Doctor Enrique Mullins Lagos:
“Nuestra actitud frente al sol es el problema”
Todos los anteriores presidentes de la Sociedad chilena de dermatología están presentes en la sede de la entidad, ubicada en el segundo piso de un moderno edificio en Vitacura. En el hall hay una fila formada por las fotos de todos ellos, ordenados temporalmente hasta el más reciente. Una fotografía está pendiente: la del doctor Enrique Mullins Lagos, que asumió la presidencia en abril del 2008, en el congreso que la sociedad organiza bianualmente.
Sus cabellos castaños no responden a un peinado particular. Libremente enmarcan los ojos verdes de una mirada reflexiva, que consulta a su memoria con un gesto hacia arriba ante algunas preguntas. Lo acompañan la vicepresidenta y la secretaria de la sociedad, doctoras Monserrat Molgó Novell y María Irene Araya. Una enorme mampara de vidrio translúcido antecede a la sala de reuniones, en la que hay una temperatura muy fresca, a diferencia del exterior, donde el termómetro marca más de 30 grados.
Estas altas temperaturas que acompañan al verano son objeto de preocupación de los dermatólogos, que ven en la exposición desprotegida y excesiva de la población a los rayos solares un factor decisivo en la aparición de quemaduras y cáncer de piel.
“A veces ven a los dermatólogos como en contra del sol, y no es así. El sol no es el problema, de hecho, es necesario para la vida. Nuestra actitud frente al sol es el problema”, señala el doctor Mullins. Se requiere de todo un diseño de vida que conjugue el “evitar exposiciones masivas al sol, sin sentido; proteger grandes áreas exteriores donde los niños juegan, que los pequeños usen gorritos y protecciones para ir al colegio, como se hace en Australia; que la gente use sombreros en la ciudad, y junto con eso, el uso de filtros o protectores solares. Esto no se refiere al uso exclusivo de filtro solar, es toda una cultura que tiene que ir cambiando”, añade el especialista.
Tanto los rayos UVA como los UVB causan un daño acumulativo y crónico a la piel de la gente. “Los efectos agudos son los más conocidos y seguramente sufridos por varios de nosotros: las quemaduras solares, que a veces pueden ser bastante complejas. Los efectos crónicos de la radiación solar, que son los que a uno como médico más le preocupan, son el envejecimiento cutáneo, la inmunosupresión y la carcinogénesis, especifica el doctor Mullins.
Otro aspecto importante y poco conocido es que hay una serie de personas que toman medicamentos fotosensibilizantes, es decir, que aumentan la vulnerabilidad a sufrir una quemadura por radiación ultravioleta. La lista es larga: antipsicóticos, antidepresivos, antimicrobianos, antiparasitarios, antineoplásicos, anticonvulsionantes, diuréticos, antihistamínicos, hipoglicemiantes, entre otros.
Cuestión de piel
En Chile no hay registro de cáncer de piel, señala la doctora Monserrat Molgó. “Sólo de mortalidad, pero es un registro muy sesgado, porque si el paciente se muere de una metástasis cerebral no se menciona que falleció de melanoma”. Según estadísticas de Minsal, la mortalidad por cáncer cutáneo en Chile: aumentó 0.7 puntos entre 1990 y 2004.
“Además, hay variación de acuerdo al sexo y el país de residencia”, añade el doctor Mullins. Se dice que el cáncer de piel es el más frecuente en el mundo, siendo los más habituales el vasocelular (80%), el espinocelular (15%) y el melanoma maligno (5%).
En melanoma hay diferencias socioeconómicas considerables. Los pacientes de estratos socioeconómicos bajos son los que más se mueren de melanoma y aquellos de estratos socioeconómicos altos presentan mayor incidencia de melanoma, lo que es una tendencia mundial. Esto va estrechamente unido al nivel cultural, porque si hay menos información la gente no consulta, lo que se traduce en un diagnóstico tardío.
Doctor, dentro de la labor informativa de la sociedad están las campañas de cáncer y fotoprotección que comienzan en noviembre ¿Cómo se desarrollan?
Estas campañas se hacen desde el año ´98 en forma ininterrumpida. Es la labor de extensión que hace SOCHIDERM para informar a los pacientes de los peligros de la exposición solar. Es una labor continua en el tiempo, porque no queremos solamente curar, sino prevenir. Estamos haciendo camino, cada día esto tiene mayor impacto, el ministerio nos ha pedido nuestra colaboración en una serie de campañas a lo largo del país. Estamos sumando mucha gente.
¿Por qué aquellos de fenotipo I y II, personas de piel y cabellos claros, son más propensas a sufrir cáncer de piel y especialmente melanoma?
Porque tienen menos protección a la luz ultravioleta. La melanina otorga protección al ADN de la célula, y al tener menos protección, los rayos UV alteran el material nuclear.
