Dra. Natacha Kunakov
“La actividad social es muy importante para la salud de los adultos mayores”
La doctora Natacha Kunakov encontró en la geriatría una vocación que integra su vida en muchos sentidos. Mientras atendía paciente a paciente, pensaba desarrollar alguna actividad que le permitiera influir en forma positiva sobre un grupo más grande de adultos mayores y encontró la clave. Hoy es la directora de Senior Livig, un lugar que reúne todas las comodidades y servicios que necesitan los adultos mayores para vivir a gusto, en un entorno diseñado en base a modernos conceptos internacionales.
De hecho, los inicios profesionales de la doctora Kunakov están ligados a una persona mayor muy querida para ella. Fue María Mercedes Figueroa, su “abuela Meche”, quien la motivó a estudiar medicina. “Ella tiene ya 93 años y está muy bien. Nuestra relación siempre ha sido muy cercana y si seguí este camino fue porque ella me lo sugirió. Estudié en la Universidad Católica y eso la puso muy contenta. Sus consejos fueron muy importantes para mí”, señala.
Cuando terminó la carrera, trabajó como médico general en Rancagua hasta que, “casualmente”, según cuenta, se encontró con la geriatría. “A mediados de los ‘80 era poco y nada lo que se hablaba de este área en Chile. El concepto estaba pobremente incorporado en la mente de las personas. Fue entonces cuando conocí el Hospital Geriátrico de Chile. Me sentí muy acogida y comencé a venir regularmente a Santiago a tomar cursos, talleres y me invitaban a participar en algunas reuniones. Entonces me di cuenta que había todo un mundo que rodeaba a los adultos mayores, con numerosas instituciones y profesionales abocados a ellos. Y me encantó, aunque aún no había mucho ruido al respecto”.

- Y ¿Cuándo comenzó a hablarse del tema con un mayor protagonismo mediático?
- Recuerdo que durante el gobierno de Frei se puso énfasis en el tema del adulto mayor y se empezaron a desarrollar políticas al respecto, lo que también le dio un auge a la geriatría. A mediados de ’90 yo estaba trabajando como médico en el Hospital Geriátrico y la directora nos pidió que fuéramos a hacer un curso de geriatría en Concepción, durante dos años.
- ¿Cómo logró conjugar sus obligaciones?
- Fue bastante duro, porque significaba viajar todos los viernes a Concepción y volver el domingo. Los fines de semana no existían para la familia. No sé como aguantamos, pero a todos nos fue bien y, a pesar de los sacrificios, la experiencia resultó muy enriquecedora, porque paralelamente al curso, íbamos poniendo en práctica lo aprendido en el Hospital Geriátrico.
- Y ¿Cuál es su visión del estado actual de la geriatría en Chile?
- Es un campo que se ha ido abriendo. A diferencia de lo que pasaba en los años ’80, ahora el 90 por ciento de la gente sabe lo que es. Pero lo más importante a mi juicio, es que los profesionales que trabajamos en geriatría estamos enamorados de la especialidad. Porque no es un área muy rentable (sonríe), las consultas son muy largas y nada de simples. Un adulto mayor requiere mucho tiempo, incluso para vestirse, más la conversación y luego llegar a un diagnóstico y dar indicaciones. Si acude una señora de 80 años, tiene 80 años de historia que contarnos. Aunque uno trata de conocer al paciente y su historia en varias sesiones.

