Dr. Emilio Brunie Lozano:
“Seguiremos potenciando la transferencia de conocimientos con Francia”
El doctor Emilio Brunie Lozano, es reconocido en la VIII Región por ser un destacado neurólogo y por su labor diplomática como cónsul de Francia en la zona, siendo el puente de transmisión esencial entre la embajada, los miembros de la colectividad y los eventuales ciudadanos franceses en tránsito.
Hijo de un inmigrante francés, el doctor Brunie nació en la ciudad de Concepción. Cursó sus estudios escolares en el Colegio Francés Charles de Gaulle, fundado por su padre en 1944 y, posteriormente, los de medicina en la Universidad de Concepción.
Realizó su especialización en neurología en el Hospital El Salvador de Santiago y una subespecialización en electroencefalografía y estudios de sueño en Francia, a través de la UdeC, universidad a la que dedicó más de 30 años de docencia, hasta su retiro el año pasado.
Actualmente, divide su tiempo entre su consulta particular, el Hospital del Trabajador y sus labores como cónsul. El trabajo realizado para fomentar la cultura gala en Concepción y para fortalecer las instituciones de la colonia tuvieron un emotivo reconocimiento: fue condecorado como chevalier dans l’Ordre national du Mérite (caballero de la Orden nacional del Mérito) por el Gobierno de Francia.
“Esta distinción es un verdadero orgullo, pero para mí refleja el esfuerzo de toda la colonia francesa en la región. Sin ellos, muchos de los proyectos realizados no podrían haber llegado a buen puerto, sin apoyo”, confesó.
En su consulta privada, recibió al equipo de SAVALnet, para conversar sobre este y otros interesantes temas.
- Doctor, podría contarnos cuándo comienza a forjarse la historia de la familia Brunie en nuestro país
- Las raíces de la familia Brunie comenzaron a sembrarse en Chile con la llegada de mí padre en 1925. Él era enólogo y un buen conocedor de la labor vitivinícola, por eso al llegar a la zona de San Javier ayudó a un tío de él con su viña. Con los años, decidió asentarse en Concepción, donde se dedicó no sólo a la viticultura, sino que también a la agricultura. Al parecer eso lo llevo en la sangre, porque a mi también me gusta mucho el campo, a lo que me dedico los fines de semana.
- A la hora de escoger a Francia para continuar con su especialización que primó: el alto nivel de la neurología en el país galo o el reencuentro con sus orígenes
- Yo creo que las dos cosas. Por una parte, Francia contaba con un muy buen nivel científico y médico, pero por otra se presentó como una excelente oportunidad para retomar contacto con mi familia paterna.
- ¿Cómo fue esa experiencia?
- Para mí fue una experiencia súper provechosa. No sólo interesante, sino que también tremendamente gratificante, porque no sólo tenía que ver con este reencuentro familiar y el desarrollo profesional, sino que también con el desafío del idioma… con ese proceso de desvinculación por completo del español, para introducirme en el idioma francés sin mezclarlo. Eso es algo muy importante en Europa, sino como que uno se siente como fuera de foco.
- En qué estado se encontraba la electroencefalografía francesa cuando Ud. viajó a subespecializarse
- La neurología estaba en un excelente nivel, pero tengo que decir que desde entonces los médicos chilenos tienen un muy buen prestigio en Francia, sobre todo en la parte clínica. Mientras estaba allá, me di cuenta que nuestro nivel de formación era muy bueno y que los problemas que tenemos en Chile, son casi los mismos que uno se puede encontrar en países desarrollados como Francia, con la diferencia que ellos tienen mucho más inversión en infraestructura y tecnología, para poder resolverlos. Pero en la parte clínica no tenemos nada que envidiarles.
- Y en la actualidad, esas diferencias se han podido equiparar…
- La electroencefalografía se encuentra en un muy buen nivel en Chile. Probablemente en el tiempo que yo estuve allá había procedimientos que, quizás, en nuestro país todavía no se realizaban. Hoy, gracias a la difusión tan amplia de las nuevas tecnologías y la subespecialización de los profesionales chilenos en el extranjero, no existen diferencias significativas. Probablemente ellos pueden contar con más equipos y recursos, pero básicamente en lo que se refiere a la interpretación estamos muy bien. Quizás, en estudios sobre sueño ellos están más avanzados, pero eso se debe a la planificación y al gran número de especialistas que se dedican a realizar investigaciones mucho más acotadas y específicas. En nuestro país, quienes desarrollan investigación son, al mismo tiempo, médicos de hospital, de consulta, académicos… cosa que impide que los resultados sean más rápidos. En ese sentido podríamos hablar de desventajas, pero en general estamos en un muy buen nivel profesional y clínico.
