Dr. Jorge Sepúlveda
“La odontología es una necesidad no cubierta”
La pared detrás de él está empapelada de diplomas de la Fuerza Aérea. A su oficina, pequeña y cómoda, llegan ruidos de diversos teléfonos. Sus ojos sonríen por sí mismos, tal vez a causa de la felicidad que cuenta le ha dado la elección de su profesión. El Dr. Jorge Sepúlveda Hodar nació en Santiago y escogió la odontología simplemente porque la encontraba entretenida. Estudió en la Universidad de Chile y ha pasado toda su vida profesional en la FACh, desde su egreso en 1976. Hoy forma parte del directorio de la Sociedad Odontológica de Chile.
El especialista en implantología oral se siente contento cuando sus pacientes están satisfechos, ya sea por un complejo tratamiento o por un consejo, y cuando puede participar en acciones sociales, como los operativos que realiza constantemente la Fuerza Aérea, “donde la realidad te impacta fuertemente”.
Fue en uno de esos operativos hace tres años que le tocó conocer de cerca la realidad de Isla de Pascua, experiencia que califica de maravillosa. “Aquí uno se da cuenta de las inmensas necesidades de odontología que hay en el país, aunque no necesitas salir de Santiago para saberlo. La odontología es una necesidad no cubierta”. Señala también que todas las autoridades relacionadas a la salud bucal, tanto privadas como de gobierno están haciendo esfuerzos por mejorar, pero no es suficiente.
Recién titulado realizó docencia durante aproximadamente 10 años. “Ocupé la cátedra operatoria en la Universidad de Chile y también he realizado docencia de posgrado en la Universidad Finis Terrae”. Aunque le encanta y lo entretiene, actualmente no se dedica a ello, como él dice, por un tema de tiempo. Prefiere la docencia de pregrado, porque “los alumnos son más permeables, están más abiertos a recibir cosas, por lo que uno se siente más motivado a entregar conocimientos que van más allá de lo meramente científico y técnico. Uno tiene la posibilidad de transmitir valores”.
Respecto de las cosas que se han hecho, hubo políticas para fluorizar el agua potable y otra para fluorizar la leche en polvo ¿con cuál alternativa se queda?
Todas las acciones que vayan destinadas al fomento de la salud oral son bienvenidas. A veces se puede hacer una y a veces otra. Las campañas de educación y prevención son el único camino viable para poder dar algún grado de solución a los tremendos daños que existen en la población de Chile. Estos daños no se producen sólo por comer dulces, sino por la falta de acceso a la información, tanto a nivel de jardines infantiles, como de colegios y hogares; falta de manejo en los hábitos de higiene; y carencia de atención odontológica. Todo eso tiene que ser transmitido por organismos competentes, donde existan los profesionales que puedan trabajar en eso. Para dar solución a la odontología se necesitarían recursos casi infinitos. El daño que existe en la población es enorme, imposible de solucionar. Competimos con otras necesidades de salud de igual a igual y hay que evaluarlas cada una en su justa medida para ir e ayuda de la población y tal vez la odontología no queda en primer lugar de las necesidades.
Más del 90% de la población sufre de caries ¿Cómo enfrenta esta patología con los niños afectados y sus padres?
Básicamente dando información sobre hábitos de higiene e ingesta correcta de alimentos, ahí está la prevención. Si a eso se le agregan medidas nacionales o individuales de flúor, cambia absolutamente el panorama. Esa es la gran diferencia con las poblaciones que tienen acceso a la odontología y la información, que se relaciona ciertamente con el nivel socioeconómico.
¿Cómo es en ese sentido la población de Rapa Nui?
Ese es un lugar muy especial, porque ahí nosotros como Fuerza Aérea, estamos realizando operativos de salud hace muchos años. El centro odontológico creó un proyecto dirigido a niños, y nuestras odontopediatras han hecho una maravillosa labor tanto de educación preventiva como de labores curativas. A estos grupos específicos de niños, los hemos estudiado y chequeando a través del tiempo. Algunos ya son adolescentes y su realidad es muy distinta a la de la población no afecta a este control. El programa ha sido muy exitoso. Lamentablemente las necesidades superan una vez más a las capacidades que tenemos, pero hoy existen más dentistas en la Isla de Pascua.
El Dr. Jorge Sepúlveda es director de la Sociedad Odontológica de Chile hace muchos años, tantos que no lo recuerda. Este organismo es la sociedad científica más antigua del país, y este año celebró su centenario.
¿Cómo se formó la Sociedad Odontológica?
La sociedad se fundó en los albores de la odontología en Chile, por precursores que se dieron cuenta que era necesario juntar a los dentistas en el ámbito científico. La gracia es que la sociedad tiene abiertas sus puertas para toda la odontología. Nosotros apoyamos al odontólogo general y a todas las sociedades de especialidades que necesiten nuestra ayuda o compartir un lugar físico.
¿Cuál es la importancia que los odontólogos le dan a estos 100 años de entidad?
Los dentistas pudieron percibir la fuerza de la sociedad odontológica hacia ellos, porque la única labor va dirigida a los dentistas, no tiene otro sentido. Pudimos realizar este congreso de centenario con un éxito tremendo, donde el decidido apoyo de las empresas del área odontológica, o relacionadas, como los laboratorios, fue decisivo. Así lo percibieron los dentistas, y pudieron encontrarse con un evento de gran magnitud. Y por otra parte, las empresas tuvieron una inmensa cantidad de dentistas, aproximadamente ochocientos, que no es fácil conseguir. Todos tuvimos la oportunidad de participar con expositores de un nivel internacional de primera línea.
¿Cómo lograron congregar a tanta gente?
En este mundo globalizado las personas son tremendamente individualista, y cuesta muchísimo mover y unir a las personas en una institución común. Sin embargo, nosotros seguimos luchando, tenemos presidentes y sociedades a lo largo de todo el país, filiales que trabajan a la par con nosotros haciendo un tremendo esfuerzo para fidelizar a las personas y decirles que hay un ente científico que los apoya y que está dispuesto a hacer cosas por ellos, sin otro fin que ese. Tuvimos la suerte que muchos odontólogos de provincia participaron con nosotros en este evento en Santiago, y nos sentimos muy orgullosos del poder de convocatoria que tuvimos.
