrezas y habilidades que le servirán para desarrollar su futura identidad profesional de acuerdo con las necesidades sanitarias del país.
- Actualmente, se está discutiendo fuertemente el tema del “reencantamiento de la medicina” y “la formación integral de los nuevos profesionales de la salud”. A su juicio, ¿cuál es la clave para lograr este proceso?
- Yo diría que la nueva medicina está encaminándose hacia cosas sencillas y bien específicas. Por ejemplo, ha llamado mucho la atención la especialidad de medicina familiar. Entendiendo el concepto, es algo muy positivo porque va a ser ese medico de familia el que, frente a un problema determinado, derive a su paciente al especialista que corresponda. Creo que especialidades como esta, van a aportar mucho en un futuro cercano.
- Sobre este mismo punto, en los países anglosajones cómo es la coordinación, por ejemplo, de un médico de familia con un especialista como el oftalmólogo
- Es algo inserto dentro de la cultura. En Estados Unidos, Inglaterra o Francia existe eso que nosotros conocíamos como el médico de cabecera. Quien se encarga de derivar a su paciente. Lamentablemente, nuestros pacientes están acostumbrados a ir a un especialista inmediatamente, ese concepto sería bueno ir cambiándolo.
- Por último doctor, en lo personal y como académico, ¿cuál es el sello que Usted busca imprimir en sus alumnos?
- A mis alumnos trato de entregarles todo lo que sé. Y como siempre he estado en lo que es coordinación, me preocupo que los otros docentes cumplan con su programa para que becados y alumnos reciban la parte teórica en forma completa.