- A pesar de ser un país altamente desarrollado, en Francia prevalece el servicio público
- Sí eso es verdad, está muy arraigado y bien desarrollado ese concepto. Hace poco tiempo, recibí una carta de una asistente social chilena que estuvo hospitalizada en Francia por un AVE. Recibió un tratamiento de lujo en un centro de rehabilitación, en un hospital y en su domicilio. Lo interesante es la descripción que realizó sobre el tipo de atención que le brindaron. Allí, un equipo multidisciplinario que se ocupa de todo, no sólo de la parte médica, sino que también social. Llega a ser tan detallista la atención que incluso se cuenta dentro de los equipos con arquitectos que actúan como “prevencionistas de riesgo” que se encargan de chequear el hogar del paciente antes de ser dado de alta, para que en su casa cuente con todas las comodidades necesarias para enfrentar una eventual invalidez, sea ésta temporal o definitiva. Eso está muy bien desarrollado.
- Pasando a otro tema. ¿Cuándo fue nombrado cónsul de Francia en Concepción y por qué?
- Fue en noviembre de 1996. Cuando el cónsul anterior dejó el cargo, presentó varios nombres dentro de una terna a la embajada de Francia en Chile, ellos tuvieron la última palabra en mi designación. Ellos me invitaron a asumir el desafío y aquí estoy. Al principio, con todas las dificultades inherentes que uno puede encontrar, pero en ese sentido la embajada es un siete, porque siempre están preocupados en ayudar para que todo salga bien.
- ¿Cómo compatibiliza su cargo diplomático con el ejercicio de su profesión?
- Como en todo, la palabra clave es: programación. Tratar de hacer las cosas lo mejor posible, estableciéndose tiempos para el desarrollo de ambas responsabilidades. Indudablemente hay momentos en que las actividades se topan, pero afortunadamente el cargo de cónsul no es de exclusividad, por lo que priman mis obligaciones como médico y de eso es muy consciente la embajada.
- Usted se ha destacado por fomentar la cultura gala y fortalecer las instituciones de la colonia en la región. Por ello fue condecorado como Caballero de la Orden Nacional del Mérito del Gobierno de Francia. ¿Qué significado tiene para Usted este reconocimiento?
- Yo diría que este es un reconocimiento a la labor de muchos años. Siempre he estado ligado, de una u otra forma a Francia. Mi padre fue uno de los fundadores del Colegio Charles de Gaulle en 1944; yo trabajé años más tarde en el directorio, llegué a ser presidente de la Sociedad de la educación francesa; trabajé para que la Tercera Compañía de Bomberos de Concepción fuera reconocida como la Pompe France y para que se generara un intercambio de conocimientos entre voluntarios chilenos y bomberos franceses; potencié la relación entre instituciones francesas y chilenas y la firma de convenios internacionales… creo que esa dedicación y constante preocupación llevó a que se me reconociera. Indudablemente hay muchas personas que tienen las mismas posibilidades y yo lo agradezco mucho. Considero que es un honor muy grande, no sólo para mí sino que también para toda la colectividad francesa en la región, porque uno hace cosas, pero sin el apoyo de todos ellos eso no sería posible.
- ¿Qué posibilidades existen de fomentar también un mayor intercambio educacional, principalmente en medicina, con universidades galas?
- Eso ya existe hace bastantes años. El convenio entre la embajada y las Universidades de Concepción y del Bío Bío –tanto en la parte médica como en ingeniería, matemáticas y biología- es bien importante. La embajada se ha interesado mucho en potenciar y fortalecer este intercambio mutuo. De hecho, ellos tienen un departamento dedicado a ello, tanto en el pregrado como en el postgrado. Así como son muchos los chilenos que se han especializado en diferentes partes de Francia, son muchos también los franceses que no sólo vienen a Chile a entregar sus conocimientos, sino que a aprender de nosotros. Francia ha sido uno de los países líderes en desarrollar el concepto de la transferencia de conocimiento, incluso lo destacan mucho, porque es uno de los objetivos de la embajadora actual.
- Por último doctor, ¿cuáles son los nuevos desafíos que se ha propuesto desarrollar como cónsul y como neurólogo?
- Como cónsul seguir acrecentando y fortaleciendo las buenas relaciones entre las autoridades chilenas y las instituciones francesas, es una labor diaria muy auspiciosa, porque existe un interés mutuo para que sea así. Y en la parte neurológica, sigo con mi profesión participando en congresos y diversas actividades mejorando la encefalografía y, por supuesto, los estudios sobre sueño que a mí, en lo particular, me interesan mucho.