Teóricamente hablando, mientras más blanca sea una persona tiene más riesgo, pero uno no encuentra más cáncer de piel en ellos, ya que no aguantan el sol, por lo tanto, no se exponen. Los fenotipos que se broncean se descuidan, porque aguantan mejor el sol, y es en ellos que se detecta más cáncer cutáneo. También la gente con muchos lunares – más de 50- tiene más posibilidades de desarrollar un cáncer, por lo que conviene que se revisen constantemente y que no se expongan al sol.
Hay un estudio de científicos británicos que señalan que el filtro solar no protege, sólo evita que la piel se broncee, pero no que le haga daño el sol. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Es bien cierto. Hay varios consensos hoy, por ejemplo, se está evitando hablar de bloqueador o de pantalla, prefiriendo usar el término de fotoprotector o de filtro, porque efectivamente protege y filtra, pero no bloquea los rayos solares. Además, hay estudios que señalan que aquellas personas que usan filtros con grandes factores de fotoprotección presentan más cáncer de piel que otras personas, dado por una sensación de falsa seguridad.
La doctora Molgó agrega que el beneficio del protector solar se ve influenciado por muchas variables, como la cantidad, el factor, la humedad de la piel, del ambiente y la hora. “Entonces, los fotoprotectores solares protegen lo que señalan en sus envases en condiciones óptimas”, sentencia la dermatóloga.
¿Cuáles son estas condiciones óptimas?
Que uno se coloque la cantidad adecuada, que es una cucharadita de té por cada extremidad, más una para el tronco anterior y otra para la parte posterior. Entonces, uno necesita como 100 cc para cada aplicación, que debieran reaplicarse cada vez que uno se moja o vuelve del agua o cada 3 horas.
La especialista agrega que los niños menores a dos años no deben exponerse al sol y los menores de seis meses no deben usar bloqueador, ya que su piel es muy permeable a todas las sustancias y algunas pueden ser tóxicas.
Mejor no acostarse: camas solares
En el 2006 el doctor Mullins fue entrevistado por la BBC. En Europa establecían las normas para regular el uso de camas solares. Ese mismo año, Chile comenzó un documento que dio lugar al decreto 70/06 publicado en diciembre del 2007. “Nosotros fuimos más rigurosos que en Europa, señalando que sólo los mayores de 18 años pueden ocupar las camas solares”.
Aproximadamente el 50% de toda la radiación UV que uno acumula en la vida se toma antes de los 18 años, incluso hay quienes sostienen que es un 70 u 80%, por lo que es muy importante el tema de la educación.
“Lo que pasa es que uno cuando es pequeño se expone al sol en forma totalmente irracional. Un niño chico con los papás en vacaciones, se levanta a las nueve de la mañana y juega hasta que se pone el sol. Juega en la arena, se baña, está en los columpios, todo a pleno rayo de sol”, advierte el especialista.
¿En qué debería fijarse una persona que está decidida a usar un solarium para elegir un recinto?
Los solarium deberían estar prohibidos. Los dermatólogos no podemos avalarlos ni decir que si es poquito no hace tan mal. La gente es libre de hacer lo que quiera, pero tiene que saber que al ocupar estos sitios está aumentando su carga de radiación solar y por tanto, su riesgo de cáncer cutáneo. Las embarazadas no pueden ir al solarium. Las cabinas para tomar sol deben decir que el procedimiento aumenta la carga de radiación para la persona, responde la doctora Molgó.
De todas maneras, un solarium debe tener un certificado señalando que cumple la normativa, que aunque sea insuficiente, atenúa un poco, sólo un poco, el daño que causa la radiación. Estos recintos deben tener el reconocimiento del ministerio, contar con cabinas individuales, separadas. En cada cabina debe aparecer un aviso de información al usuario acerca de los cuidados, entre otras medidas, señala el doctor Mullins.
Tareas de SOCHIDERM
La Sociedad chilena de dermatología cambia de directorio cada dos años, en abril, durante la celebración del congreso de la institución, instancia de encuentro para sus miembros. El Congreso 2010 será especial, ya que es el año del bicentenario. Se realizará en el hotel Sheraton, donde la doctora Monserrat Molgó se desempeñará como presidenta del comité científico.
¿Cuáles son las metas y tareas de SOCHIDERM en este período?
Nosotros como sociedad científica tenemos el deber y la labor de decirle a la sociedad civil cuáles son los riesgos de la exposición al sol. Las tareas esenciales de la sociedad son cuatro:
- Potenciar la revista chilena de dermatología para que tenga mayor realce a nivel internacional, aumentando el número de trabajos científicos originales, y con eso obtener la categoría para entrar a scielo.
- Realizar las cinco reuniones científicas anuales.
- Desarrollar las sesiones de educación continua, en las que se tratan temas muy específicos in extenso, dos veces al año.
- Efectuar en provincia las jornadas, se hacen a fines de noviembre, y tienen como objetivo juntarnos como sociedad, compartir en actividades científicas y sociales con actividades al aire libre.
SOCHIDERM suma cada año nuevas actividades y desafíos, que son posibles gracias a la participación de la gran mayoría de los socios. La campaña de acné, lleva ya varias versiones. Además, el 29 de octubre pasado se conmemoró por primera vez en Chile el día mundial de la psoriasis.