- Teniendo en cuenta que ha habido una mayor difusión de la geriatría en los últimos años, ¿Cree que se les está dando un rol más importante a los adultos mayores en la sociedad?
- Creo que la difusión ha servido pero aún es insuficiente, porque la población adulta mayor está creciendo más rápido de lo que la sociedad está cambiando. Estamos muy atrasados. En 1997 tuve la oportunidad de asistir a un Congreso Internacional de Geriatría en Australia y allá la política de gobierno para los adultos mayores tiene 10 puntos, de los cuales el quinto está referido al desarrollo de investigación del envejecimiento. En Chile, en cambio, la política de los adultos mayores llegó hasta poner el tema en la agenda. Yo sé que Australia es un país desarrollado, pero tampoco estamos tan lejos de ellos, por lo que deberíamos tener más avances al respecto.
- ¿Qué habría que hacer para darles los espacios que realmente se requieren?
- Mucho. Creo que hay gente que aún no cae en cuenta de lo que se nos viene encima, porque el año 2025 un 18 por ciento de la población va a ser adulta mayor. Entonces, resulta necesario preguntarnos qué oportunidades les estamos ofreciendo. Porque es importante darse cuenta incluso que ellos son un nicho de mercado cada vez más grande y que no hay productos dirigidos especialmente a ellos, lo que me parece un gran error. Los únicos que han sabido aprovechar en parte esta oportunidad son las agencias de turismo.
- ¿En qué aspectos hay que poner atención?
- En todo. Porque actualmente nadie se preocupa de la ropa que les gusta, del tipo de vivienda que necesitan, de fabricar un dentífrico especial, una crema para la cara de mujeres de 70 años. Esto pasa también porque muchas personas tienen un concepto errado: que todos los adultos mayores carecen de recursos, en circunstancias que no es así. Hay muchas personas que han forjado un patrimonio y a esta edad quieren dedicarse a disfrutar de la vida. Tienen muchas necesidades que el mercado aún no se ha dado el tiempo de investigar. Están dispuestos y necesitan decidir respecto de sus gastos, pero no en lo mismo que gastas tú o gasto yo. Entonces vemos que lo que se necesita es un cambio de mentalidad.

- ¿Cómo ve a los adultos mayores en el Chile actual?
- He visto dos situaciones. La primera, aquellos adultos mayores que están acostumbrados a que todo se les solucione. Que la sociedad, el Estado, los jefes, la empresa les entregue todo listo. Es decir, gente que reclama contra lo que le dan, pero no crea nada nuevo, no proponen soluciones. Por otro lado, veo a un adulto mayor que mantiene su dignidad. Son personas que no necesariamente tienen una buena condición económica, pero es gente muy educada y de un alto nivel cultural. Se las arreglan para generar a su alrededor un espacio y se entretienen y desarrollan. Todo esto muchas veces sin grandes cantidades de dinero. Me encantaría que todos los adultos mayores generaran sus espacios.
- Y ¿Qué nos falta para eso?
- Más capacidad de mirar al futuro, a largo plazo. Este año en Francia hubo una huelga. El motivo: la reducción de las pensiones. Entonces si bajaban los montos de los que actualmente estaban pensionados ¿Qué les quedaba a los trabajadores para su futuro? No estaban pensando en sus padres, sino en defender lo que tendrían cuando ellos mismos llegaran a esta etapa de la vida. Estas son las cosas que como cultura nos faltan hoy en día.
- ¿Es en esta necesidad de cambiar y en un escenario futuro como el que usted plantea, es que nace un proyecto como Senior Living?
- Exactamente. Aunque no sea a través de iniciativas que abarquen a toda la sociedad, uno puede ir cambiando las cosas de a poco. El hecho de haber materializado este proyecto, ya ha servido para transmitir la importancia que nosotros le damos a esta etapa de la vida. Incluso los ingenieros que participaron desde un comienzo en la construcción del lugar, terminaron comprendiendo tan bien la idea, que yo misma me he sorprendido cuando veo que le están explicando a otras personas.

- ¿Cómo fue que surgió la idea?
- Este es un concepto que ha sido desarrollado en muchos países en el mundo, especialmente en Europa, Canadá y Estados Unidos. Un grupo de extranjeros buscó socios en Chile y me pidieron que los asesorara para entender de forma integral el tema del adulto mayor. Comencé a participar y me involucré tanto en el proyecto que me ofrecieron ser directora del lugar. Fue un gran desafío, porque si bien esta iniciativa se había realizado en otras partes, no era tan simple como trasladar la idea, porque hay que considerar muchos aspectos que tienen que ver con la cultura del país, cuáles son los ideales de las personas, conocer sus necesidades. Pero por sobre todo importa la forma de vida, cuáles son sus costumbres.
- Según un estudio recientemente publicado en el New England Journal of Medicine, los adultos mayores que habitualmente practican actividades culturales, recreativas y deportes, pueden mantener de mejor forma sus capacidades cognitivas. ¿Cuál es la importancia que ustedes le dan a estos aspectos en Senior Living?
- En efecto, los últimos estudios muestran lo importante que es que la persona se mantenga activa con juegos de salón, lectura y ciertas reglas sociales. Esto pone en juego muchas habilidades, pero sobre todo, la agilidad mental. Porque al afrontar un contexto social, uno debe preocuparse de cómo se viste, cómo se sienta, cómo habla, con quién conversa. El solo hecho de tener que interactuar con otros, ya es muy estimulante para una persona y, desde el punto de vista mental, le permite no declinar.
- Y ¿Qué sucede si los adultos mayores se enferman?
- Es lo que muchas veces preguntan los familiares, porque piensan que sus seres queridos van a ir declinando con los años. Pero no es tan así. Aquí se hospedan sólo adultos mayores autovalentes y si tienes un adulto mayor que se mantiene activo y se siente útil, su declinación va a ser casi imperceptible. El envejecimiento hoy en día es una curva muy suave que parte a los 50 años y termina en la muerte. Es un deterioro paulatino hasta que uno llega al momento en que todo desaparece, tus reservas se agotan a todo nivel. Entonces el estado de la persona cae en una línea casi vertical hasta la muerte. Por eso aquí buscamos que se mantengan activos el máximo tiempo posible, hasta que en algún momento ya no de más el cuerpo ni la mente. En el caso de cualquier problema, contamos con un servicio de enfermería día y noche, botones de llamado en las habitaciones y movilización para llevar a los huéspedes a donde ellos o su familia estimen conveniente.

- ¿Qué ha significado para usted estar a cargo de un lugar como Senior Living?
- Es muy gratificante, porque cuando uno se aboca a la atención individual, paciente a paciente, siempre tiene el anhelo de poder hacer cosas que produzcan cambios en grupos más grandes, y eso es precisamente lo que me ha permitido este trabajo. Tal vez no puedo llegar a muchas personas, pero sí voy a contribuir a crear cambios positivos en la vida de un conjunto de adultos mayores.
- ¿En qué consistirían estos cambios?
- Tienen relación con el sentido que tiene el proceso del envejecimiento. Aquí todos sabemos lo que queremos lograr, desde los asesores comerciales hasta las auxiliares de aseo.
- Y ¿Dónde ponen los énfasis que les permiten enriquecer la calidad de los adultos mayores que viven en Senior Living?
- Lo más importante es crearles diversos espacios. Porque no todos están interesados en practicar yoga o en talleres de cine, por lo que hay que tener una oferta amplia de actividades que satisfagan a la mayoría. Hay que ser lo suficientemente abierto para saber escuchar y detectar en el otro qué es lo que le interesa y cómo podemos realizarlo. Para eso es importante trabajar en equipo y que ellos participen, porque es en el contacto social donde aparecen las principales competencias del ser humano. Entonces, en la medida en que la persona esté socialmente inserta en algo, va a hacer muchas más cosas que si estuviera solo.
- Doctora, usted estudió medicina, se especializó en geriatría y se ha realizado profesionalmente. ¿Qué opina su “abuela Meche” de todo esto?
- Ella siempre me dice que está feliz.
Proyecto de vanguardia
En el marco de esta entrevista, fue posible conocer en detalle el proyecto Senior Living. Basados en el importante cambio demográfico que menciona la doctora Kunakov y con el fin de satisfacer una necesidad creciente, se creó esta entidad que abrió sus puertas al público en abril de 2003 y que busca dar un servicio de excelencia a los adultos mayores, con altos estándares de calidad y seguridad.
Ubicado en La Dehesa, Senior Living fue concebido como un lugar que permitiera un desarrollo pleno en esta etapa de la vida, potenciando aspectos intelectuales, espirituales, físicos y de relación interpersonal. Para ello se construyo un edificio de 4 pisos con una superficie aproximada de 7000 metros cuadrados y 103 departamentos, con un jardín de 3500 metros cuadrados. Además cuenta con comedores, salas de estar, TV Cable, internet, gimnasio, cine, sala de hidromasajes, peluquería, oratorio y todas las comodidades que requiere un adulto mayor para su grata estadía.
La importancia de la privacidad también ha estado presente en el desarrollo de este proyecto, por lo que cada huésped tiene la opción de elegir entre la compañía de los demás o la tranquilidad de su departamento. Asimismo, los adultos mayores pueden recibir todas las visitas que deseen. En cuanto a la seguridad, “Senior Living posee una infraestructura y equipamiento de primer nivel, y personal altamente calificado”, explica la doctora Kunakov.
Si requiere mayores informaciones, puede comunicarse con Senior Living al teléfono 2997000 o visitar el sitio web www.seniorliving.cl
